Nexus

Parte I: El inicio de la Era Paranormal.

Wilfurch State, May 16, 2038.

Hace bastante tiempo, unos... ¿22 años? Más o menos, dió inicio una pequeña época conocida como la Era Paranormal, tiempos oscuros en los que la vida no era lo más óptimo... O bueno, tal vez solo estoy exagerando.

Desde tiempos tan recónditos y lejanos como nosotros, los humanos, podemos imaginar, existió la búsqueda sin sentido de explicar: ¿Por qué estamos aquí?

Fue entonces cuando nuestras mentes no tan desarrolladas para aquel entonces, inventaban respuestas; Dioses, Entidades, Magia, cada una de ellas siendo una respuesta distinta a la misma pregunta.

Poco a poco nos alejabamos cada vez más de nuestra terrenalidad, y buscábamos respuestas en cosas más allá, cosas que según nosotros, no podemos entender: fantasmas, monstruos, extraterrestres, eran tan solo algunos de los cuentos que nos inventabamos, tal vez para asustar, o tal vez para convencernos de que nuestras preguntas sin respuesta yacen en dónde no podemos entender.

Bueno... No estábamos muy alejados de la realidad.

Todos esos “cuentos” sobre encuentros con cosas desconocidas, seres fuera de este planeta, y magia, todos, siempre fueron ciertos... Pero se encargaban de ocultarnoslo.

Muy apresurado.

Igualmente, no debemos olvidarnos de la figura principal de esta época... Mark Reed, no sé conoce mucho de... Él, pero, protegió (creo) a nuestra tierra durante esos años, con un grupo de defensores... O algo así; Los llamaban “Guardianes”, y no se supo mucho de ninguno de los demás, una lastima.

Volviendo al punto, hubo una...

No sirvo para esto.

Un chico jóven con un cabello cobrizo, se sentó en una cama, miró hacia la ventana que tenía al fondo de su lúgubre habitación, hubiera estado totalmente oscura de no ser por la lámpara que estaba en el escritorio donde se encontraba sentado, la cual proporcionaba una pobre iluminación, hacia unas hojas junto a algunos lapiceros.

El viento soplaba afuera, él podía escucharlo.

Dió una palmada y la lámpara se apagó, seguido a eso decidió acostarse, para tratar de no pensar de más.

(...)

A través de una ventana se podía ver a un chico, corriendo torpemente dentro de su habitación, buscando algún par de cosas.

La luz solar de la mañana adornaba la modesta habitación, con unos rayos de luz débiles pero incandescentes.

El chico agarró dos medias y se las puso de forma apresurada, dando saltos con una pierna, mientras miraba a su espejo.

—Ahora sí estás jodido, Reed. —dijo a su espejo, el cual reflejaba a un chico castaño, con una camisa gris que por alguna razón se notaba extraña, en ropa interior y con un intento fallido de ponerse sus calcetines.

Un teléfono se movió en el mesón que sostenía a su espejo, junto a una canción pegadiza de alguna banda de la época, era su ringtone.

El castaño se acercó como pudo mientras “ponía” su calcetín en su pie, viendo como el teléfono avisaba de una llamada entrante de parte de “Mia, Corazón, Flor, Corazón”.