En un mundo de reinos en guerra, un chico y una chica de lados opuestos se conocen. Ella tiene esperanza de detener la guerra; él ha perdido la fe. Con el tiempo, el amor nace entre ellos, desafiando las barreras del conflicto. Juntos, sueñan con un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El crujiente sonido del cráneo rompiéndose era música para mis odios, y ver a todos mis aliados peleando contra el reino Celestium fue un buen motivo para estar orgulloso, no por nada pasamos meses planeando esto.
—Listo, están muertos todos jefe – me avisa uno de los míos.
Ya casi ganábamos, era nuestra victoria, pero un fuerte destello hizo que todos mis hombres cayeran al piso menos yo, una hermosa figura, resaltaba de la luz brillante que hace segundos se hizo presente.
«Mierda»
Fue lo único que pensé, de repente otro destello de luz se apareció al lado de la figura hermosa que tenía frente a mis ojos.
—Ríndanse ya – habló la primera figura.
—Ni lo sueñen, ya la victoria es nuestra.
—No querrás conocer la furia de nuestro padre.– habla la segunda mujer.
—¿Y qué les hace pensar que soy un cobarde?
—¡Fuera! – gritan las dos a la vez.
No retrocedí, me quedé inmóvil, pero algo hizo que se me activarán mis instintos.
«Aquí falta una»
Y la más bella de las hermanas Arcángelis... Adhara, la más joven, inteligente, bella y sobre todopoderosa. Me queda perplejo ante lo que tenía frente a mí, la mujer más bella del país, Celestium.
—Demien hay que irnos – me susurra mi amigo Aiden.
No respondí, la hermosa chica me tenía tan concentrado que ni siquiera me di cuenta de que mi amigo me estaba jalando del brazo para irnos.
—¿Qué te paso? – Me dice mi amigo luego de estar lo suficientemente lejos.
—No sé, pero fue algo tan... raro.
—Es mejor preguntarle a tu padre, él sabrá qué decir.
Asentí levemente y nos fuimos volando hasta llegar al castillo Infernia.
—Padre –Realicé una reverencia, inclinando mi cabeza con respeto mientras mantenía una postura firme y elegante. Fue un gesto sincero de deferencia hacia aquellos a quienes me dirigía.
—¿Qué paso en la guerra? Por qué no vinieron con la victoria – Me dice mi padre subiendo un poco su tono de voz.
—Mira, ha pasado algo muy raro, hoy en la batalla, se han aparecido las hermanas Arcangelis, y lo más raro aún, fue que se apareció Adhara – Mi padre solo me miraba y escuchaba en silencio – Sabes que significa eso?
—Miren, lo que les voy a decir no puede salir de entre nosotros.
Asentimos mi amigo y yo a la vez.
—Hace años, dos jóvenes se enamoraron, tuvieron Tres hermosas hijas, cuyos nombres son Aurora de 25 años, Aria de 20 años y la última Adhara de 17 años, todas hermosas como su madre, pero una resaltaba más, la pequeña Adhara, su hermoso cabello rubio, sus ojos azulados, su hermosa figura y su dulce voz, pero una noche, varios campesinos entraron a robar al castillo Celestium.
—¿Pero para qué entraron? – pregunté.
—Para robarse a la menor, se dice, que cualquiera persona que se intentará meter con sus hijas no vería más la luz del día, varios chicos han llegado a pedir la mano de sus pequeñas, pero todos salen sin victoria.
—¿Y por qué cuando apareció Adhara sentía una vibra extraña?
—Dicen las malas lenguas que ella es la reina de la belleza, su hermana mayor Aurora; reina de la lujuria y su segunda hermana; reina de la inteligencia.
—Y su poder es enamorar a todos a primera vista – Suelta Aiden de repente.
—Algo así Aiden, pero sí, uno de sus poderes tiene que ver con eso. Pero eso sí, es la más astuta de las hermanas, por eso algunas personas le tienen miedo.
—¿La madre de ellas no murió en un incendio?
—No hijo, fueron rumores, pero sigue viva, y va a pagar bien caro lo que hizo, y su padre también.
—Sé que esto no me incumbe, pero– hago un leve silencio y tomo aire para seguir hablando – Por qué la guerra? ¿Por qué no solo hacer la pases?
—Por qué mi abuela fue engañada, y sabes perfectamente que acá las mujeres son algo sagrado, y lo que hizo el Abuelo de Adhara no fue algo bueno, además de que nos quitaron territorio y quieren tener más poder.
Asentí levemente y me fui retirando con mi amigo en silencio.
—Bueno, nos vemos mañana en las prácticas.
Me despido de mi amigo y salgo a volar un rato, me tenía que distraer mi mente, no dejaba de pensar en la hermosa rubia.
