Lo primero que vio al abrir sus ojos, fueron unos pétalos de un rojo sangre, creyo que estaba viendo mal, pero al levantarse se percatado que no solo la cama sino que toda la habitación estaba repleta de pétalos de rosas.
Bajo sus pies descalzos al frío piso, solo fue cuestión de dar tres pasos para pisar algo más que no era la alfombra o los pétalos.
Una carta de color negro, inusual, pero era hermoso, más cuando abrió y vio que las letras estaban escritas con dorado.
—Alfa...
Mi bello, precioso y hermoso omega, buenos días, lamento el tener que privar a mis ojos de tu hermoso ser, pero es necesario por ahora.
Tengo algo para ti, las rosas te guiarán hasta el lugar en el que debes estar.
Permíteme sumergirme en las profundidades de las palabras, como un buzo que explora los abismos del corazón. Esta vez, deseo escribirte una carta más extensa, tejida con los hilos de mi alma y la tinta de mis emociones.
Hagamos un trato, susurra el viento mientras acaricia las hojas de los árboles. Y yo, aquí, con el papel en blanco y la pluma temblando entre mis dedos, me dispongo a sellar ese pacto contigo.
Ven, querido, y camina junto a mí por los senderos de lo desconocido. Deja que te muestre los recovecos secretos de mi ser, esos rincones donde guardo mis sueños y mis miedos. No temas, porque en tus ojos encuentro el refugio que anhelo.
Este frío corazón, ¿lo ves? Es como un iceberg que flota en el océano de mis silencios. Pero tú, con tu ternura, eres el sol que derrite sus bordes afilados. Atrévete a explorarlo, a descubrir las grietas por donde se filtra la luz. Enséñame a sentir de nuevo, a derretir las capas de hielo que me protegen.
Abraza mis miedos, como si fueran delicadas mariposas atrapadas en tus manos. Despliega tus alas y llévalas hacia el cielo, donde puedan danzar libres. Y cuando la noche sea oscura, cuando los monstruos acechen en las sombras, abrázame con fuerza. Sé mi refugio, mi escudo contra la tormenta.
Frenkie sonrió con pequeñas lágrimas en sus ojos, reconocía ese escrito.
Cuando él y Marc empezaron a sentir, cuando empezaron a enamorarse, Marc solía escribir, sin importar el momento o el lugar, Marc siempre plasmaba sus sentimientos en cartas, porque anteriormente no sabía cómo hacerlo con palabras.
El Alfa no encontraba el momento indicado para decirle las palabras, pero una carta siempre encontraba un momento ideal.
Esa carta... Fue una de las primeras que Marc le escribió, la primera vez que la leyó, no sabía que era el Alfa quien las enviaba, tuvo que pasar varios días para descubrir quién era el portador de tan hermosos sentimientos.
Camino siguiendo las rosas, estas lo llevaron hasta la habitación de los recuerdos.
Un espacio donde Marc una mañana decidió colgar los primeros guantes que Frenkie le había obsequiado, y así la habitación se fue llenando de recuerdos. Hasta las muletas de Frenkie estaban ahí.
En el suelo había otra carta, igual a la primera.
¿Sabes? La primera vez que te vi, por poco y no se me paro... El corazón eh.
Te veías tan hermoso, pero lo que me hizo caer a tus pies, fueron esos ojos tan... Ahh no sé como explicarlo, pero son tan hermosos, tan únicos, muchos dicen que son celestes, otros azules, incluso he escuchado que son morados.
Pero tus ojos son mi paraíso, mi salvación en momentos de caos, mi universo en momentos de tristeza y mi eterno amor en todos los momentos.
Me enamore de esos hermosos ojos sin imaginar que abajo de ellos encontraría esos lindos labios, que al sonreír me hicieron enamorarme aún más, me enamore de las pláticas continuas que teníamos.
De la manera en que hacías que nunca me aburriera de hablar contigo y hacerme reír aunque no te tuviera cerca, me enamore de la forma en en que me miras, me enamore de tus besos, de tus abrazos y de tus "te extraño" y como al pasar el tiempo un "te quiero" se convirtió en un anhelado"te amo".
Cada día me enamora más de la misma persona y eso es lo mejor, eres mi persona favorita con la que quisiera seguir disfrutando cada momento, porque contigo cada momento es mejor, me haces muy feliz quiero ser la persona con la que nunca dudes lo mucho que vales y eres, quiero ser la persona que te enamore cada día más y que te haga sentir bien te amo.
Ahora mi vida, quiero que te des la vuelta, amo ver tu lindo trasero, pero quiero ver tu lindo rostro ahora.
Tan pronto termino de leer, se dio la vuelta para ver como su Alfa estaba recargado en el marco de la puerta.
Una hermosa sonrisa cubría su rostro.
—Feliz aniversario amor.—Frenkie se lanzó a los brazos de su esposo, Marc ni lento ni perezoso lo atacó con besos de aquí y allá.
—No creas que este es tu regalo, en la noche recibirás el regalo principal.—Susurro en su oído, Frenkie rió emocionado.
—En ese caso, ¿Es mejor que te de tu regalo en la noche también?
—Ah, ah, nop, yo quiero el mío ahora.
Frenkie sonrió nervioso, se llevó las manos hacia la bata que lo cubría, de forma suave la tela cayó a sus pies.
Y no era lo que Marc estaba esperando, para nada.
—¿T-T-Tú?
Frenkie asintió emocionado, al borde de las lágrimas tomó las manos de su Alfa para que este desatará el pequeño listón rojo que tenía en el vientre.
—Feliz aniversario... Futuro papá.