Matrimonio Concertado (kokonoi Hajime x Inui Seishu)

Cala

"El humo que oculta nuestras siluetas se disipa en recuerdos"

La próxima semana kokonoi pasa los días con una nebulosa en la cabeza, las fotos de Seishu trajeron recuerdos que mantuvo alejados y controlados por años. Cada mañana se despierta sintiendo humo en los pulmones, cada noche sueña con llamas amenazantes, gritos, Seishu inconsciente y Kalypso sobre Akane y Senju. Durante el día puede sentir la nube negra colándose por sus orificios nasales y las llamas acariciando sus manos cuando entró por el rubio. No es una buena semana, de nuevo, así que ahora está practicando tiro con pistolas mientras Kalypso lo hace con cuchillos.

— Mikey quiere el informe —.

— La semana pasada le envié uno —.

— Sí, solo uno, el reporte de los balances — Kalypso gira hacia el blanco y kokonoi puede ver cicatrices de latigazos. Genial, otra cosa para sentirse culpable.

— El otro informe lo tiene Sanzu —.

Kalypso ríe — Sanzu está peleando con Muto, de nuevo —.

— Dios — resopla bajando el arma, gira y observa a su guardaespaldas de toda la vida lanzar cuchillos, todos dan en el blanco, mira la espalda de la chica fijándose en las cicatrices y el dragón comiendo su cola, quemado en su omoplato.

Un recuerdo rápido aparece en su mente. Kalypso con 12 años encadenada, colgando del techo, tiene el torso desnudo, hay un látigo en el piso, debajo de ella, la espalda tiene múltiples heridas y chorrea sangre, la pierna derecha tiene una cortada, y la cara está llena de magulladuras. Corre hacia ella gritando "¡perdón! ¡lo siento!" sus lágrimas resbalan por sus mejillas mientras observa a la chica inconsciente suspendida por cadenas.

— ¿koko? — la chica lo llama y Kokonoi sale de su recuerdo.

— ¿Qué? — responde mirando el piso.

— Seishu. Hoy no le enviaste un regalo —.

— ¿Qué? — Kokonoi la mira con confusión, siempre pedía los regalos de Seishu o en dado caso le daba una lista a Kalypso para que los encargara. — ¿Por qué no le enviaste nada? —.

— No había nada para enviar —.

Kokonoi restriega su cara con sus manos. Había olvidado pedir los regalos o darle la lista a Kalypso. Un par de fotos lo lograron desorientar, tiene que calmarse y volver a la realidad, ya salió una vez de la nebulosa, puede salir de nuevo, no puede seguir así o perderá de vista alguna ficha, y no se lo puede permitir. Kokonoi toma la cajetilla de cigarrillos de su guardaespaldas, los cuales detesta debido a la combinación de la menta con la nicotina, pero por el momento está bien.

No había fumado en una semana, ya sentía humo en los pulmones todo el tiempo, así que no había necesidad. Suspira y enciende uno mirando a Kalpso retirar los cuchillos de la madera. Kokonoi camina a la puerta, no tiene que hablar, sabe que ella siempre está detrás de él. Va a la ducha del primer piso y se da un rápido baño. Sale y se dirige a su oficina. Toma un vaso de tequila y juega con el esfero, no necesita recordar las quemaduras en las fotos, las tendrá que ver en el futuro, y ya las vio en el pasado.

— Adivina que llegó hoy — por la voz de la chica, que pasa de monótona a completamente maldadosa, como si las palabras las pronunciara Lucifer, sabe que se va a burlar de él.

— ¿Qué? — dice y siente que su respiración funciona mejor, pero aún hay humo en sus pulmones y ceniza en su nariz, ambos inexistentes. Ella deja una carpeta directamente en el escritorio de Kokonoi pero no se aleja, hay una sonrisa jugueteando en sus labios, la misma que tenía cuando robaba tartas en la cocina, cuando se escapaba en la adolescencia o cuando tortura a traidores.