Capítulo 6

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  El día de la mudanza había llegado. Después de haber resuelto la traición interna en TitanCom, una nueva etapa se abría tanto en mi vida profesional como personal. El regalo inesperado del señor Jeon; un departamento propio, simbolizaba ese nuevo comienzo.

Me encontraba en mi antiguo hogar, contemplando las cajas y los recuerdos que había acumulado a lo largo de los meses en los que habité aquí. En mi mente, estaba lleno de emociones encontradas. Era hora de decir adiós a este lugar que me había recibido después de haber pasado por tantas cosas, para dar paso a un futuro lleno de posibilidades.

Con una mezcla de nostalgia y entusiasmo, inmediatamente me puse manos a la obra. Mis pertenencias encontraron su lugar en las cajas y poco a poco el ambiente se fue desvaneciendo, dejando espacio para la promesa de lo nuevo.

En medio del trajín, también tenía que enfrentar mi responsabilidad en TitanCom. A pesar de la mudanza, los compromisos laborales no podían esperar. Me aseguré de dejar instrucciones claras para la entrega de las llaves y los detalles finales, antes de dirigirme a la oficina.

Mi nuevo departamento se encontraba cerca de la sede, lo que facilitaba la combinación de mi vida personal y profesional. Un sentido de gratitud y emoción se apoderó de mí mientras avanzaba por los pasillos familiares hacia mi puesto de trabajo.

Llegué feliz y emocionado, ansioso por contarle a mi jefe, todo lo que había adelantado con la mudanza. También quería que viera mi responsabilidad al estar en la compañía, sin importar que me había dado el día libre.

Sin embargo, él no había ido a trabajar. Me acerque a Yina, la encargada de recursos humanos, quien siempre era quien recibía las órdenes de Jeon después de mí y le pregunté por él - Buenas tardes, Yina, ¿el señor no vendrá hoy o ya vino?

- Jimin, buenas tardes. El señor Jeon está enfermo. Llamó para avisar que había amanecido con fiebre y no vendría hasta estar mejor.

De inmediato me tensé y preocupé. Quería saber si estaba bien. En mi afán de mudarme, ni siquiera pasó por mi cabeza llamarlo.

- Oh... Vale, gracias - hice una reverencia corta y me sumí en la oficina, dónde finalmente saqué mi teléfono y lo llamé.

Mi corazón latía a mil por hora, desde que llegué a TitanCom, siempre me había llamado él, nunca había sido al revés. Mientras timbraba, pensaba en colgar, porque, ¿y si contestaba su pareja? ¿Y si no quería que lo llamara?
- Jimin - cada vello de mi cuerpo se erizó al escuchar su voz: grave, ronca y débil.

- Señor, supe que estaba enfermo, ¿cómo se siente?

- Tengo algo de fiebre pero no es tan grave. Supongo que tomé un resfriado.

- ¿Necesita algo?

- ¿Cómo qué?

- N-no lo sé... Tal vez algún medicamento o... Atención - cerré los ojos con fuerza al decir esto último.

- Es bueno que te hagas responsable por lo que ocasionaste.

- ¿Q-qué?

- Ese beso en mi mejilla fue letal...

Joder, sonreí como idiota, con las mejillas en llama - Señor Jeon... No diga eso - la vergüenza no cabía en mi cuerpo.

- Solo bromeo. ¿Ya te instalaste?

- Estoy en eso, sin embargo, vine a la empresa para adelantar lo de las reuniones de mañana y pasado.

- Vaya, eres muy comprometido.

- Cuando me apasiona algo, solo pienso en dar lo mejor.

- Eso es bueno. Lo valoro, porque solo espero la excelencia y la entrega total.

When no ones sees' - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora