Cap 77

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No quería estar en esa silla incómoda. Odiaba ver tantas batas blancas y niños pequeños llorar. Fijo su vista en la criatura que se mantenía a su lado sin mencionar palbra alguna.

-Señor Snape- se levantó al escuchar su nombre, aquel medimago mantenía un mirada tranquila. Asintió en dirección a la elfa que sorprendida y apenada respondió el silencioso saludo. -Su esposa presenta mejoría, sus niveles están dentro de los parámetros normal- escribió en sus hojas algunas órdenes -Sin embargo no ha despertado aún, recomiendo una noche más aquí, si no despierta por la mañana voy a intervenir. Espero que lo haga ella por su cuenta- sonrió el hombre ocultando su mentira.

-De acuerdo- el pelinegro se sentó en aquella silla -¿Necesita que este a su lado?-

El medimago levantó una ceja, quería decirle todo lo que pensaba de su pregunta tan tonta. Ahora entendía porque Rell8sh le suplico que no lo dejara pasar.

-Lo único que requerimos de usted es su firma- se despidió comenzando a caminar hasta su oficina.

-¿La amita necesitará de Nissa?- la elfa movía sus manos en un intento por calmarse -Nissa quiere ver a su amita, saber que esta bien-

Ambos no dijeron nada, solo esperaron.

Unas horas despues, Rellish se levantaba a dar pasos cortos en aquella habitación. Se alarmaba al escuchar la puerta abrirse, ninguna de esas veces fue su marido. Fue a su baño a limpiar sus manos, al ver su reflejo vio los estragos de estar insciente por una semana.

-¿Eris estas ocupada?- se distrajo al escuchar a Nevan.
Regresó a su cama con una pequeña sonrisa. Al estar cómodo le dio espacio al medimago, este le dejó una pequeña caja en sus piernas. Al abrirla sintió ese delicioso olor.

-No he comido de restos desde hace mucho- una lágrima cayó por su mejilla que fue atrapada por su acompañante. -Gracias-

-Tienes que comer algo, te daré una pócima y necesito que comas para  eso- satisfecho se dejó caer a su lado al verla comer su panecillo de arándanos. Eris recordando buenos tiempos le extendió el bocadillo a los labios de Nevan llenando sus labios de merengue. -Esta delicioso-

Las carcajadas no esperaron, ambos parecían niños pequeños con su bocas y mejillas llenas de la mejor parte de postre.

-Quiero agradecerte por darme más tiempo alejada de él- su tono preocupo al medimago.

-No te preocupes- la abrazo con fuerza -Estoy para ayudarte-

-Veo que no es nada profesional- Eris aferró su agarre en la espalda de Nevan al escuchar aquel tono de voz. Su garganta se cerró por el nerviosismo. -Me sorprende que un medimago este tan pegado a su paciente eso va encontra de las leyes-

Snape estaba ahí, en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Estaba dispuesto a verla en un acto de redención por sus actos de aquel día, más esa llama se apagó al ver la evidencia en los labios de su esposa y el medimago. Su mente y orgullo le hacían ver cosas que no.

Aquel cabello de su esposa había recuperado su tono por lo que disminuyo su enfado levemente.

-Señor Snape antes que todo es mi deber asegurar el bienestar de mis pacientes- Nevan estaba dispuesto a todo por su amiga. -Eris esta bien-

-¡Señora Snape!- levantó la voz asustando a su esposa. -La llamaras por lo que es, una Snape- con desprecio entró a la espera que ese tipo se fuera.

Nevan se limpio los labios con su pañuelo, tenía que retirarse a hacer rondas. Le brindó un apretón discreto en la mano de Eris.

-Si te sientes mal envía una señal con tu varita-

Eris lo vio irse, se dejó caer boca arriba en su cama con dolor en su pecho. El sonido de pasos la tenían alerta.

-Nissa estuvo aquí- tenso su mandíbula al no escuchar respuesta de su esposa. Levantó sus dedos en dirección a aquellos labios llenos de dulces, al sentir su suavidad sintió una corriente envolverlo.

Eris se sintió asqueada por su toque, golpeó su mano con fuerza.

-Eres igual a tu padre- su voz se quebró tras decir aquellas palabras....

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