Yaisandra
Me encuentro con aquella sustancia en las manos. Mi reflejo en el espejo es horrible. Estoy llorando mucho y ya no aguanto más. Las palabras de esa chica vuelven a mí mente: "Te entiendo. Yo también pasé por el agobio familiar pero encontré como superarlo", "Eso, es la solución". Me tomo aquella pastilla y me siento en el piso con la espalda pegada en la pared, aún llorando. ¿Cómo es que me encuentro en está situación? Bueno.......
Días antes:
Ya han pasado siete meses desde que inicié como vicepresidenta en el consejo estudiantil. Mi labor es muy sencilla, debo velar por lo que necesiten los estudiantes de toda la escuela y servir de apoyo a la presidenta. Y hablando de esta, ella estuvo por fin saliendo con Hansel unos tres meses pero terminaron, mejor dicho, él terminó la relación.A mi por otra parte, se me han acercado más chicos de lo común pero no les hecho ni el mínimo caso. Mi corazón está ocupado por aquel joven que quiere ser una clavadista campeón juvenil, Kevin. Desde que empecé en el cargo no veo mucho a mis amigos pero de vez en cuando el me espera para acompañarme a mí casa. ¿Pero y mi hermana? Esa se va todos los días con los demás y Edén se encarga de dejarla en casa. Ese chico está igual que Koga, enamorado hasta la médula. Creo que todos estamos enamorados menos Mariana, que siempre está coqueteando con muchos pero no muestra mucho afecto por ninguno.
Siguiendo con lo de mi labor, pues, yo ayudo a los estudiantes en lo que sea, para arreglar sus asuntos o para darles repasos antes de las evaluaciones. También a veces cubro a los profesores cuando faltan para que no se vean afectados en nada. Lo único malo de todo esto es que está afectando un poco mis estudios, no he tenido mucho tiempo para estudiar y eso ha hecho que bajen un poco mis notas. A mis padres no les está gustando nada, aunque Yuno ha estado cubriendo y mintiendo un poco para ayudarme.
- Tus notas siguen bajando Yaisandra, esto no puede seguir así. –dice mi mamá otra vez está semana.
- Exacto, y no te he visto tocar los libros para nada. –reclama mi padre mientras me regala, esto se ha vuelto un hábito.
- Ma, Pa, Yuna a estado algo ocupada con lo de la organización de un festival de la escuela. –trata de defenderme mi hermana.
- Eso no es escusa, debe encontrar tiempo para estudiar y si no lo tiene que deje el consejo. –dice mi padre.
- No, eso nunca. Por nada voy a dejar al consejo, ni por nadie. –dije con algo de rabia. Llevaban tiempo pidiéndome que dejé mi puesto y eso jamás.
- ¡Señorita, vaya a su habitación! ¡Ahora! –grita mi madre y obedezco.
Subo a mi cuarto y cierro la puerta de un portazo.
- ¡Yaisaaaaaaandra! –vuelve a gritar mi madre.
Siento la puerta abrirse y espero lo peor, de seguro es mi madre. Pero en su lugar aparece Yandra, con una tímida sonrisa que la caracteriza. No dijo nada, solo se acercó y me abrazó. Nosotras habíamos acordado algo cuando pequeñas, si alguna se sentía mal se daban un abrazo si preguntar nada. Pues, con un simple gesto como ese nos decíamos que todo iba a estar bien.
Los días fueron pasando y la cosa se fue poniendo peor, mis notas siguieron bajando y por primera vez en mi vida cogí el mínimo en muchas evaluaciones. Las discusiones con mis padres aumentaban a cada rato al igual que mis responsabilidades en el consejo. Pero yo no quiero dejarlo, me gusta lo que hago, soñé con este momento desde hace rato y ahora que lo conseguí no podía dejar escapar esta oportunidad tan fácilmente.
Hablé con Rina para repartirnos un poco de trabajo pero de todas maneras tenía que apoyar a la presidenta y cumplir con las labores más difíciles. Sé que todo esto no es saludable para mi, es demasiada presión, y cuando hay mucha presión llega el momento que uno explota y yo exploté de la peor manera.
Era fin de semana y decidí tomarme el sábado en la noche para salir un rato. Fui a un bar pequeño que no quedaba muy lejos de mi barrio. El lugar era tranquilo, le pregunté a Yandra si quería ir conmigo pero se negó, dijo que prefería ver una película ella sola. Me senté en la barra y pedí una pila colada sin alcohol. En lo que bebía mi bebida otra muchacha de mi edad se sentó a mi lado, pero a diferencia mía si pidió una bebida alcohólica. Ella tenía el pelo castaño y la mitad de este era de color rosa. Sus ojos era verdes oliva y los tenía algo rojos. Vestía parecido a mí, unos pantalones y una blusa sencilla.
- Buenas. –me saludó la chica.
- Hola. –le devolví el saludo.
La muchacha dio un trago a su bebida y se quedó en silencio un rato.
- Mi nombre es Irina. –se presentó.
- Mucho gusto, el mío es Yaisandra.
Ella me regaló una sonrisa y yo hice lo mismo.
- Tu cara refleja que tienes problemas.
La miré ante lo que acaba de decir. Al parecer tenía escrito en la cara un cartel que decía "Mi vida es una mierda" y no lo sabía. Di un largo suspiro, tomé un poco de lo que estaba bebiendo y decidí contarle parte de lo que me pasaba. Sí, no le debería estar contando cosas de vida a una total desconocida pero ya no quería seguir agobiando a mi hermana con mis problemas.
- Te entiendo. –dijo Irina mientras se terminaba su tercer trago, si, tercer y yo aún iba por la mitad del primero.– Yo también pasé por el agobio familiar pero encontré como superarlo.
- Entonces, dame el secreto. –le dije.
Ella sacó una pequeña cajita de uno de los bolsillos de su pantalón. En ella había escrito una palabra que parecía ser el nombre de alguna medicina. No entendía nada.
- ¿Para que es esto? –le pregunté algo confusa.
- Eso, es la solución. Son drogas.
Abrí los ojos de golpe.
- ¿¡Droo-gass!? –exclamé tartamudeando.
- No grites y sí, son drogas. –dijo muy tranquila.
- Oye gracias pero no creo que estas drogas sean mi solución. Si te ayudaron a ti, bien.
Intenté devolverle la caja pero me detuvo. Pagó lo que consumió y se dirigió otra vez a mi.
- Quédatelas, puede que al final si te hagan falta. Siempre estoy en este bar a la misma hora todos los fines de semana y los miércoles. Ya sabes donde encontrarme si me necesitas. Fue un gusto conocerte Yaisandra. –y se fue.
Un rato después regresé a mi casa. No le dije nada a Yandra sobre aquella chica y lo que me dió. Estuve dudando si votar la caja o no, pero al final la guardé. ¿Crees que las cosa no puede volverse más mal? Bueno, he suspendido dos evaluaciones en un solo día. Por lo menos pude hablar con los profesores y ellos estuvieron de acuerdo en que no lo iban a contar a nadie.
Para colmo, en el consejo me regañaron por no cumplir con una labor a tiempo, que le había encargado a Rina, y me pusieron aún más. No y eso no es todo, mis padres me habían castigado el día anterior sin poder salir a no ser a la escuela y me quitaron la laptop.
Salí super temprano de la escuela, sola porque a los demás aún le faltaban tres horas para terminar pero yo lo dejé todo y me fuí a casa. Cuando llegué grité de rabia y desesperación. Subí y me encerré en mi baño. Empecé a llorar y aún seguía gritando. Pues, ¡exploté! Tiré la mochila y de esta se salió aquella caja que tanto he querido olvidar. La tomé en mis mano y me paré frente al espejo, entrelazando mi mirada entre la caja y mi reflejo.
Y eso pasó, hice lo que no quería hacer. Consumí drogas, y lo peor, si que me ayudó.
Nota de la autora:
Holaaaaaa chicos. Este es otro extra "De vuelta al pasado". En este vimos como Yaisandra comenzó a consumir drogas. En este caso todavía Yandra vivía. La vida a veces no es fácil pero hay que saber cómo enfrentar las adversidades.
Nos vemos en otro extra. Chao😎
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¿Mentir o simplemente vivir? #concursocúmulos2024
Teen Fiction¿Qué sucede cuando descubres que la amistad que tienes con tus mejores amigos se está acabando? ¿Qué pasa cuando te das cuenta de que no los conoces aunque sean inseparables desde niños? Estás y muchas interrogantes más existen en la cabeza de Alexa...