•80 [epilogo]•

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Wanda's pov.

Abrí la puerta con esfuerzo y silencio, todo el que pude para no despertar a Natasha, el vuelo fue largo y necesito que descanse.

Deje mi bolso a un lado y la caja que llevaba en mis manos en el suelo, quite mi abrigo y lo colgué junto a la puerta.

—¿estabas afuera?— di un salto al escuchar a Natasha detrás de mi.

Gire y la vi de pie junto al pasillo, con su pijama, sus ojos entrecerrados y su cabello alborotado haciendo su mayor esfuerzo por mirarme y saber que estaba pasando a su al rededor.

—me asustaste— murmuré luego de ver cómo ella recupera sus sentidos.

—no, tú me asustaste a mi— siguió arrastrando un poco sus palabras— creí que estabas a mi lado pero no.

—salí a comprar unas cosas para mañana, quería sorprenderte— respondí, me acerqué a ella y quite un mechón de su cabello que caía por su rostro, ella me abrazo mientras lo hacía y sonrió.

—eso es muy lindo, pero te necesito conmigo.

—aquí estoy— murmuré y me incliné hasta sus labios para juntarlos con los míos— ¿quieres volver a la cama... o quieres saber que traje?— pregunté sonriente luego de alejarme un poco.

—ambas, pero si para irme a dormir contigo debo saber que trajiste entonces prefiero lo segundo de primera.

—bien, porque va a sorprenderte— dije, la solté y tomé la caja del suelo con delicadeza, la puse sobre la mesa y le di una ultima sonrisa demostrando mi emoción, ella se contagió y rió un poco.

Abrí la caja y la mire con una sonrisa, ella se acercó un poco sin decir nada, el pequeño animalito despertó y sacó su cabeza para vernos.

—¿de donde sacaste al gato?— preguntó casi en automático sin dejar de mirarlo. Lo cual me causo gracia. El también la miro algo asustado, es un gatito negro de unos dos meses con unos grandes ojos azules, me enamore al instante.

—lo encontré, alguien solo dejó junto a un bote de basura, lo escuché y lo traje conmigo... ya lo lleve al veterinario, allá lo bañaron y curaron una de sus patitas que estaba herida, por eso no se ha movido, eso y porque ya me conoce— respondí con la misma emoción de hace un segundo.

—eso es muy lindo de tu parte pero ¿quieres ir viajando por ahí con un gato?

—claro, si le damos el amor correcto querrá seguirnos a todas partes, además lo cuidaré, míralo como un hijo gatuno.

Rió y acercó su mano para que el la oliera, luego lo acarició y me miró, yo mantuve mi expresión tranquila, algo nerviosa pero con emoción, ella se acercó a mi y me abrazo, como si estuviera aceptando al nuevo miembro de la familia tanto como yo lo había hecho desde el momento en que lo vi. Ahora tengo a los dos amores de mi vida conociéndose y comenzando a quererse, mi familia de expande.

—¿como se llamará?— preguntó volviendo a la caja.

—Carlos— respondí, ella se detuvo y me miró fijamente.

—¿Carlos?— asentí— no crees que es muy...

—¿genial? Lo es, lo estuve pensando de camino aquí.

—no voy a ponerle Carlos a un gato—murmuró ella tomando al pequeño en brazos.

—¿por que no?

—porque no es un nombre para un gato.

—¿y cuál es un nombre para un gato?— pregunté poniendo mis manos en mis caderas.

Ella comenzó a bailar suavemente para evitar que el gatito se alterara, mientras yo esperaba su respuesta la miraba amenazantemente, aunque no podía hacerlo de verdad, es un gran paso que haya aceptado que Carlos se quedara y siendo sincera si no lo hubiese hecho yo dormiría en la calle con el.

Red Silence - ScarletWidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora