T/n y Fred llevaban unos 2 años de relación, y para no mentir, todo iba muy bien. Fred era muy cariñoso e intenso, y la chica amaba eso. Sin embargo, Fred casi no pasaba tiempo con su novia, pues prefería udsr du tiempo para hacer bromas con su hermano, y cuando no estaban haciendo bromas, él estaba castigado.
Eventualmente, la joven ravenclaw comenzó a buscar atención en alguien más, y para la mala suerte del pelirrojo, ese alguien fue el irresistible Mattheo Riddle, quien además era un ex casi algo de T/n. Al primcipio eran encuentros casueles, en los que solo hablaban, pero con el tiempo comenzaron a ser encuentros carnales.
Perspectiva de T/n
Estaba sentada en mi mesa desayunando, hablando con Luna como de costumbre. A mis espaldas estaba la mesa de las serpientes, sentía una mirada pesada sobre mí, sabía de sobra de quien era, pero ni siquiera voltee a verlo. Vi entrar a Fred, era imposible no notarlo, él sonrió y se acercó a mí.
Él era muy alto, le bastaba arrodillarse a mi lado para quedar a mi altura cuando estaba sentada, y eso hizo. Voltee mi cuerpo y lo saludé con un beso corto en los labios.
-Que milagro, no estás castigado. -Hablé sonriendo.
-Dame hasta el mediodía y lo estaré.....tenemos algo grande planeado para hoy. -Él parecía emocionado, y ciertamente, aunque ya estaba cansada de la situación, odiaba arrebatarle esa emoción.
-Apuesto que si, promete que tendrás cuidado y me buscarás cuando acabes. -Asintió y colocó una mano en mi espalda baja.
-Lo prometo preciosa. -Me besó, esta vez el beso fue un poco más largo, pero nada grotesco.
Finalmente se levantó y se fue de allí. Antes de volver a voltear mi cuerpo, vi a Riddle. Sus puños estaban sobre la mesa, y ni siquiera disimulaba, estaba viéndome fijamente con una expresión de enfado.
Lo ignoré. Me levanté antes de que el desayuno acabe y salí del comedor, necesitaba ir al baño antes de clase. Llegando hacia el lugar antes mencionado, alguien me tomó por detrás levantándome y metiéndome al baño.Al entrar y esta persona soltarme, voltee para verla, y para sorpresa de nadie, era Mattheo.
-Qué haces Matt? Sabes que no pueden vernos juntos
-Por qué carajos dejas que te toquetee y bese? Hm? Parecías una maldita perra barata. -Habló en un tono de voz alto. Me crucé de brazos, recosté mi espalda en una de las paredes y solté una risa.
-Es mi novio, Mattheo, no puedes reclamar nada.
-Dije bastante obvia.-Cuando vienes a mi maldito cuarto para que te folle, también es tu novio?. -Cuestionó alzando una ceja. Me encogí de hombros y mantuve una actitud tranquila.
Estaba acostumbrada a esto, cuando éramos novios, todo el tiempo me hacía estas escenas.
-No te buscaré más, así evitaremos este tipo de discusiones. -Sugerí sabiendo su respuesta.
Se acercó a mí y me tomó del mentón con fuerza, él era más alto así que levantó mi rostro. Intenté quitar su mano, pero fue más rápido y capturó ambas de mis manos sobre mi cabeza.
-Crees que será tan fácil liberarte de mí?. -Negué levemente con la cabeza sonriendo de lado, disfrutaba esto. -Eres una puta, eres MI puta
-Lo soy
-Y por qué insistes en joderme estando con ese pobre perdedor?
-Porque puedo. -Soltó una risa seca y me besó. La mano que tenía en mi mentón bajó rápidamente por mi pecho posándose finalmente en mi cintura.
Presionó su entrepierna contra la mía y un gemido imposible de retener escapó de mis labios. Él sonrió en el beso, y de pronto sus labios estaban en mi cuello, prácticamente devorandome. Liberó mis manos, las puse en su cabello y comencé a jugar con él.
Recorrió cada centímetro de mi cuerpo hasta que sus manos se encontraron debajo de mi falda. Una de ellas masajendo mi trasero, y la otra acariciando mi zona intima.
-No sabes cuánto deseo castigarte. -Habló con la respiración agitada viendome a los ojos.
-Hazlo, por favor. -Supliqué entre jadeos, mis pensamientos estaban nublados, solo quería estar con él en este momento, pero, repentinamente se alejó, dejándome con ganas de más. -Que haces?.
-Pregunté frustrada.-Te castigo, ten en cuenta esto la próxima vez que Weasley se te acerque. -Sonrió triunfante, negué con la cabeza haciendo una mueca, esto debía ser una broma.
-Vete a la mierda. -Acomodé mi ropa como pude y salí de allí chocando su hombro con el mío, no escuchaba más que sus risas.
Pero esto no quedaría así, tarde o temprano él volvería a buscarme, como siempre, y justo ahí, me vengaría.