Candyfloss and Lace

Capítulo 12: (No) quiero ser sedada

Son Chaeyoug
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4:10

¡Hola Athena!

Sólo quería hacerte saber que Mina todavía no está muy bien.

Lamento oír eso, Chaeyoug.

¿Ha visto a un médico?

Si no se ha animado esta noche,
creo que ese es el plan.

Ya veo. Por favor, dígale que
esperamos que se sienta mejor pronto.

¡Gracias, Athena! ¡Lo haré!

Cuando Chaeyoug despertó, sentía dolor.

Le dolían los músculos por los espasmos que había sufrido, pero era más que eso. Alguien había tenido la amabilidad de darle una paliza mientras estaba fuera, dejándola magullada y maltratada.

Había metal frío alrededor de sus muñecas (esposas de algún tipo) y cuando intentó moverse, se escuchó un ruido (una especie de cadenas).

Abrió los ojos y luego los volvió a cerrar casi con la misma rapidez ante la iluminación demasiado brillante. "Rayos." Intentó alcanzar sus gafas... desaparecidas. "Maldición."

Cerrando los ojos, se concentró en tratar de curarse a sí misma. Si no se hubiera alimentado tan recientemente, esto sería jugar con fuego, pero en realidad no tenía muchas opciones.

Podía sentir una pequeña hambre en el fondo de su mente, pero podía controlarlo por ahora. Lo más importante era descubrir dónde estaba y qué diablos estaba pasando.

Arrastrándose sobre manos y rodillas, abrió los ojos de nuevo; todavía le dolía un poco, pero podía arreglárselas siempre y cuando no mirara directamente a las lámparas. Sin botas, todavía tenía su camisa y jeans, pero los bolsillos estaban vacíos. "Bueno, supongo que eso podría ser peor".

Piso de concreto. Paredes desnudas, excepto por los pesados cáncamos colocados en la parte trasera, y sí, seguro que eran cadenas de gran calibre que iban hasta las esposas con candado sobre sus antebrazos.

"Alguien ha estado en Home Depot y en los sex-shops. Muchachos ocupados". Hablar sola no era genial, pero bueno, era mejor que quedarse ahí sentada como un bulto.

Después de unos minutos de probar las cadenas, descubrió que tenía suficiente holgura para pararse y acercarse a aproximadamente dos pies de la pesada puerta de metal. En la pared del fondo, el piso de concreto parecía haber sido vertido alrededor de los pernos que la anclaban; tal vez pudiera aflojar uno, pero llevaría tiempo.

Ella era fuerte, pero no era Superman. Aún así, mientras se miraba las manos, eso le dio una idea. Si el acero del que estaban hechas las esposas fuera más suave que la cadena o el candado, tal vez podría romper cosas de esa manera. Todavía llevaría tiempo, pero probablemente sería más fácil que romper el suelo. Menos obvio también, esperaba.

Agachada en el suelo de su celda, cruzó las manos y empezó a jugar con el candado como si lo probara, girándolo hacia delante y hacia atrás contra el lazo que lo mantenía en su sitio.

Cuando Mina despertó, le palpitaba la cabeza y tenía una sensación de malestar en la boca del estómago. Era como la peor resaca que jamás había experimentado, exactamente la razón por la que rara vez bebía en exceso...

Algo había sucedido, algo que sabía que estaba muy, muy mal, pero no podía recordar nada. Fragmentos de la voz de un hombre... ¿había estado respondiendo preguntas?