EPIFANIA 2 YOONMIN (Saga Selenosis Completa)

CAPITULO 1 REFUGIO DE ESPERANZA

En el primer capítulo de esta fascinante historia, se revela uno de los enigmáticos secretos celosamente guardados por el distinguido Lee Yoongi: la Fundación para la protección de niñas y mujeres vulnerables ante la violencia, un oasis de esperanza ubicado en el prestigioso Hospital de la Universidad de Chung-Ang en Seúl. Esta Unidad  brinda asistencia médica, psiquiátrica y psicológica a aquellas damas desamparadas, provenientes de diversas regiones del país, quienes carecen de recursos económicos para acceder a tales servicios. Bajo la dirección de la eminente Dra. Jang Na Ra, esta institución ha atendido a más de mil cincuenta jóvenes en tan solo cinco años…

Yoongi estaba terminando de desayunar, cuando el teléfono de su apartamento repicó muy temprano en la mañana, su ama de llaves le llevó el teléfono hasta la puerta de su habitación. Era la Directora de la Unidad Jang Na Ra informándole que la paciente de quince años Jo Soo-min, se había negado a comer y a tomar los medicamentos, a menos que él fuera a verla.

Veinte minutos después, Yoongi llegaba al Hospital , fue recibido como siempre con respeto y cariño por la Dra . Jang Na Ra

—Lleva dos días sin comer, dice que está cansada y  pasando por una crisis, ha insistido en hablar con usted.

—No se preocupe yo me encargo de ella. —Le dijo.

Yoongi entró en la habitación y la encontró a obscuras, todas las cortinas habían sido corridas, caminó con precaución y encontró a la joven  acostada de espaldas, se acercó a la cama y se sentó en el borde junto a Soo Min, la observó en silencio, buscando valor para enfrentar el dolor, luego le acarició con ternura el cabello.

—Me han dicho que no quieres comer —susurró —¿Por qué no quieres hacerlo, Soo Min? La joven se mantuvo en silencio, apartó la mirada —No tengo hambre —habló al fin.

—Pero debes comer, aunque sea un poco para que puedas recuperarte pronto —habló Yoongi con voz conciliadora.

—No quiero recuperarme. —Le respondió Soo Min casi de inmediato, con su vocecita cargada de amargura—. No quiero recuperarme, quisiera poder morir e ir al cielo con mis padres y hermana. —Clavó sus ojos tristes en Yoongi—.

El aire se contuvo dolorosamente en los pulmones de Yoongi, entendía su deseo, lo entendía perfectamente, pero no podía permitirle rendirse.

— Lo sé, Soo Min, pero ya falta poco, muy poco, lo más difícil ya ha pasado.

—Lo más difícil nunca pasará —rebatió con amargura —. Yo me he visto en el espejo. ——. Me asusta lo que veo, no quiero verlo nunca más, y no quiero seguir viviendo sola, eso es peor que lo que veo cuando veo mi cuerpo.

Un nudo de impotencia se situó obstinado en la garganta de Yoongi, porque en el fondo sabía que no tenía las palabras suficientes ni adecuadas para aliviar el dolor de Soo Min, porque estaba seguro que en un momento como aquel nada podría compensar su perdida, y que cuando se está solo en el mundo, la desesperanza se vuelve el único ancla seguro a cual asirse.

Yoongi guardó silencio por largo rato, hundido en sus propios demonios y dolores ocultos, con la mirada tan perdida como la de Soo Min. —

—¿Qué te parece si antes de la cirugía salimos a algún lugar? Podemos hacerlo de noche.

—No quiero ir a ningún lado, no quiero… —Le dijo Soo Min molesta—. No pagues más mis operaciones, odio estar sedada, odio que me operen, no sirve de nada.

—Soo Min, yo no puedo hacer eso, quiero que te mejores, sólo queremos lo mejor para ti.

—Es que ya no quiero mejorarme, extraño a mis papás y a mi hermanita… ——. Sueño con ellos, sueño con el accidente casi todo los días, escucho los gritos y veo a mi mamá llorando, no logro verla de ninguna otra manera, sino llorando en medio de todo el desastre, después escucho el carro explotar,  veo como esos hombres abusaban de mi sin piedad , lo vivo una y otra vez, y ya no quiero, no quiero verlo más, nunca más. Tú no puedes entenderlo, tú no puedes entender cómo me duele.