|Capítulo 1: "Η γέννηση ενός μικρού βασιλιά"|

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9 de Mayo del 2024

Stella Rose

Me he acostumbrado al dolor con el pasar de los años, e incluso llegue a pensar que iba a desaparecer en algún momento, que dejaría de tener heridas punzantes y grandes.

Pero nunca desaparecieron, siempre estaban allí, muy clavadas dentro de mi recordándome que así me tocó vivir. Si pudiera cambiar el pasado, volver al tiempo en donde todo comenzó y mudar los aspectos de gran impacto en mi vida, no lo pensaría ni dos veces al hacerlo. Cambiaría las salidas constantes con mi padre, la curiosidad de escuchar sus reuniones, las discusiones con mi madre y su aerolínea, porque ahora todo eso me persigue... Cambiaría mi residencia en Atenas, y en Naxos, y no me arrepentiría al hacerlo.

La aflicción ha consumido mi corazón, ya no hay nada que pueda reconocer como algo insoportable o totalmente abrumador. Esta negro, lleno de desolación y un resentimiento que me carcome día a día.

Ese nueve de septiembre yace clavado en mi mente, anclado como un mensaje, convirtiéndose en mi más grande pesadilla cada noche en estos últimos nueve meses. La sangre es lo primero que veo resbalar en el suelo, los gritos parecen ecos en mis oídos y su cuerpo, joder su hermoso cuerpo... Había dejado de llorar porque mis lagrimas se habían acabado aquel día en el que me prometí dejarla ir, porque así me lo pidió, pero Amy Markou aun vive dentro de mi, puedo sentirlo.

— La noticia aun sigue impactando a las personas... — murmuran dentro de la habitación y mantengo mi vista sobre la madera — parece que, es imposible borrar lo que pasó aquella noche —

— Porque lo es... — respondo moviendo mi dedo en círculos sobre la suave tela de seda azul.

Muchas cosas habían pasado después de ese día, pero lo único que recuerdo fue que desperté en casa de una mujer a las afueras de Sicilia, era acogedora y estaba situada enfrente de un muelle con vista a un hermoso amanecer y al mar. Tenía mucho dolor de cabeza y me habían suministrado algo en las venas y no estaba lo suficiente consiente para reaccionar a lo que sucedía, pero ella si estaba allí, informándome todo lo que estaba sucediendo, y igual a como lo hace justo ahora.

— Creo que la temperatura aumentará en Vancouver esta semana — responde con ilusión logrando que alce la comisura de mi labio.

— Eso si es una buena noticia — anuncio abrazándome a mi misma para darme un poco de calor.

Las temperaturas han estado lo suficiente bajas desde que llegamos hace algunos meses atrás después de huir de Italia. Mis ojos se pasean a la piel blanquecina de su rostro y noto como desliza sus dedos a la tablet que Dante le obsequió para que no estuviéramos tan hastiadas, y la veo pasar a ver una revista digital. Mi mente me traspasa al año pasado, en donde recuerdo como la sostenía contra el suelo mientras nos dábamos golpes mutuamente por una cantidad especifica de joyas que ahora son solo suyas. Fiorella se ha encargado de protegerme de una fuerza llena de fidelidad y cariño.

Ella me llevó a aquél lugar, me sacó de Itália con ayuda de Jaime, quien vive entre las sombras en algún lugar del mundo, arriesgando su vida por saber todo lo que sucede, mientras yo me oculto ante los ojos de todos. Mi nombre y mi rostro encabeza las organizaciones más importantes del mundo; La CIA, la DEA, la Interpol y hasta el maldito FBI. Me buscan por negocios que no manejaba, aunque de cierta parte fui participe de ciertos asesinatos, aunque lo veo totalmente indiferente. Sin embargo, me había refugiado en el país donde menos iban a imaginarse, en un pequeño pueblo recóndito en la ciudad de Vancouver, Canadá.

Entre Llamas Del Amor ✔️3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora