💋~ 28/04: En la frente.

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Con suma delicadeza el príncipe Kion entrelazó sus dedos con los de la princesa Fuli. Y ese gesto la derritió por completo.

Iban rumbo al Estadio Unido del reino. Aparentemente a su novio le encantaban los torneos de Baobaloni, un deporte característico de su nación. Y como Fuli quería conocer más acerca de él, no le molestó que la llevara a ver un partido.

Claramente, no se esperaba que él le demostrara su afecto en público. Pero no se quejaba e internamente le encantaba, después de lo que ocurrió hace unas noches... ella no podía dejar de sentirse en las nubes.

—Estoy seguro que el Baobaloni te va a encatar. Además, Bunga es de mis mejores amigos y es el mejor jugador que tiene las Tierras del Reino, no presenciarás una derrota —le dijo Kion justo cuando pasaban por debajo del arco de la entrada.

Los dedos de Fuli sintieron cosquillas cuando él le acarició distraídamente el dorso de su mano. Podía acostumbrarse a eso fácilmente.

Se detuvieron frente a una inmensa hilera de gradas. Fuli estaba por buscar un asiento cuando Kion la jaló hacia arriba. Justo en frente de ellos estaba un palco.

—Como vengo seguido, tengo un palco exclusivamente para mí y mis amigos —le comentó, adentrándose al hermoso lugar—. O bueno, en este caso novia.

El corazón de Fuli dio un brinco ante esa palabra. Miró a ambos lados del lugar y se maravilló de la sencillez pero hermosura del palco. Estaba ubicado estratégicamente para que se pudiera ver todo el estadio. Las sillas eran cómodas (casi parecían tronos) y había una pequeña barra en donde podía observar bebidas, frutas y bocadillos. También era un palco muy muy privado.

Kion jaló de sus manos unidas y sintió una leve presión en su cadera. Lo miró a esos ojos dorados y él le sonrió.

—¿Te gusta? —preguntó.

Fuli debía adtimir que ese brillo en sus ojos era precioso. Había olvidado lo guapo que podía ser Kion cuando algo le emocionaba en gran manera. Y si era completamente sincera, ella se sentía igual.

—Me encanta —respondió. Luego se puso de puntillas y besó su mejilla suavemente—. Amo que te pongas caballeroso, pero ¿qué tal si mejor nos volvemos locos y alentamos a tu amigo Bunga en su partido?

Ahora la sonrisa malvada de Kion era un fiel reflejo de la suya. Oh, cómo se iban a divertir.

~💋~

—¡Corre para el otro lado! —gritó Kion en una oportunidad cuando Bunga se deslizaba por el suelo con el balón en las manos.

—¡Mueve esas piernas! —se unió Fuli un rato después, justo cuando un jugador casi le roba el balón a Bunga.

Ambos se la pasaron gritando y señalando las faltas y los errores de los jugadores del torneo. Así como alentaban las buenas jugadas y celebraban cuando el equipo de las Tierras del Reino anotaba un punto. Fuli disfrutaba de todo ese ambiente ruidoso y caluroso, pero debía de reconocer que lo callado también tenía lo suyo. Justo cuando anunciaron ganador al equipo de Bunga y todos se fueron, el estadio se llenó de silencio absoluto, siendo lo único que se escuchaba unas leves murmuraciones de por abajo.

Pero el palco estaba en silencio, con el príncipe y la princesa recuperando el aire de tan exhaustivo torneo. Kion fue el primero en levantarse para buscar una copa de agua que refrescara sus adoloridas gargantas.

Le tendió una a Fuli y ella bebió de inmediato.

—¿Mejor?

Ella asintió.

—Nunca había presenciado algo como eso —admitió luego de beberse otra copa de agua—. ¿Cuándo es el siguiente?

Kion se echó a reir y se hincó frente a Fuli, tomando una de sus manos. La princesa lo miró enternecida.

—Me gusta verte feliz. Quisiera hacerte feliz siempre, cada día, hasta que ya no pueda volver a ver el sol y que mis pulmones no puedan retener el aire.

Fuli arqueó una ceja.

—¿Estás sugiriendo que nos casemos?

—Si bien es cierto que eso me haría el príncipe más feliz del mundo, no te lo propondría de esta forma, sudados como puercos y en un palco con envoltorios de dulces en el piso —recalcó, Fuli solo rio—. Pero quiero que sepas que lo haré, y no habrá un solo habitante en el reino que no se entere de mi amor por ti.

Fuli estaba conmovida. Ese chico noble y descabellado que conoció hace once años era el mismo hombre que estaba hincado frente a ella, hablándole de amor eterno y acariciando sus manos. El tiempo no hizo que su corazón cambiara en algún momento, y no podía evitar sentirse muy afortunada.

Llevó su mano libre a la mejilla cálida del príncipe y le sonrió.

—Solo si después vamos a Solase y haces que sus habitantes se enteren también.

Los ojos de Kion brillaron.

—Hecho.

Luego se levantó y depositó un casto beso en su frente, llenándola de amor y ternura. Cuando finalizó, la besó en la mejilla, en el lunar que ella tenía y él tanto amaba. Luego saboreó sus labios y se perdió en el sabor de ellos.

Fuli lo agarró de su túnica y correspondió el beso con pasión. Quería aprenderse de memoria toda su forma, su textura y su sabor. Poder recordar esos labios aún en sus sueños y tatuarse a fuego en los suyos propios.

Sin embargo, en esos momentos solo quería sentirse amada. Así que se separó del beso y le pidió que la volviera a besar en la frente. Kion obedeció y depositó mil besos en su pelo, oliendo su aroma y abrazando la espalda de su novia.

Él no lo sabía, pero lo único que ablandaba el corazón a veces frío de Fuli era un gesto como ese. Algo que denotaba intimidad y confianza. Así que se dejó mimar por sus besos mientras soltaba suspiros complacidos.

Definitivamente, Fuli amaba todo de ese hombre. Pero sus besos se llevaban el puesto número uno en su ranking personal.

~💋~

Amo este escenario 😭❤️

Ya solo quedan dos días para culminar el reto. ¿Aterrados? 😏

Nos vemos mañana. Gracias por leer<3

Besos, Vee.

KISSPRIL | Kiuli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora