don't go, please.

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Tener que aceptar el desagradable destino de dejar partir a un ser querido probablemente sea una de las ideas más desgarradoras que una persona pudiera percibir, ¿no es cierto?

¿Pero qué pasaría si en un inesperado segundo, aquella persona tan especial para tí, se despierte del coma y de manera impropia comience a revelar síntomas de mejora? Claramente algo crédulo en aquella situación no hay.

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─── ¿Familiares de Mark Heathcliff? ─── La voz del doctor resonó por el silencioso pasillo, tomando por inesperada sorpresa a algunos presentes allí, pero que luego de unos segundos volvieran a sus cosas personales.

─── ¡Yo! ─── Una voz femenina fue tomada como respuesta ante aquella pregunta. Se trataba de Sarah Heathcliff, hermana menor del chico nombrado anteriormente.

El hombre mayor se movió a un costado para que la jóven pudiera ingresar a la habitación, la cual se levantó de golpe de su propia silla y sin dudarlo dos veces entró a la habitación.
Fue recibida por la figura de su hermano mayor recostado en la camilla totalmente inconsciente, su cabeza cubierta de vendaje ligeramente arruinado con manchas de sangre seca, su cabello color castaño desordenado e igualmente acompañado con ligeras manchas de sangre no suficientemente notorias.

Ver a su hermano en aquel estado tan deteriorado fue suficiente para que las lágrimas comiencen a brotar de sus ojos, paseando por sus mejillas hasta finalmente caer en el suelo. No podía soportar la idea de tener que perder a su hermano, su sangre, el que iluminaba su vida con solo percibir su presencia cerca suyo. ¿Cómo es que de un momento para otro él tuviera que haber acabado de tal forma?

El condado de Mandela fue tomado por sorpresa por exóticas criaturas a las cuales se las ha denominado como "alternos". Estas crueles criaturas tenían la capacidad de poder capturar la apariencia física de un individuo y luego poder manipular y perturbar a la población, llevándolos por el camino de la locura extrema como tomar la desicion del suicidio. El hermano mayor de Sarah no fue la excepción y desgraciadamente formó parte de las víctimas de estas criaturas.

Según el análisis profundo de los doctores, el jóven recibió un disparo directo en la parte frontal de la cabeza que sorprendentemente no lo mató de forma inmediata, al parecer, la bala logró perforar gran parte de la cabeza del jóven y que ha logrado causar daños profundos en la cabeza de él, afectando varios nervios y causando gran pérdida de sangre. Esto provocó que el chico quedara en estado de coma y con una posibilidad de vida muy baja al promedio.

─── Doctor... ─── Sonó la voz de Sarah, un tono casi silencioso que causaba pequeños escalofríos. ─── ¿Mi hermano tiene posibilidades de poder sobrevivir?

El hombre dejó escapar un suspiro para segundos después se acercara a la jóven con pasos lentos y cuidadosos. Se tomó un tiempo para poder procesar y hallar las palabras adecuadas, y finalmente responder con suficiente honestidad.

─── Lo lamento muchisimo, pero lo primero que le iré informando es que comience a prepararse para lo peor. La bala no logró dar en un punto especifico en la cabeza del chico como para darle una muerte inmediata, pero causó graves daños a los nervios.

Aquellas palabras fueron como una apuñalada cruel en el pecho de Sarah. No estaba preparada para poder lidiar con la situación, necesitaba la presencia de su hermano aún con ella. Necesitaba sentirlo vivo y sano. No podía soportar tener que aceptar el fallecimiento de él, era una sensación como si todo el mundo se le cayera en mil pedazos por encima de sus hombros.

Lucidez Terminal │The Mandela CatalogueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora