Sipnosis

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—¿Eso significa que quieres que lo dejemos?-me atreví a preguntar en un hilo de voz.

Mi corazón empezó a palpitar con fuerza cuando me mira en silencio, sin decir nada.

—En una semana empiezo la universidad-Dijo por fin.

—Ya lo se, y yo tambien-respondí-Pero, ¿Y qué tiene que ver eso con nosotros, Enzo?

Cerró los ojos y dejó salir un suspiro largo.

—Llevamos unos meses complicados, en un bucle de mierda que me tiene agotado mental y físicamente, y eso no me viene bien para empezar el primer año de universidad, necesito dar todo para el equipo.

—Creo que no termino de cogerte.

Fruncí el ceño confundida.

—Lo que quiero decir, es que hemos intentado salvar esto muchas veces, pero hagamos lo que hagamos terminamos igual, discutiendo constantemente y no es bueno, ni para ti ni para mi.

—Entiendo-asentí con la cabeza, analizando lo que acababa de decir.—Vas a tirar tres años de relación por qué quieres empezar la universidad por todo lo alto, con el título del soltero del año, ¿No?

—¿Qué dices Gia?—cierra los ojos volviendo a soltar un suspiro pesado.—Mira, estos tres años han sido bastante guay, y creéme que esto me esta doliendo mas a ti que mi por que te qui...

No le deje terminar, me negaba hacerlo.

—No, ni se te ocurra acabar con la típica frase de "Por que te quiero"—me levanto del banco en que estaba sentada, posicionándome frente a él.—Te voy ahorrar el trabajo...se acabó.

En el momento en que acabé la frase sentí como mi corazón se desquebrajase, haciéndose miles de cachitos.

Pensé que mi valentía impulsiva le haría cambiar de parecer, pero ilusa de mi, ese momento nunca llegó.

—Lo siento mucho—se levanta del mismo lugar en el que yo estaba.—Yo no quería que esto acabase así, de verdad.

—Que te vaya bien la vida, Enzo-una diminuta y triste se formó en mis labios, sabiendo que en cuanto me diese la vuelta, me derrumbarría.

—Y a ti tambien, Gia-murmura con expresion triste, o eso parecia.

No dije nada mas, tan solo asenti y sali de alli.

Casi al instante rompí en llanto, un llanto silencioso en el que mis lágrimas caían sin cesar, dejando mis mejillas empapadas y mi jersey lleno de pequeñas gotas que se colaban entre los pequeños hilos de la lana.

Camino a paso rápido hacia alguna cafetería mientras con dificultad rebusco mi móvil entre las cosas de mi bolso y cuando por fin lo encuentro marco el número de la única persona que podria ayudarme en este momento.

—Emma, ¿Puedes venir a por mi?

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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