CAPÍTULO 56 Detective Andrea Swift

568 56 47
                                    

La noche anterior había transcurrido con tranquilidad, los niños estaban cansados por el viaje, por lo que cayeron rendidos a buena hora de la noche, ahora, siendo la madrugada y a punto de amanecer, Andrea se despertó inquieta, no eran ni las siete de la mañana, pero ya necesitaba que todos estuvieran arriba para vigilar de cerca la dinámica familiar, no quería verse como una entrometida, espiando la situación en la familia de su hija, pero como buena madre, estaba preocupada por ella, y sabía que algo debía estarle pasando, no era normal su alejamiento, la conocía perfectamente, y se sentía un poco mal de que no le dijera lo que estaba pasando en su vida, ella querría ayudarla, además de cuidarla como siempre lo ha hecho.


Evie se levantó de su cama confundida, no recordaba que ya estaba en su casa, bajó y salió del cuarto, esperando que sus papás estuvieran en el suyo, al abrir la puerta, ellos estaban ahí, sonrió y fue a golpear la orilla de la cama para despertarlos.

—Evie— Taylor abrió los ojos. —¿Qué pasa? —

—Mami— seguía golpeando la cama.

Taylor cansada, se levantó de la cama para subir a su hija, deseando que se volviera a dormir, la acostó a su lado, tapándola con el cobertor. —Vuelve a dormir— besó su mejilla.

La bebé se metió más adentro del cobertor, sintiéndose calientita en el medio de sus papás, volteó la mirada para ver que su papá estaba perdidamente dormido, no iba a molestarlo, por el momento, ella quería estar con su mamá, se acercó más a ella cuando vio que se acostó nuevamente y la abrazó, Taylor sonrió, acariciando sus pequeños rizos.


Rato después, Charles se despertó, su cabello despeinado indicaba que había pasado una noche rara, los viajes largos en avión lo ponían de malas, no quería salir de la cama y buscar a sus papás así que se puso a llorar, sabía que iban a ir por él si lo hacía.

En cuestión de minutos, así fue, Travis estaba entrando a su habitación para ir por él. —No llores Charlie— el enorme hombre sacó a su hijo de la cama, abrazándolo y besando su mejilla para hacerlo sentir mejor. —Vamos con mami y tu hermana— salió del cuarto para volver al suyo, Taylor estaba tratando de volver a dormir de nuevo, Evie parecía una estrella de mar, dormida en toda la extensión de la cama, los brazos y piernas estiradas demostraban comodidad y confianza.

Travis reía al ver a su hija dormir así, le recordaba a él, esa pequeña era casi una copia exacta de cómo fue de niño, pero con el doble o triple de energía, acostó a Charlie y luego él se metió a la cama también, Charles veía como su hermana abarcaba parte de la cama, pero él no necesitaba hacer eso, se pegó a su papá, Kelce tapó a su bebé y con su enorme brazo lo abrazó, haciendo que se sintiera mejor, trataría de volver a dormir y esperaba que él lo hiciera de igual modo.


Andrea se decidió a bajar a la segunda planta, caminando por el pasillo, se percató de que las habitaciones de sus nietos estaban con la puerta abierta, lo que indicaba que tal vez ya estarían despiertos, pero, al llegar a la recamara principal de su hija con su esposo, vio que estaba cerrada, lo que significaba que todos estaban ahí dentro, ¿Estarían durmiendo?, no iba a molestarlos, y tampoco a su hija tan temprano, o al menos, lo intentaría, tenía muchas ganas de hablar con ella, lanzarle todas las preguntas que la inquietaban y tratar de encontrar una respuesta real a sus preocupaciones, pero no haría eso pronto, primero quería observar que todo estuviera marchando bien con su esposo.

Entró a la cocina, prepararía el desayuno para que Tay no se preocupara, tal vez algo rápido como fruta les agradaría, miraba su celular, esperando a que Scott llegara pronto, quedó de venir a visitar a su hija y nietos al mismo tiempo que ella, por si necesitaban ayuda con los pequeños en algún momento, además que ya extrañaban a Taylor.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora