Al llegar al lugar, Evan estaba asombrado. Era una casa preciosa, no muy grande, ni muy pequeña, era perfecta.
Al entrar, estaba decorada con la escala de grises. Sin duda su madre había puesto su toque en ella.
-Es hermosa.Winter sacaba foto a todo lo que veía.
Evan miraba a Bell. Ella estaba mirando un librero vacío. Se acercó a ella y disimulando su gran interés, preguntó.
-Te gusta leer?Bell se cruzó de brazos.
-Un poco, no soy de esas personas que va a leer a una cafetería o tiene 20 libros en casa, pero me gusta leer sobre historia, también psicología y uno que otro de crímenes.Evan se sorprendió.
-Crimenes?-Si, esos libros que explican la mente perversa de los criminales. Es muy interesante.
El joven peliazul, asintió tomando una nota mental.
-Si quieres puedes traer tus libros y dejarlos acá.Bell sonrió apenada.
-Me gustaría pero no tengo. Generalmente voy a la biblioteca a arrendar, porque no tengo espacio en casa...Dejó de hablar y se tapó la boca.
-Disculpa, no es verdad, si tengo espacio en casa.Evan confundido, preguntó.
-No es necesario que me digas...-Si lo es. Soy tu terapeuta, no puedo mentirte Evan.
Volteó hacia él y sonrió.
-Poco a poco te hablaré sobre mi, espero que hagas lo mismo. La base de nuestra relación debe ser la confianza.Evan se sonrojo.
-Si... Relación...Winter corrió hacia ellos.
-Evan, estoy un poco, cómo decirlo... Siento un poco de envidia ahora mismo. Tienes mejor casa que yo. Pero es envidia sana.Bell se mantuvo a raya de la conversación, no sabía de la relación que Evan tenía con sus padres, prefirió no presionar y averiguar escuchando.
Evan se rascó el cabello.
-Si...Winter miró su celular.
-Es muy tarde, debo volver al trabajo. Papá dijo que te dejó las indicaciones de mañana en tu habitación. Creo que ingresaras a trabajar en dos días.-Tan pronto?
Dijeron Bell y Evan.
Winter rio.
-Si. Cualquier cosa, puedes llamarme, sabe saque cuentas conmigo verdad hermano?Evan asintió y está le dió un abrazo.
-Nos vemos.La chica se despidió de igual forma con Bell y se fué, dejándolos solos.
Evan no sabía dónde estaba mi la cocina.
-Te ofrecería algo pero no conozco el lugar.Bell sonrió.
-Recorramos juntos.Ambos caminaron uno al lado del otro, poco a poco iban encontrando las habitaciones.
Bell entró a una donde estaba sin sacarse, solo la cama estaba lista.
-Me quedaré aquí.Dijo, sin tapujos. Evan entró y supo que era la habitación de servicio.
-No... Es muy pequeña.Bell se sorprendió. Frunció el seño y dijo.
-Pequeña?Evan cerró la puerta y guío a Bell a una habitación que estaba frente a la suya.
-Esta es mejor.Abrió la puerta y era por lo menos el doble de la otra, tenía un escritorio, un computador un sofá de tres cuerpos y una televisión que ocupaba casi toda la pared.
-Es gigante!-Es para ti. La mía está en frente, lo sé por la libreta que Tony dejó en el escritorio.
A Bell le hizo ruido que Evan se dirigía a su padre por su nombre. Cómo Winter le decía padre, sabía que no era la dinámica familiar.
Evan fue hasta el sofá y se sentó en él.
-Es cómodo.Dijo mientras rebotaba.
Bell se sentó junto a él haciendo lo mismo.
-Es verdad.Evan admiró su expresión de felicidad y asombro.
-Como decorarlas este lugar?Bell apretó los labios, pensando.
-Mmm... Siempre he querido tener esas habitaciones con luces que parecen de navidad, que de como la sensación de estar en una cabaña... No sé si me explico bien.Evan asintió rápido.
-Si, si. Te entiendo. Así tienes tu casa?Bell miró sus piernas.
-Algo...Evan sintió el ambiento un poco pesado.
-Deberiamos ir por tus cosas.Bell se sobresaltó enseguida.
-Yo iré. No es necesario que me acompañes.En un instante se paró y se iba a la puerta.
-Pero no es problema, puedo ir contigo.Notó el nerviosismo de la chica, era tan evidente que sus anteojos se empaparon.
-No, no. Tu quédate.Evan cerró la puerta con la mano derecha haciendo temblar a Bell.
-Te llevo.La joven doctora volteó hacia él, su mirada era más penetrante de lo normal, de un segundo a otro parecía alguien más.
-Evan?
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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)
RomansEvan, un joven de 28 años, se enfrenta a la complejidad de su existencia marcada por un trastorno disociativo de identidad. Conocido por sus dos identidades, Evan y Kai, su vida toma un giro inesperado cuando su padre le impone una condición: somete...