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¿Por qué?

Nadie me forzó, pero aún así lo hice.

Lo amaba con todo mi ser; nunca quise que las cosas llegaran a este extremo.

¿Volvería a verlo alguna vez?

Solo me quedaba una simple flor como símbolo de nuestro amor...

Lo encontré... su cuerpo yacía frío en el suelo, su mirada fija en mí. ¿Era odio lo que reflejaban sus ojos? ¿Amor? ¿O simplemente vacío?

Con lágrimas en los ojos, agarré una navaja y la apunté a mi corazón, sintiendo el frío metal contra mi piel. El dolor y la desesperación me consumían, y en ese momento, me pregunté si realmente estaba dispuesta a seguir adelante con lo que había comenzado.

La rosa del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora