Miró su rostro en el espejo retrovisor, notando las grandes ojeras que se habían vuelto compañeras fieles en los últimos dos días. Las pesadillas lo habían estado molestando más que nunca, haciéndolo despertar en medio de la madrugada, respirando agitado y con su pijama pegado al cuerpo debido al sudor.
Las malas noches le habían pasado cuenta y ahora tenía un aspecto horrible, eso por no hablar de que no tenía ni deseos de salir de su habitación. Por eso se ausentó a la escuela durante ese intervalo, no deseando ver siquiera el rostro de Jimin.Tomó de su mochila un estuche con algo de base en polvo, aplicándola en las zonas oscurecidas para disimular un poco la falta de sueño y no verse tan demacrado. Finalmente bajó de su auto, dirigiéndose al interior sin reparar en la presencia de sus compañeros, simplemente ignorándolos a todos.
—Gguk, hablemos por favor —justo antes de entrar al aula fue interceptado por la persona que menos quería ver. Sin embargo, solo decidió pasar de él y caminar hasta sentarse en la esquina opuesta a donde solía hacerlo—. Déjame explicarte las cosas ¿sí?
—Por favor, Jimin, déjame en paz —pidió con calma. A pesar de que se sentía tan traicionado y dolido, ni siquiera tenía energías para discutir con el mayor o simplemente mandarlo al carajo—. No desperdicies tu tiempo, para mí perdiste todo tipo de credibilidad.
El rubio lo miró con tristeza, apretando sus puños por la impotencia de no poder hacer absolutamente nada para que Jungkook al menos le escuchara. Soltó un suspiro, completamente rendido y con ganas de llorar. Si el pelinegro no quería hablar con él no le quedaba de otra más que aceptarlo.
—Bien, no volveré a molestarte, lo prometo.
Se marchó del aula, no soportando más la indiferencia de su trato. Su corazón latía de manera dolorosa en su interior, recordándole una sensación amarga que ya había experimentado antes aunque en diferentes circunstancias.
Se dirigió la estacionamiento y se encerró en su auto, apoyando su cabeza contra el volante mientras dejaba las lágrimas escapar de una vez.[...]
En una situación similar se encontraba el ojigris, que no dudó en salir corriendo del salón cuando Jimin estuvo fuera de su vista. Se encerró en un cubículo del baño de chicos, dejando fluir las lágrimas que estaba reteniendo desde que escuchó la voz del mayor.
No pensó que verlo le afectaría tanto como lo estaba haciendo. Si alguien le hubiera advertido que el amor era tan doloroso, hubiera impuesto una distancia de al menos cincuenta metros entre él y el rubio. Dejó caer esa coraza que tanto le costó forjar, y ahora estaba pagando las consecuencias por ser tan crédulo e iluso.Salió del cubículo minutos después, lavando su rostro para despejar las lágrimas de este. El sonido de la puerta abriéndose lo hizo voltear, topándose con la mirada de Taehyung.
—Jungkook...
—Si vas a abogar por tu mejor amigo mejor no me hables —interrumpió de manera tajante.
—Solo iba a preguntar si te encontrabas bien, tus ojos y nariz están rojos, lo que quiere decir que estabas llorando —comentó, viendo al más bajo aflojar su rostro tenso. Si bien no es que hubiera hecho una gran amistad con el chico, se preocupaba porque sabía que Jimin estaba más que perdido por él—. Perdona que lo diga, pero solo pareces la sombra del chico que eras hace un par de días.
—Bueno, hace un par de días todavía no sabía que me estaban utilizando —profirió sarcásticamente, secando su rostro con un pañuelo.
—Sé que no debería entrometerme, pero deberías al menos escuchar lo que te tiene que decir —intentó persuadirlo—. Jimin también la está pasando mal, no lo había visto así desde la muerte de Taemin.
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¿Puedo amarte? - JiKook
Fanfic。☆✼★━━━━━ ¿Puedo amarte? ━━━━━。☆✼★ Jeon Jungkook, un chico narcisista y amargado, llega a la preparatoria MyungDong para ponerla de cabeza. Park Jimin y su grupo, no contentos con eso intentarán hacerle la vida imposible. Pero...¿si de pronto sus...