ʚ Deathly Love ɞ

16°

マークされた

Cerré la puerta del cuartel a mi espalda y observé la gran habitación que se encontraba enfrente de mí. Intenté buscar a L, pero no estaba sentado en el sillón ni mirando por la ventana. Extrañada, intenté adelantarme e ir a su habitación, pero alguien me agarró del brazo antes de que pudiese caminar. Me giré asustada para encontrarme con el detective.

—¡L! ¿Qué coño haces detrás de la puerta?

El nombrado tardó unos segundos en responder.

—Eh, estaba... ¿Esperando a que llegases? —respondió mirándome confuso.

Antes de que pudiese rechistar, L se acercó a mí rápidamente y me puso la mano en el cuello, justo donde estaba el chupetón. La acarició durante unos segundos con su dedo pulgar, y luego me miró incrédulo.

—¿Qué es esto, D-san? —interrogó, más bien con curiosidad.

—Es... Un chupetón —respondí.

Después de un silencio incómodo de varios segundos, el detective volvió a hablar.

—¿Entonces os habéis besado?

—Quizás algo más que eso —respondí avergonzada, evitando mantener contacto visual con el detective.

—Pero es lo que hicisteis, ¿no? —insistió.

—Sí... —confesé notando como la sangre subía a mis mejillas— ¿Te acuerdas de que te dije que estaba en algo importante?

L asintió esperando a que continuase.

—Bueno, justo en ese momento Light y yo estábamos apunto de besarnos, pero como nos interrumpirse se enfadó y me arrastró a su casa —narré siendo lo más directa posible— Entramos en su habitación y, bueno, no hace falta dar más detalles.

—¿Se enfadó?

—Sí, se enfadó, y bastante.

—¿Sabía que fui yo el que te llamé? —interrogó. Parecía que quería llegar a algo.

—Sí, se lo dije cuando te colgué.

L se alejó de mi y se llevó la mano a la boca, apartándola de mi cuello.

—Parece que todo va según lo había pensado... —murmuró para sí mismo— D-san, estás avanzando bastante, pero deberías ir con más cuidado —comentó, refiriéndose obviamente al chupetón.

—Ni que hubiera sido a propósito —refuté—. No sabía que lo iba a hacer.

—¿Lo hizo sin avisarte?

Asentí con la cabeza, escrutando su cara esperando encontrar algún tipo de reacción. Quería saber qué intentaba averiguar con todo este interrogatorio. Se mantuvo callado y pensativo, con su dedo acariciando su labio inferior.

—Y ahora, ¿qué se supone que hago? —pregunté, intentando resolver mis dudas— Ya nos hemos besado, ya me estoy dejando manipular, ¿ahora qué? —finalicé exhausta e indignada. Me sentía idiota.

—No te preocupes, del resto me encargaré yo —contestó— Ahora bien, me gustaría preguntarte algo.

—¿El qué?

El detective dio unos pasos volviendo a acercarse a mí. Colocó una de sus manos delicadamente sobre mi cintura, y la otra pasó por el lado de mi cuello que estaba limpio, analizándolo. Sin darme cuenta, mantuve la respiración y noté como mi cara se calentaba por momentos.

—¿Puedo hacerte un chupetón también? —preguntó acercándome su cara. Dejó caer su cálido aliento por mi garganta, bajando casi hasta mi clavícula.