Ray
—Annett no voy a molestarme, solo dime quien es, no es normal ni está bien que un hombre de 20 años muestre interés en ti... No estás segura, no estás asalvo, para ti es algo inocente; para ti es algo lindo pero te aseguro que ningún hombre que te mire con deseo o con algo que no sea ternura es una buena persona.—
Lo escucho hablar con Annett agachado frente a su cama.
—Jeff, no soy estúpida, no me mira con deseo, ni siquiera me mira, a mi me gusta pero para él no existo... No es ningun pervertido.—
—Mi amor, mi cielo, no estoy molesto contigo, eres una niña pero no me mientas, se que lo besaste, que lo viste el viernes, que te dijo que te ama...Por favor, solo dime quien es.—
Se que se está quemando en la rabia y que está luchando con las ganas de gritarle.
—Annett, ¿no te basta con lo que le paso a tu madre?, — Pregunto desde la puerta—David tenía 18 y mira lo que le hizo a los 13, ¿Que crees que podría pasarte con un hombre de 20 años persiguiéndote?, dime quien es el tipo y ahorrarnos el tener que encontrarlo; porque lo voy a encontrar.— Mi tono es firme, no tengo ni el tiempo ni la paciencia para rogarle que nos diga quien carajo es el enfermo que se atreve a acercarse a ella, a una niña que a penas empieza a descubrir quién es en medio de una tormenta de mierda que amenaza con arruinarle la vida.
—No les voy a decir nada, mira lo que le hiciste a Ulises, mira cómo reaccionaron por una simple pregunta, entiendan que no le gusto, no me mira, me ha llamado mocosa mil veces, me ve como una niña pequeña y olviden que les pregunte algo, que dije algo, en esta maldita casa nadie puede tener una conversación normal, todo lo resuelven a golpes.— Tiene el mismo tono que tiene la loca de su madre cuando grita.
—Bien,.— Ya se dio por vencido con la negociacion, es experto sacando informacion pero no puede usar sus metodos ni sus herramientas con Annett.—El telefono se va, las salidas se terminaron, no sales con nadie, entrenaras aquí con Antonio o conmigo y olvidate de las redes sociales, de ver a tus amiguitas, de todo, de este cuarto; DE ESTE MALDITO EDIFICIO NO SALES y tienes prohibido hablar con cualquiera de los Zanganos, hombre al que mires en esta casa hombre que se muere.—
Se ve fastidiado, se ve molesto y se levanta hasta quedar totalmente erguido frente a ella.
—Tu a mi no me puedes prohibir nada, no eres mi papa.— No puedo ser padre, el dia que un maldito adolescente me desafie de esa manera le rompere la cabeza, definitivamente no tengo la paciencia para tener hijos.
—Te lo prohibo y a ver quien me lo va a impedir.— Definitivamente Jeff tambien perdio la paciencia, esta tocandose la cara intentando contener lo que supongo son ganas de estrangularla.
Annett sale de la habitación con la cara de demonio que siempre carga y grita por la madre, esa es otra que tiene mucho que aclarar, ¿que clase de madre es? ¿Que clase de madre no se entera, no se da cuenta de que su hija está en peligro, merodeada por un pervertido? La seguimos hasta la habitación de Jeff donde la estupida está sentada en la cama con la laptop en las piernas.
—Ma, dile a este par de idiotas que a mi no me pueden prohibir nada, que no tienen derecho.— Se sube a la cama junto a su madre y me pregunto en qué maldito momento mi casa se convirtió en un nido de locas. Alex atraviesa la puerta cargando la laptop con los videos que debió haberle pedido Jeff, se planta frente a la cama y se ve tan o más furioso que Jeff.
—Explicate, no me interesa lo que te prohiban, no me interesa si no te mira ¿con quien te estas viendo, Annett? No seas estúpida y déjanos evitarte un problema.— Dice practicamente arrinconandolas en la cama.
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Eros -Borrador
DragosteNo existen salidas si todas las puertas llevan al mismo lugar; Raymond Vargas sabe esto mejor que cualquiera, estar exiliado parecía la oportunidad perfecta para cambiar su vida. -Solo las partes que no le gustan- Pero desaparecer y dejar todo atrás...