Josuke estaba bastante nervioso, pero al mismo tiempo, casi indiferente.
No sabía como reaccionar ante un hombre que decía ser su padre, a pesar de no poder ponerle cara.Agarró la mano de Kioko tratando de buscar tranquilidad.
-Bien, Kioko, Okuyasu y yo iremos a por el viejo al barco, vosotros quedaos aquí-
-¿Y yo por qué voy?- Preguntó Kioko subiendo a la lancha.
-Sabes decir las cosas con delicadeza- Jotaro ayudó a los menores a subir a la barquita.
Jotaro condujo hasta encontrar el barco de la fundación Speedwagon.
Subieron, y Okuyasu y Kioko fueron hasta la habitación donde se encontraba el señor Joestar.
-Hola señor- Saludó Kioko educadamente.
-Hola cielo, ¿Quién eres?- Preguntó algo confundido.
-Somos usuarios de stand- Dijo Okuyasu
-¿Qué?- No oía nada.
-SOMOS USUARIOS DE STAND- Levantó la voz.
-¿Unos sicarios que dan pan?-
-Señor, usuarios de stand- Kioko se acercó para que la pudiera oír. -A veces acercarse es mejor que gritar, no va a morderte-
-Ahh, gracias cielo, ¿Tú eres la novia de Josuke?- Kioko se empezó a poner colorada.
-Me lo tomaré cómo un sí- Joseph sonreía mientras agarraba su bastón.De pronto, un hombre irrumpió en la habitación, llevaba el uniforme de la fundación Speedwagon, era alto y de pelo... Morado.
-Un enemigo se ha colado en el barco- Alarmó
Al rato entró otro de pelo corto y castaño, gritando exactamente lo mismo.
Ambos se culpaban de ser el enemigo, dejando que la presión de escoger al malo, cayera sobre Okuyasu.-Avisaré al señor Kujo- Kioko intentó salir de la habitación pero al abrir un poco la puerta y poner un pie en el pasillo del barco, detrás suyo escuchó un estruendo horrible.
-¿¡Pero que coño haces!?- Preguntó Kioko.
-Él es el enemigo- Dijo Okuyasu explotando por la tensión.
-¿Cómo lo has sabido?- Preguntó el pelimorado en el suelo.
-La verdad, os iba a golpear a los dos, no soy muy listo- Kioko se echó las manos a la cabeza.
-No puedo, me voy con el señor Kujo- Kioko salió de la habitación y se dirigió afuera.
-Kioko, ¿No estás con Okuyasu?- Kioko arregló su coleta mientras negaba.
-No me adapto a su lógica- Con sus dedos índices tocó su sien mientras miraba al horizonte.
El barco llegaba al puerto, mientras que Kioko y Okuyasu saludaban a sus amigos, un hombre tenía dificultades para avanzar correctamente sin su bastón.
Los dos adolescentes que se encontraban en el vehículo bajaron corriendo al último piso, deseando pisar tierra.
Jotaro mantenía a Akira, el portador de Chili pepper, agarrado por el pelo, evitando así que escapara.
El primero en abandonar el barco fue el señor Joestar, tropezando por la falta de su bastón, pero siendo salvado por su hijo, Josuke.
Ya que el anciano no tenía su bastón, tuvo que ir de la mano de Josuke hasta el hotel donde Joseph, al igual que Jotaro, se hospedaría.