La vida me sonríe y yo para no ser descortés le sonrió a ella. El programa está siendo un éxito en todos los aspectos y a la gente le estaba gustando ver diferentes programas basados en premios. Gracias a las grabaciones también estaba viajando bastante, el de Juan Ramón Jiménez me llevó a Huelva, mi precioso pedacito de Andalucía. Después viajamos hasta Londres, para presenciar, la caída de Madonna en los BRIT Awards, aunque el triunfador de la noche fue Ed Sheeran.
Nuestro siguiente programa ya estaba en marcha y sí, era cierto que había muchos más campos en los que entregaban premios, como la fotografía, el periodismo, etc. Pero poco a poco se grabarían más sobre ese tema. El nuevo programa me iba a llevar a París, Ceuta, Tetuán y Tánger, tenía como tema central el yihadismo. Estaba nerviosa y expectante por el viaje, la idea principal era convivir con algunas familias musulmanas, una de ellas con hijos entre las filas yihadistas. Mi misión era demostrar que como en todos sitios hay personas buenas y malas.
Está tarde comería con mis padres para despedirme, estaría fuera dos semanas y seguro que me iban a "echar de menos". Como de costumbre pusieron en duda mi profesionalidad y creyeron que no iba a ser capaz de hacer el programa, que me daría miedo o un arranque de los míos y que se cancelaría. Para mi sorpresa, antes de salir por la puerta, mi padre me abrazó muy fuerte y me dijo al oído que confiaba en mí y en mi buen juicio. Esas palabras nunca me las habría esperado.
Después de la comida con mis padres, tenía otra cita ineludible, un café con Noa y JD. Ambos estaban muy preocupados por el programa.
- Chicos, tranquilos-. Sonreí dando un sorbo a mi café.- Nos acompañan algunos miembros del ejército, como medidas de seguridad.
- Mmmm...-. Los ojos de JD lanzaron chispas.- Que envidia, Ari. Soldados para ti solita-. Me dio un codazo y reímos.
- Ahora su cabeza solo la ocupa Carlo-. Noa sonrió con malicia.- ¿Ocupa algo más que tu cabeza? Tu cama ¿tal vez?-. Las risas se sucedieron y me puse colorada.
- Hemos quedado para cenar en mi casa-. Comenté emocionada.- Ya os contaré a la vuelta-. Reímos de nuevo.
Carlo era conocido de Noa, habían trabajado un par de veces juntos y siempre había pensado en él para mí y viceversa, la verdad es que éramos bastante compatibles y lo pasábamos bien juntos. Hemos quedado un par de noches y para las más curiosas, sí, nos hemos besado hasta quedarnos sin aliento. Es italiano y no sé si será un topicazo, pero me conquistó desde el minuto uno.
- Buona sera, bella-. Me dijo al oído mientras se acercaba a darme un beso en la mejilla.
- Buenas noches-. Sonreí y lo invité a entrar.
Durante un rato estuvimos hablando de cómo nos había ido el día, acompañado de un buen vino.
- Ti poso baciare?-. Mi sonrisa se ensanchó, estaba esperando esa pregunta desde hacía un rato. Antes de besarme siempre preguntaba.
- Estabas tardando en preguntar-. Nos acercamos y nuestros labios se encontraron en un suave beso.
La cena fue de maravilla, Carlo llevaba unos años en España, pero aún así quise agasajarlo con cosas típicas, tortilla de patatas, jamón ibérico, aceitunas, queso. Tampoco faltó una buena empanada gallega de bonito, no penséis que me pasé la tarde en la cocina. Lo compré todo en el bar de debajo de mi casa, las mejores tortillas y la mejor empanada sin duda. Siendo sincera, yo también quería comer todas esas cosas, iba a estar dos semanas sin catar manjares españoles.
- ¿Estás nervosa?-. Preguntó Carlo un rato después. Habíamos terminado de cenar y estábamos hablando de trivialidades.
- No-. Agité la cabeza para acompañar mi respuesta y sonrió.- Procuro no pensar en las situaciones que podría vivir, la imaginación es muy poderosa.
- Certamente-. Me miró de arriba abajo y se acerco a mi oído.- Ti voglio benne-. Sus labios se posaron en mi cuello.
- No llego a ese nivel de italiano-. Reí tontamente mientras recibía sus besos.
- Te deseo, Arielle-. Repitió y me beso con intensidad.
En realidad llevaba un rato entonada, y es que la suavidad con la que me hablaba y la forma en que me miraba ya me hacía temblar las piernas. No había podido imaginar mejor manera de despedirme de España y de Carlo que un buen polve... que con una noche de pasión.
- Grazie por esta noche, Arielle-. Carlo me hablaba mientras se vestía.
- Prego-. Le sonreí cuando me miró.- Ha sido un piacere-. Se acerco a darme un beso.
- Sonno pazzo di te-. Se separó de mí y sonreí entendiendo a duras penas.- Nos vemos cuando vuelvas-. Nos volvimos a besar y lo acompañé hasta la puerta.
Con una sonrisa de oreja a oreja miré el salón de mi casa y me rasqué la cabeza, creo que olvidaba algo. Caminé hasta mi habitación y casi me da un siroco. ¡No había preparado la maleta! Don't worry Ari, piensa la experiencia con Carlo y ponte las pilas.
Sin perder un minuto llamé a Noa y JD, que seguro que estaban despiertos y les pedí venir a ayudarme, me iban a matar, pero la noche había merecido la pena. Preparando una lista rápida y dejando todo a punto, puse la radio. Amaral sonaba fuerte y reivindicativa. La canción reflejaba como me sentía en aquel momento...
"Quiero vivir, quiero gritar, quiero sentir el universo sobre mí"
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Arielle y los hombres
KurzgeschichtenArielle es una chica normal, con sus defectos y virtudes. Tiene lo que necesita para ser feliz, trabajo, amigos, familia... pero en esa ecuación siempre falla el amor. Arielle es independiente, tímida en algunos aspectos, atrevida cuando menos lo es...