Lo único que le faltaba. No solo era responsable de la ruptura de su relación con Renzo, sino que además se las ingenió para destruir un matrimonio. Karina se quedó en su cama, llorando toda la noche. Esto le provocó un fuerte insomnio a Silvana. Logró dormirse a las cuatro y media de la madrugada y al despertar descubrió que ya eran las diez y veinte. Había faltado al trabajo.
Tenía mensajes de su jefe, de Rocío y de Renzo. Salió de la cama sin hacer ruido, no quería despertar a Karina, después de lo mucho que le costó dormirse.
Respondió primero a su jefe. Pidió disculpas por faltar sin avisar y dijo que no se sentía bien. Que tenía un problema personal. Solicitó licencia por unos días. Pensó que no se la darían, pero José le dijo que se tomara el tiempo que fuera necesario, siempre y cuando no fuera más de una semana.
«Entiendo que después de algo así puede ser difícil de asimilar. Lo siento mucho».
Ese último mensaje le resultó extraño. Luego recordó las palabras de Rocío y temió lo peor. Durante la noche Karina intentó convencerla de que su esposa no haría una cosa semejante. Solo habló en un estado de ira.
Leyó el mensaje de Rocío. Lo escribió a las cinco de la madrugada.
«Debería insultarte, pero ya no me quedan fuerzas para hacerlo. Nos estábamos llevando muy bien, Silvana. De verdad creí que podrías convertirte en nuestra mejor amiga. Una confidente con la que incluso podíamos compartir la cama. No sé qué te dijo Karina; pero existía un acuerdo entre nosotras. Ninguna de las dos puede acostarse con nadie sin permiso de la otra. Y lo segundo, y más importante: Nada de hombres. Nunca. Bajo ninguna circunstancia. Estoy segura de que ella no te contó esto, por eso no me quiero enojar con vos. Pero tampoco puedo perdonarte. Por el motivo que sea, vos la ayudaste a coger con Malik. Con él me pasa lo mismo. No puedo odiarlo. Pero entre los tres me arruinaron la vida. Espero que ambos entiendan lo mucho que duele una traición».
Silvana no supo cómo responder a eso. Le dijo que quería hablar con ella, en persona, cuando lo considerase apropiado.
«Este es un tema delicado y no se puede tratar por celular. Me hago cargo de la parte que me toca. Pido perdón. Voy a hacer todo lo posible para que las cosas entre vos y Karina vuelvan a ser como antes».
La respuesta fue inmediata.
«Eso es imposible. Nada volverá a ser como antes. No quiero hablar con vos. Mucho menos con Karina. Hoy voy a cambiar la cerradura de mi departamento. Voy a dejar las cosas de Karina en el depósito del edificio. Al divorcio que lo arregle con mi abogada. Y decile que sí, me voy a coger a la abogada todos los días, le voy a sacar jugo de la concha hasta dejarla seca. Es hermosa y la voy a pasar muy bien con ella. Ah, y voy a cambiar el número del celular, así que ni te molestes en volver a escribir. Subí el video a internet, y no me arrepiento de nada. Sos una puta y todo el mundo tiene que saberlo».
A Silvana le pareció injusta esta reacción tan agresiva. Estuvo a punto de decirle que ella no sabía nada del acuerdo. Entendió que podía tener sexo con cualquiera de las dos en cualquier momento. Pero se dio cuenta que posicionarse como víctima solo empeoraría las cosas. Además eso de incluir a Malik sí fue su culpa... y de Karina. A Rocío nunca se le consultó sobre esto. Se dio cuenta de que no le importaba ni un poquito que Dalina le fuera infiel a Silvio, porque Silvio es un imbécil. Pero le rompió el corazón ver a las reposteras separadas.
El mensaje de Renzo era simple. Corto. Específico.
«Sos lo peor, Silvana».
La destrozó.
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Lo más difícil fue comunicarle a Karina que su matrimonio se había terminado. Lo hizo mientras tomaban un café con leche y comían algo de cheesecake. Bah, en realidad la que lo comía, dando cucharadas a lo bestia, era Karina. Tragó bocados inmensos de esa torta sin dejar de llorar a mares. Desconsolada. Hipando y tragando. Tosiendo. Y volviendo a tragar. Silvana temió que fuera a ahogarse y muriera allí, en su cocina.
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Mi Vecino Superdotado
Narrativa generaleSilvana vive sola, tiene novio y ama la rutina. Tiene control sobre su vida hasta que el senegalés Malik se muda al depto contiguo. Ella descubrirá que la vida sexual de Malik es muy activa y los ruidos no la dejarán en paz.