Capítulo 4

179 16 5
                                    

Gustabo le comenzó a temblar la mano ni bien vio quien estaba bajo la máscara.

-¿Freddy?- La voz le salio más vulnerable de lo que le gustaría.

-Dame esa arma, pituñin.

Negó con la cabeza, mientras daba un paso atrás. Realmente no sabia como habia llegado a esta situación, hacia unos momentos estaba sentado en una cama. Pero no creía que el comisario se trajera nada bueno.

-No te voy a lastimar, rubia. Solo... solo quiero saber que mierda esta pasando.

-¿Y revisar mi casa fue tu solución?- Cuestiono.

-No me trago la historia que te montaste, rubia. Me conoces mejor que eso para creer que yo me tragaría tremenda porquería.- El pelinegro se acerco, ignorando el arma tambaleando. Le miro a los ojos del rubio, unos preciosos ojos agudos que lo miraban. Cuando vio un leve movimiento de bajar el arma, aprovecho.

Con una mano sujeto la pistola, moviendola hacia el costado. Mientras que con la fuerza del impulso, tiraba hacia al suelo al más joven. Logro hacer que no se escapara un tiro por poco, pero eso solo dejaba en evidencia que Gustabo nunca tuvo la verdadera intención de dispararle. Ya en el piso, ambos hombres se miraron fijamente.

-Hola, pituña. Dime, ¿me extrañaste?

-Tus placajes no son algo que extrañaba exactamente.- Gustabo tenia la voz agitada, mientras un ligero rosa teñía sus mejillas.

-No mientas, neno.- Se acerco más al rubio.- ¿Nunca extrañaste las veces que practicábamos placaje? Cuando te enseñe a hacerlo... con el musculo correcto.- Termino la oración susurrándole.

Freddy se acerco hasta que solo les separaba un pequeño espacio, el aliento de ambos mezclándose. El comisario nunca estuvo tan fuera de control en si para cometer tal acto, pero siempre había respetado a su mujer y negado sus sentimientos hacia el joven subcomisario. Ahora, luego de haber sentido la desesperación de su perdida... el control que tenía era mínimo.

-Ya déjame, coño.- Se quejo débilmente Gustabo, pero solo ocasiono que sus labios se tocaran. Freddy no aguanto más, y lo beso.

Bueno, bien podría decirse que devoro al rubio. Sus labios chocaban fuertemente, sin delicadeza. La desesperación y pasión los envolvía a ambos, haciendo que sea un beso rudo y brusco. Pero no por menos placentero.

Freddy mordió al rubio y ante el gemido de Gustabo, metió la lengua dentro de su boca, limitando cualquier sonido que salía de ella. Agarro sus manos y las forzó sobre su cabeza, mientras apoyaba con precisión ambos cuerpos. 

Estuvieron un buen rato besándose, conociéndose como nunca antes se habían permitido. En algún momento, Freddy permitió a sus manos recorrer al rubio, desprendiendo con facilidad de delicada camisa que tenía este. Deslizo sus grandes manos por el pecho de esto, disfrutando cada gemido que ocasionaba en el.

Pero desgarradamente algo interrumpió el momento. Al principio no lo noto, pero sentía el celular del rubio vibrar en el bolsillo de este. 

Fue cuando el comisario recorrer su objetivo, y aunque sabia que lo lamentaría, se aparto. Sentándose sobre el agitado Gustabo, le quito con rapidez el celular de este. Miro la llamada perdida, numero desconocido.

Sin problema desbloqueo el celular, la contraseña la puso sin pestañar. Vio dos llamadas perdidas de una persona desconocida y una de un contacto llamado: espagueti.

Gustabo no era el mejor poniendo nombres, pero si algo más sabia de él, era que siempre se olvidaba de borrar los mensajes.

Entro al chat y leyó el ultimo que le habían enviado: "¿Vas a bajar o que? Tengo miedo que el viejo se muera. No me da gana de quedarme atrapado aquí abajo con un muerto."

Verdades ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora