-Me retiro amor mio-
-¡Me dejas!- se asustó al escucharlo levantar la voz. Silas estaba por separarlos, Eris evitando un escenario terrible le imploró con la mirada que no se moviera -Iré contigo a nuestro hogar-
Solo asintió caminando con él, la tormenta no ayudaba en nada a tranquilizar su corazón. Estaba por aparecer cuando el apretó su agarre, resignada espero a que desaparecieran juntos.
-¡Snape!- grito al ser levantada por él, la colocó sobre su hombro. El vestido largo fue levantado. Sintieron cosquillas en su cuerpo cuando la piel de Eris rozó la de Snape, miraba alarmada como Severus subió las escaleras hasta el segundo piso. De un fuerte golpe abrió la puerta de su ahora habitación. La dejo caer de manera nada gentil en la cama, él camino a sentarse en un pequeño sofa quedando enfrente de la ahora pelirroja. -¡No me vuelvas a tomara asi!-
Lo miro con ansiedad, quería una bebida.
-¡Te preguntare solo una vez!- se recosto en aquel sofa -¿Es esto un maldita broma?- tiro la botella de vino al suelo al ver cómo la mujer no le decía nada -¡Estas sobrepasando mis límites bruja!-
-Basta- No levantó la voz, quería correr y llorar. Estaban solos en la mansión por la privacidad que requerían. Se sentó derecha sin apartar la mirada de la serpiente furiosa que la miraba con odio puro. -Estas tomado y yo agotada-
-¿Tenia que ser su color de cabello?- soltó bajo esta vez, recordo las palabras de Lilian. Se levantó divertido por como Eris se ponía en alerta -¿Querias hacerme sentir bien para esta noche?- paso sus manos detrás de su espalda sacando la varita -Eres muy considerada esposa mia-
-¿Por quién me tomas?- lo miraba con rabia. Nunca hizo el intento de conocerla.
-Dejame devolverte el favor, mi cabello es negro- la miraba con ganas de ahorcarla -Eso está bien para ti verdad, te recuerda a cierto Black- sonrió -¿Dime Rellish, cuando este en tus piernas y estés gritando el nombre de Black yo pensaré en Lily?-
Un fuerte sonido dio paso a un trueno, Severus tenía la marca de la mano de su esposa en su mejilla. El ardor y el líquido lo detuvieron.
Eris se tapó la boca con nerviosismo, no quería lastimar lo más. Su corazón se encogió de ver la piel pálida de Snape comenzar a ponerse más roja, saco su varita en un intento por cerrar la herida.
-Perdoname- soltó lágrimas de pura ansiedad -Yo..... yyy... no... quiero lastimarte-
Una bestia despertó, Eris vio con pavor como su varita salía volando hasta el otro lado de la habitación. Su instinto grito que huyera, retrocedió cometiendo un terrible error, al dar el paso sintió peso en su vestido provocando que este se rompiera y ella cayera dolorosamente al suelo. Gateo hasta su armario, abajo de este tenía un navaja. Una mano la jalo de su pie, se lastimó la rodilla.
Tiraron del frente de su vestido rompiendolo, quedó de pie. Al ver a su esposo acercarse trato de huir siendo detenida en fuerte agarre, las manos de él se cerraron en su cuello. Logró patear su entrepierna, este cayó sin aliento.
Llorando alcanzó la puerta abriendola, un hechizo no verbal impacto en su espalda. Unas cuerdas presionaron su cuerpo hasta caer de nuevo al suelo, su mejilla donde tenía la cicatriz resultó herida. Cerró los ojos en búsqueda de un hechizo no verbal.
Sintió como si tuviera algo atorado en la boca, un hechizo de pegado en la lengua. Estaba atrapada, una sombra maligna tapó la visión de la luz de la velas, Severus con el cabello revuelto y la cara roja la tomó lastimandola.
Lloro más al sentir su cama, estaba boca abajo. No tenía visión de su esposo, se alarmo al escuchar el sonido de la ropa caer. Hundió la cara en su cama desesperada para poder atravesaría, era algo que no podía realizarse.
Mordió sus labios hasta hacerlos sangrar cuando su vestido fue roto de la espalda. Su cabello había caído cubriendo su visión, una respiración le provocó escalofríos. Dejó de respirar cuando unos labios besaban su cuello hasta su espalda.
"Este no es el Snape del que me enamoré"
"No es él, es un mortífago quien está conmigo ahora"
Un fuerte agarre le sacó un gemido nada placentero, su vestido fue subido hasta su cadera revelando sus piernas. Tembló, se movió evitando el tacto de esa bestia.
-No te muevas- escucho el click de los broches de su sujetador abrirse.
Quería morir, la vide era injusta. El hombre que amaba la violaría siendo su esposa, hasta que la muerte los separará.
Lloro más fuerte del temor por este hombre. La volteo como si fuera una muñeca de trapo, jamás olvidaría su mirada. Volvió a besar su cuello, mientras acariciaba sus piernas con lujuria.
-Lily-
Sus manos fueron levantadas sobre su cabeza. Utilizaba el nombre de ella, tenía que pensar algo o esperaba morir de un infarto.
Gimio soñando diferente alos otros, este sonaba como sideseara que continuará. Esto aturdido a Severus de sus movimientos, al ver hacia abajo se percató del pecho de Eris que subía violentamente.
Se acercó hasta su rostro, un relámpago iluminó de blanco la habitación, aquella cicatriz se reveló ante él. Recordó aquel día, se acercó a besarla con ternura.
Volvió a escuchar aquel sonido que comenzaba a gustarle, quería más de ella. Con una mano solto la parte inferior de su ropa, rozó cierta parte con la de ella sacando gemidos de ambas partes. Pego su nariz hasta su piel inhalando su aroma, Eris olía delicioso.
Su mirada llegó hasta la de ello, sus ojos grises ya no reflejan miedo. Su cuerpo se calentó en seguida al ver tal intensidad. Fue liberando a su esposa del hechizo cruel que le impedían hablar.
Eris trato de respirar, unos labios atraparon los suyos. En sus cuerpos comenzo los efectos de la poción que los unía, noto que podía mover sus piernas.
Severus comenzaba a bajar la guardia, para distraerlo enredo las piernas en su cadera.-¡Merlín Eris!- busco sus labios con insistencia.
Su cuerpo comenzo a arder, sintió dolor. Se quejo por la tortura, Snape paro alejándose al poner sus manos entre su cabeza al ver alarmado como la herida de sus mejilla se abría. Aquellos ojos grises perdieron su brillo y para horror de Severus su esposa dejó de respirar.
-¡Rellish!- se levantó alarmado, no había nadie.
Tomó su varita y conjuro pociones que la ayudarán. Su esposa no reaccionaba, la bajo al frío suelo y comenzó a presionar su esternón. Tapó su nariz y acercó su boca hasta darle de su aliento.
Al tratar de buscar su pulso observo con terror como de su propia nariz caía sangre. Se sintió exhausto pero no paró, masajeo, aunque su mirada se ponía borrosa.
De la garganta de la mujer se escuchó un suspiro. Se dejó caer a su lado al obtener aquel pulso en ella.
"Hola perdón la tardanza, agradezco que sigan esta historia que cada vez que escribo un capítulo me lleno de esperanza de saber que les gusta. Prepárense que vienen cosas tanto dolorosas como felices"
La vi y se me ocurrió esta parte del cap ...
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.