CAPITULO 1

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Era un día como cualquier otro para Silvia, una mañana fresca y tranquila en su edificio,le llegaron con una sorpresa, pues un nuevo vecino se había incorporado a el edificio, ella estaba despertando alistándose para desayunar algo ligero.Se terminó de arreglar, portando un vestido negro pegado que hacía que su pequeña cintura resaltara junto con sus caderas, también llevaba unos tacones negros junto una bolsa blanca, salió de su departamento demasiado apresurada.
-Dios ya voy tarde para el casting -expreso ella en voz alta mientras caminaba por el corredor- iba guardando su celular en el bolso cuando de repente sintió que alguien la miraba, levantó el rostro, era el… el vecino nuevo, no pudo evitar escanearlo de arriba a abajo, se alegró con los ojos, se impresionó tanto que se quedó parada,por un momento  se le olvidó que iba tarde a el casting, él se acercó a ella y le tendió la mano.
-Mucho gusto, el señor salinas para servirle -dijo el encantado en los ojos verdes de ella-
-Claro, te me hacías muy conocido, Jorge salinas, un gustazo poder conocer a este bombón en persona -dijo ella entre risas-
-Ay pero qué pena, yo ni siquiera me he presentado.
-No,no,no no hace falta que te presentes ya te conozco, ¿quien no va a conocer a la guapísima Silvia Navarro? -dijo el entre risas-
Ella solo estaba impresionada de que él guapísimo Jorge salinas estaba en el mismo edificio que ella, no podía dejar de mirarlo, era tan encantador en pocas palabras el hombre ideal, el estaba igual, perdido en ella, en sus ojos, en sus labios delgados, en su cabello perfecto, por supuesto en la cintura que a él tanto le impresionó apenas la vio.
Estaban totalmente perdidos el uno de el otro. Silvia de pronto reaccionó y dijo entre sus pensamientos - el casting-
-Bueno, un gusto conocerte tengo que irme, tengo el tiempo encima, perdón de verdad, ella busco la mirada de él y le dio un beso en la mejilla
-Nos vemos más tarde,un gusto -exclamo ella mientras caminaba rápidamente hacia el elevador-
-Eh, eh te invito a cenar esta noche, en mi departamento
-Gritó el tratando de que ella escuchara su propuesta-
-Claro que siii, nos vemos más tarde -contestó Silvia con voz agitada de lo rápido que iba-
Silvia se marchó, mientas Jorge se quedó paralizado pensando en lo que acababa de suceder, el beso fue lo que lo dejó totalmente tonto, nunca pensó conocer a Silvia de esa forma, tenía demasiadas ganas de trabajar con ella.
Entro él a su departamento mientras pensaba -carajo es tan hermosa esa mujer-, se quedó pensando toda la mañana en ella, fue a recostarse en su cama, ya no podía con la desesperación de verla de nuevo, de tanto pensar y pensar en su hermosura se quedó dormido, después de un par de horas despertó asustado recordando que tenía que preparar la cena para Silvia, ya que la había invitado a cenar,recordó que no tenía nada en el refrigerador, tomó un ligero baño,se arregló un poco,y fue directo hacia su auto,se dirijo hacia el supermercado, compró todo lo necesario para perapar una pasta,un vino y algunas otras cosas que el necesitaba, llegó a su departamento, mientras preparaba la pasta pensaba en Silvia,en cómo le pudo atraer tanto si apenas habían cruzado algunas palabras.
Jorge termino de preparar la cena, arreglo un poco el departamento, fue hacía su recamara a alistarce, portó una camisa junto con un pantalón ajustado,se arregló un poco el cabello,y se aplicó un poco de su loción preferida.
Mientras tanto Silvia regresaba del casting,se dirijo directamente hacia el departamento de Jorge, tocó el timbre e inmediatamente Jorge abrió la puerta
-Hola,¿puedo pasar?- pregunto Silvia con una sonrisa
-Hola,claro que sí,te estaba esperando - respondió Jorge,
Silvia entró el departamento
-Wow Silvia te vez espectacular, eres una mujer tan hermosa -comentó el perdido en su mirada.
-Ya, no seas tan coqueto salinas, me pones nerviosa, ¿acaso ya te había dicho que eres un bombón?
-No te pongas nerviosa, supongo que siendo tan guapa todos te coquetean
-Obvio no todos, bueno si a todos los traigo loquitos -soltó una carcajada
-Ah y hablando de que me veo hermosa no lo creo, pues es el mismo atuendo que el de la mañana, eso no es tan atractivo de mi parte.
Jorge se quedó nuevamente impactado con lo que Silvia provocaba en el, era algo especial, algo que nunca antes había sentido, estaba loco por ella y apenas había tenido el gusto de verla de pies a cabeza en persona, algo que el más le encantaba de ella eran sus ojos, esos ojos verdes que tanto lo enamoraron en cuanto la miro.
No dejaba de mirarla, era perfecta en todos los sentidos.
-Jorge, Jorge ¿qué pasa estas bien?
-Perdon, perdón es que no pude evitar perderme en tus ojos -expresó el
-Te pido una disculpa, me quede tan perdido que ni siquiera te pase a sentar a el sofá -Exclamo el apenado
-No Jorge,no no te preocupes
-Bueno platícame todo de ti, quiero saberlo todo -alegó el entusiasmado
-Bueno pues yo también me acabo de mudar, no hace mucho, día hace como unos 2 o 3 meses aproximadamente
-Pues que bien, me encanta que podamos coincidir por lo menos en el edificio, ¿Sabes? yo siempre eh tenido muchas ganas de trabajar contigo
-¿En verdad? pues fíjate que yo siempre eh admirado tu trabajo, me encanta como le das vida a los personajes -exclamo ella clavándole la mirada en los labios
-Yo te admiro como mujer, como actriz, en resumen, eres perfecta
-Ay, ya te dije que no seas tan coqueto, me voy a sonrojar
-No puedo evitar ser coqueto teniéndote enfrente guapa
-Lo lograste salinas, ya me puse demasiado nerviosa -dijo ella muy sonrojada
-¿Sabias que me encantan los hombres que son muy coquetos? -susurró en el oído de Jorge
-Bueno pues, a ser más coqueto se ha dicho -bromeó el
-Ay si tu, mira qué gracioso me saliste
-Cierto, la cena está lista ¿Te gusta la pasta?
-Obvio si, me encanta ¿Como supiste que es mi comida favorita? -dijo ella mientras le sonreía
Jorge le tomo la mano para ayudarla a levantarse de el sofá, sintieron algo especial al tomarse de las manos, era como una corriente que recorría todo su cuerpo mientras cruzaban su miradas y se iban acercando poco a poco.
Silvia dejó su bolsa en el sofá, y empezó a sonar su celular.
-Dios, ¿Porque Justo ahora?- pensó ella
Se soltaron de las manos y se fueron alejando sus rostros
-Responde, te espero en el comedor
Mientras Silvia salió a atender su llamada Jorge recordó que había olvidado las velas para el centro de la mesa y fue rápidamente por ellas, las encendió, cuando Silvia volvió todo se miraba aún más romántico de lo que ya se estaba volviendo

Solos tu y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora