Una carta al corazón.

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Sus ojos pesaban ligeramente mientras su cabeza parecía maquinar a mil por hora. Sus pensamientos solo se basaban en volver al mismo punto una y otra vez.

A esa mirada angelical y sonrisa gentil.

Quería desaparecer gracias a la ansiedad que la carcomía que parecía no querer abandonar su cuerpo. Se sentía aún más cansada al recordar que no durmió en lo absoluto al quedarse escribiendo una tras otra hoja, tratando de cambiar su letra. Era casi imposible, quería entregarle algo limpio sencillo y lindo, por lo cual se fue a lo más viable.

Imprimió una hoja con aquellas letras que no demoró en escribir.

Se encontraba frente al aula de la más baja, aparentemente vacío. Sabía que era mala idea dejarlo ahí, pero tampoco quería ser vista y obvia dejando aquel trozo de papel en la caja de metal que adornaban los pasillos del establecimiento.

Finalmente, se dió media vuelta decidida a irse, solo para encontrarse con Heng.

—Freen. — la saludó con entusiasmo. La castaña inconscientemente escondió el papel en el bolsillo de su uniforme. —. ¿Por que estás acá? — esta vez preguntó un poco extrañado al saber que la castaña no tenía nada que hacer en su salón de clases.

—Oh, yo... Eh... — las palabras parecían no querer salir de su boca, por lo que le dió una sonrisa nerviosa.

—¿Es para Becky? — preguntó con una ceja arqueada.

Él no era tonto ni mucho menos, había visto como la castaña había hecho el intento de esconder aquel papel en su bolsillo, cosa que no pasó por desapercibido por él. Se preguntó que contenía, pero al notar a la castaña tan nerviosa pudo imaginarse que se trataba de algo importante.

Por su lado, Freen no sabía que responder. ¿Decirle que sí? ¿Decirle que no? ¿Irse y dar por perdido su primer intento? No tenía nada claro ya que su cabeza parecía no pensar con claridad.

—Puede ser. — dijo entre dientes evitando mirarlo.

—Puedo entregárselo. — se ofreció. —. Y no debes preocuparte, no lo leeré, debe ser importante.

Heng le sonrió con suavidad, intentando inspirarle la confianza a Freen de poderle hacer llegar la carta. Freen lo pensó un poco.

—Está bien, pero necesito que no le digas nada. — aceptó entregándosela. —. O bueno, que no le digas que soy yo. — aclaró.

—¿Acaso le estás declarando tu amor? - bromeó riendo, pero se detuvo al ver las mejillas levemente sonrojadas de la castaña. —. ¿Tú...

—Sin preguntas, por favor. — pidió, Heng no pudo evitar asentir al notar a la castaña tan nerviosa.

—Te doy mi palabra. — dijo levantando su mano izquierda en forma de juramentación.

Y con eso, ambos chicos se sonrieron sabiendo que estaban teniendo un tipo de trato.

El día pasó más rápido de lo que pudiesen pedir, entre clases y el poco tiempo libre que tenían por sus exámenes, realmente estaba siendo agotador, sin embargo, Rebeca se había tomado el tiempo de estar con sus dos amigos en su casa, conversando un poco mientras hacían una pausa para descansar del trabajo de biología que estaban realizando.

—¿Entonces no me dirás de quién es esa carta? — preguntó curiosa luego de haberla recibido.

Solo recibió un encogimiento de hombros como respuesta por parte de su amigo.

—¡No seas un aguafiestas! — exclamó Iring.

—Lo mejor será que acabemos esto, la cabeza ya me da vueltas de estudiar tantos huesos. — Heng desvió el tema, tomando nuevamente su libreta y y su lápiz para seguir enmarcando lo que le pareciera importante añadir.

Rebecca se limitó a mirar por última vez la hoja en sus manos antes de ponerse al corriente con sus amigos.

Pasaron alrededor de dos horas más para acabar con su trabajo, quedando satisfechos con el resultado de este. Los acompañó hasta la puerta de su casa para despedirlos, diciéndoles que se verían al día siguiente para sus clases. No demoró en correr nuevamente a la sala, terminando de recoger sus cosas y llevarlas a su habitación, ubicándolas correctamente en su lugar. Como si el destino quisiera, pudo ver una pequeña parte de la carta sobresaliente del libro que dejó en su escritorio. La tomó con cuidado y se decidió a abrirla finalmente para ver qué contenía.

Se encontró con la hoja perfectamente doblada en tres partes de manera cuidadosa, pareciendo que la persona quisiera cuidarla y mantenerla lo mejor posible.

La desdobló, encontrándose con líneas impresas en letras negras plasmadas en la hoja. Sus ojos se dedicaron a leer.

"El amor es dulce, es preciado, es delicado.
El amor es libre, es cautivador y motivador.
Tan cautivador y motivador como tú.
¿Curioso, no? El amor llega solo para
instalarse en tu corazón y clavarse
con el rostro de este en tu mente.
Y el amor en mi mente tenía tu rostro."

Rebecca no pudo evitar sentir una calidez creciente en su pecho y que una sonrisa grande se instalara en sus labios al terminar de leer esas palabras. Sus mejillas quemaban y podía asegurar que sus ojos destilaban un brillo tan intenso como el palpitar de su corazón.

Se preguntó quién pudo haber escrito aquello.

Por primera vez luego de un tiempo, pudo sentir a su corazón alocarse por alguien que ni siquiera conocía.









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Ha sido mi cap más corto, pero siento que está bien de esta manera.

Estoy muy emocionada por este cap.

¿Cómo están?

Los tqm. <3

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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