Capitulo 25

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Pov Pranpriya

Ya estábamos en Corea y cuando nos bajamos del avión me despegue de Solar. Lo bueno de ser fantasma, o lo que sea que soy, es que no tengo que esperar por las otras personas.

—Gracias por esperarme —exclamó Solar y fijo mi mirada en la mujer. Me asombro por el gran fruncimiento de ceño que tenía.

—¿Qué pasa? —

—Caminaste como si estuvieras sola, te recuerdo que estás conmigo —

—¿Cuál es el problema? —Solar resopló, enojada.

—¡Ese es el problema!, ¿Me estás escuchando? —

—Si, ¿no ves que te miro?, ¿Ya nos vamos? —la verdad es que no, no le estaba prestando nada de atención. Ella me puede ver, pero mi cabeza estaba en otro lado.

Ya fuera del aeropuerto pedimos un taxi para ir a un hotel. En el camino miraba las calles, los edificios ya abandonados, las personas con sus trajes directo a trabajar, y madres con sus hijos. No pude evitar pensar en mi padre y un suspiro triste salió de mis labios.

—Espero que todos esten bien —murmure para mi misma, pero la doctora escuchó y sentí su mirada preocupante.

—No te preocupes, ellos deben estár bien. Cuando lleguemos al hotel hablamos sobre el plan nuevamente —asiento muy sonriente.

—Gracias por todo, doctorcita, te debo una —

—No hay... —esta antes de terminar su frase, fue interrumpida por el taxista.

—Señorita, perdone la interrupción, pero... ¿Con quien habla? —pregunta, mientras ve por el retrovisor, asustado. Tuve que tapar mi boca para no explotar en una carcajada.

Sé que esto es mucho para tragar, también sé que Solar aun no se acostumbra a mi rareza, porque a pesar de ser un fantasma parezco más humana. Puedo dormir y hasta comer, algo que descubrí días atrás, y daba un poco de miedo.

—Hablaba por teléfono —contestó, alzando su teléfono, nerviosa.

—Oh, si, disculpe las molestias —el señor se quedo un poco extrañado, pero después de un rato, volvió a sonreír.

—Si, si... —no dejaba de reír por la situación. Si la chica seguía así, la tomarán por loca.

—Creo que cada vez que hablemos tendrás que ponerte el teléfono en el oído, para que no te tachen por loca —digo entre risas y esta asiente.

Después de unos minutos el auto se detiene y el señor se gira para ver a la rubia.

—Bueno, señorita, llegamos a su destino —el hombre con una sonrisa se baja del auto y saca las maletas de la parte trasera, para dejarlas frente a la rubia.

—Gracias, aqui esta —Solar le paga al conductor y entra al hotel, conmigo detrás de ella viendo todo con curiosidad.

—Todo es muy lindo —la mujer al escucharme llevo su teléfono al oído y pretendió estar en una llamada.

—Si, todo está muy lindo. Tengo que dejarte, iré a la recepción para pedir la llave de la habitación —lo más chistoso de esto es que ella también fingió  colgar la llamada y siguió caminando a la recepción.

Idénticas | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora