Sant Jordi

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Había rojo adornando la calle, cuesta abajo se derramaba color borgoña, como alguna vez lo hizo de sus delicados labios que en realidad eran carmesí y que mis recuerdos emanan con amargura.

Se pincho con las espinas hace ya algunos ayeres, y carmesí era la rosa, y vino tinto las lágrimas que derramaban sus pétalos. 

Se secaron las gotas en su pálida piel, dejando un lienzo mancillado por rojo sin vida, algunos tenían la osadía de llamarlo arte, mientras que yo le nombre poesía fallida.

Pero hace tanto de aquello, que ya ni en mis recuerdos sus labios se conservan de color rojo, aunque de alguna forma su rosa se mantenga intacta, carmesí apesar de los vientos, y merlot las gotas esparcidas entre las páginas de su historia. 

No respiraba aire el día que la encontraron dormida, sus pulmones ya colapsados albergaban un fluido escarlata, aunque más que escarlata parecía un color inventado, que no estaba en la gama de colores, un rojo muerto que se había estancado en sus venas. 

Y sus labios nunca volvieron a ser carmesí, y no volvió a pincharse con las espinas de una rosa, las calles adornan a Sant Jordi, rojo vivo lo conmemoran, pero ella ya no vive para verlo, para comprar un libro y un ramo de esperanza, mucho menos para lograr ver el fantasma de una sonrisa en mi boca. 

Sant Jordi se viste de rojo, y de negro se viste mi pena. 


23/04/2024

-L


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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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