La reunión

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Una vez llegamos a la habitación Nathaniel estaba acostado mirando hacía el techo, al verme se sentó en la cama aún tapado por las sábanas, Jonh nos dejó a solas, yo me acosté con Nathaniel, el me tapo con la sábana, estaba abrazada a su torso, con una mano acariciaba mí cabeza y con la otra fumaba, no podía dormir pero aún así cerré mis ojos y dejé que la suave presencia de Nathaniel me calmara, es la primera vez que siento que estoy segura con alguien, luego de un rato John apareció con rosa tomada de la mano.

—¿Puedo dormir con ustedes?

Pregunto rosa, mire a Nathaniel quien no le dio mucha importancia, asentí y le extendí la mano, rosa tomo mí mano y se acostó a mí lado, Jonh salió de la habitación y los tres estábamos acostados en una cama para una sola persona, tenía a rosa en brazos mientras Nathaniel estaba a nuestro lado, las horas pasaron y no había ninguna razon para levantarnos, rosa se durmió en mis brazos y Nathaniel nos abrazo a ambas, parece dormido pero no creo que lo este me di media vuelta para poder verlo, acaricié su cabeza y este abrió los ojos de manera lenta, le dio un beso, beso que el corresponde y continúo, mi respiración se veía cortada por los besos, me están exitando pero no es muy lindo hacer algo con rosa pegada a nosotros, nuestro momento se vio interrumpido por una sirvienta que entro y abrió las ventanas, Nathaniel se levantó y se fue al baño, mientras que yo trataba de levantar a rosa, una ves todos nos levantamos, Nathaniel nos dijo que nos abrigamos y desayunemos unas tostadas con te, luego de desayunar Nathaniel nos llevo con los caballos, al ir afuera toda su familia estaba afuera, los guardias prepararon un camión dónde cargaron unas cajas, los caballos para cada uno de ellos estaba preparados, rosa me pidió si podía ir con John, sin decir mucho sentí, cabalgando por el bosque durante un rato hasta que armaron un campamento, Nathaniel y sus hermanos tomaron unas armas y se fueron a casar, Lucy, rosa y yo nos quedamos a preparar todo, tomé unos platos y comencé a ponerlos en la mesa.

—¿Que hacías antes de que el te trajera?

Pregunto Lucy mientras colocaba los cubiertos.

—Yo...sólida limpiar casas.

Conteste con lo primero que se me vino a la mente, no iba a darle una respuesta como, era esclava de hombres perversos.

—Ah...si hay algo que odio más que usar tacones, es que me mientan.

Responde con un cuchillo en la mano que lentamente coloco en la mesa.

—¿Como se que no me echara a la calle si le dijo la verdad?

Pregunte mientras seguía acomodando los platos, ella se acercó a mí y me tomo de la mano.

—Te echaré a la calle si no me dices la verdad.

Dude en contestar ante sus palabras, pero ella es la única mujer adulta aquí, que podría ayudarme.

—Soy una esclava, solían obligarme a bailar y dejar que otros hombres me tocaran para ganar dinero.

Respondo mientras las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos, ella tomo un pañuelo y las secó por mí.

—¿Alguie te...?

Negué con la cabeza, es lo único que agradezco de mí antiguo dueño, nunca me cogieron bajo la escusa de que una virgen que mueve el culo como puta vale más, eso y su fetiche de cogerse a vírgenes para luego perderlas como un objeto era lo que más les gustaba a esos malditos.

—¿Y que haces con el?

Pregunto dándome un vaso con agua para aclarar mí garganta, tome un sorbo y dejé le vaso en la mesa.

—Solo estoy con el y le hago compañía.

Respondo mientras termino de secar las lágrimas de mis ojos y calmarme.

CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora