"Un cuarto, vos y yo".
Habíamos estado todos ya en el hotel. Pero no veía a Simón, mi cuerpo tenía la necesidad de estar con él, me daba desesperación no estar junto a él. No entendía porque, mi cabeza me trataba de remarcar que era el único con el que me llevaba bien, pero mi corazón me decía otra cosa, la cuál no quería ni siquiera pensar por miedo al rechazo.
—Eh Pipe.—grito Juani acercándose—. Queres que te ayude a subir las cosas?.—le dio una sonrisa—.
—Juani, si, dale gracias.—le devolvió la sonrisa—.
Ambos llevaron las cosas a la habitación, habitación que sorprendentemente tenía dos camas. Había que compartir habitación, idea que a Pipe no le agradaba mucho por el simple hecho de tener miedo a socializar más. Cosa que bastante le costaba.
—Hay que compartir habitación?.—pregunto el castaño para estar seguro de sus sospechas—.
—Si Pipe, hay que compartir habitación.—le afirmó el ojiazul para luego dejar las maletas de Pipe—.
—Vos ya tenes compañero?.—pregunto sentándose en una de las camas, acción que también repitió el bonaerense—.
—Santi, voy a dormir con Santi.—dio una sonrisa y Pipe una carcajada—. Es decir, voy a compartir habitación con el.—dijo arreglando lo que Pipe había mal pensado—.
—Bueno gracias por ayudarme Juani.—le dió una sonrisa—.
—No es nada, vos? Con quién vas a compartir habitación?.—pregunto acostado en la cama contraria mirando al techo—.
—Conmigo.—dijo Simón entrando a la habitación—.
—Buenoooo, apareció el perdido.—dijo Juani para levantarse a saludar al morocho—.
Pipe no decía nada, solo dió una sonrisa cálida. Que hermoso era verlo nuevamente, que hermoso era saber que con el iba a compartir habitación.
—Eu gordo, te extraño. Vení ayúdame a desempacar las cosas.—dijo el rubio asomándose a la puerta—.
—San.—sonrio el bonaerense—.
—Eh cordobés.—lo saludo Simón y Pipe le dió una sonrisa—.
—Que andan haciendo? Vos vení conmigo, quiero que me ayudes a sacar las cosas.—dijo Santi sentándose junto a Juani en la cama para tomar su mano y jugar con esta—.
—Que bien se llevan ustedes, igualito que nosotros dos, verdad pipon?.—le dió una sonrisa—.
—Si, no sabés.—dijo jodiendo sarcásticamente y Simón lo abrazo por la espalda, cosa que hizo sonrojar y sonreír a Pipe—.
—Bueno, nosotros nos vamos.—dijo Santi saludando a ambos y llevándose con el al ojiazul—.
—Bueno y nosotros podemos salir a caminar.—dijo Simón—.
—Eh?.—pregunto Pipe confundido—.
—Si, no queres conocer más Uruguay?.—le dió una sonrisa y Pipe dudó un segundo ya que estaba algo cansado pero después asintió—.
—Dale, vamos entonces.—respondio el castaño con una sonrisa lo cuál el morocho asintió—.
El paseo por las calles uruguayas fue increíblemente tranquilo, ambos eran uno con la naturaleza y la cuidad. Se habían olvidado por completo de los celulares y solo compartían risas y miradas tras las largas conversaciones que tenían. Simón cada vez lo jodia más y pipe solo se sonrojaba y disfrutaba de lo que el morocho hacía.
—Me vas a invitar a comer ahora?.—pregunto Pipe con una sonrisa y Simón negaba mordiendo su labio inferior—.
—Veni dale, vamos al restaurante de allá.—ambos pidieron para llevar y cuando volvieron al hotel fueron a la habitación que compartían—.
El ambiente era lindo, hablaban y reían por cualquier cosa a cualquier momento. Pipe parecía un nene, un nene que Simón tenía que cuidar. Con las comidas el castaño era muy delicado y se cuidaba mucho en ese sentido.
—Me vas a dar la última papa a mi, no?.—pregunto Pipe al ver como Simón miraba esta—.
—No, vos ya comiste.—dijo mirándolo, mirada que bastaba para que ambos pelearán por la última papa que quedaba haciendo que consiga la victoria Pipe—.
Simón estaba encima suyo y Pipe tenía la papa en sus labios mirando al morocho arriba suyo con bastante sonrojo. Simón se empezó a acercar a sus labios rompiendo ese reconfortante momento y tomo la papa con sus labios quitando esta de la boca de Pipe para luego comerla y darle una sonrisa.
—Eso no se vale.—exclamo el castaño mientras miraba los labios del morocho con hipnotización y con la boca un poquito abierta—.
—Si se vale, deja de llorar gordito.—le dió la mitad de la papa que le quedaba en la boca y sonrió sentándose sobre el—.
Felipe estaba aún más rojo que un tomate. Su sonrisa no se borraba pero no tenía incomodidad, solo estaba nervioso. ¿Por qué Simón no se salía de arriba de el? ¿Por qué le sonreía y le dió la mitad de la papa en la boca?. "Gordito" se derretía de amor al recordar lo que el morocho le había dicho hace segundos. Los labios de Simón eran como imanes que atraían a Pipe y poco a poco se acercaba a sus labios. Completamente ciego por el deseo que sentía por el morocho. Se acercó quedando demasiado cerca y cerró los ojos dejándose llevar para empezar a besar al morocho. Tenía miedo, bastante pero hacia lo que su corazón le decía y lo que su cuerpo quería, Simón tardó en reaccionar por tomarlo de sorpresa pero siguió el beso tomándolo del cuello de la remera para acercarlo a el siguiendo el beso con intensidad y deseo. Pero antes de que el aire les empezará a faltar Simón se separó de inmediato.
—No puedo, lo siento.—dijo apartándose con miedo y Pipe lo agarro de la muñeca—.
—Pero por qué no?.—pregunto con desilusión—.
—No puedo, no está bien.—dijo para soltarse—. Perdóname Felipe.—salio de la habitación lo más rápido que pudo dejándolo solo—.
"Felipe". Le dolió en el alma que lo llamará así, pero lo entendía, el apenas estaba descubriendo que le gustaban los chicos y estaba seguro de que Simón estaba pasando por su etapa dónde no tiene una decisión exacta.
Pero el miedo lo invadió, iban a compartir la habitación mientras rodaban en Uruguay y el set durante toda la filmación. Tenía miedo de que la amistad que estaban construyendo se caiga a la basura por un simple deseo de probar los labios ajenos. Sabía que lo que venía sería incómodo.
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"Entre el humo y el alcohol"|Felipe "Pipe" González Otaño x Simón Hempe.
RomanceUn chico totalmente introvertido empieza a soltarse con uno que es todo lo contrario. Iban por trabajo y terminaron enamorándose. Pero no será fácil, después de todo la felicidad no es nada fácil de encontrar.