Mantenia los ojos cerrados para dejar de sentir, le dolía todo su cuerpo y su mente se burlaba de ella. Cansada los abrió viendo a su esposo dormido profundamente en aquel incómodo sillón, temió hacer cualquier ruido. Cualquier mortifago estaba preparado para actuar.-Tengo que salir- susurro, con todas sus fuerzas poso sus manos en la barandilla de la camilla, el colchón sonó. Conteniendo la respiración vio a Snape moverse levemente sin despertar, tímido al sentir el frío suelo en sus pies.
Sin nada más que pudiera hacer saco su varita y conjuro un bolita de luz en dirección a la puerta. No despegaba la mirada de Snape, su ritmo se elevó al ver con temor la puerta abrirse.
-Tranquila, no despertará, se que esto está en contra de mi código ético pero una de mis ayudante le ha traído un té que contenía una porción calmante- Nevan sonrió al ver a la mujer dejar de tensar su cuerpo, sabia que ella quería respirar y el tenía la solución. -Vamos- no espero que ella se moviera, con mucho cuidado la levantó en sus brazos.
Ya er atarde por lo que solo habían pasillos solitarios. Camino hasta una habitación vacía.
-Dejame aquí, no quiero ver que te metas en problemas- se recosto en la pared.
-Pero soy el encargado de tu salud y para eso necesitas salir de aquí- eso le llamó la atención por lo que con curiosidad trato de ponerse en pie. Con inocencia intento abrir la puerta siendo retenido por una mano más grande y suave. -Por ahí no-
-¿Por la ventana?- miraba atenta la altura donde estaban en aquel cristal. Escucho una risa detrás de su espalda que la contagio.
-Me encantaria hacerlo pero no- metió su mano en su chaqueta blanca y sacó una moneda. -Tengo muchos contactos en el Ministerio y como medimago debo tener plan b-
-¡Es un traslador!- se le tiro encima con tanto entusiasmo que cayeron al suelo. Eris beso ambas mejillas de aquel hombre.
-Sabia que te encantaría- la ayudó a ponerse de pie, con una mirada a su reloj de bolsillo colocó aquel objeto en el suelo, unos segundos después, la moneda comenzo a brillar y temblar. -Es hora-
Tomados de la mano fueron subcionados, daban vueltas hasta que sus cuerpos impactaron en un prado lleno de vacas y caballos.
Aturdidos trataron de recuperarse, Nevan fue el primero en levantarse. Examinó el lugar y sacudiendo su ropa fue en busca de la dama. Rellish estaba tratando de no vomitar, era una noche hermosa se escuchaba a los caballos relinchar.
-Estoy bien- afirmo sacudiendo su bata, la transformó en pantalones de tela y una camisa olgada. Sus pies estaban seguros con sus botas negras. Camino un poco sin saber que rumbo tomar. -¿Te irás ya?-
-Estaré a tu lado hasta que quieras volver- en el interior de Nevan rogó para que Eris nunca se lo pidiera, en las pocas horas que estuvo con ella vio su mirada afligida y atormentada. Se acercó a uno de los magnificos caballos y se subió a su lomo, transformó su ropa en algo más acorde con el lugar. -¿Le gustaría caminar todo el recorrido o subir a caballo conmigo?-
-Estas loco- le extendió la mano para ayudarla a subir, al estar listos el animal comenzo a trotar. Era un campo extenso con caminos hermosos llenos de vegetación, son rieron al ver personas caminar a la orilló del camino.
-Hay un pueblo por aquí- como lo menciono un pequeño pueblo les dio la bienvenida, el aire era fresco. Se orientaron bien gracias a la ayuda que cada local o sendero tenía un cartel, entraron a una casa grande que servía de alojamiento a extranjeros. Se bajaron del caballo y esto comenzo a trotar de vuelta a el campo -Debe estar entrenado- se tiró para ver a su compañera, al verla estaba cautivado.
-Crei que sería importante que cambiará el color- su cabello era largo y de un hermoso negro brillante.
-Te ves hermosa- la tomó de la mano y entraron, algunas mesas estaban ocupadas por familias que sonrientes comían o pasaban un buen rato. Un señor les sonrió indicándoles que se acercarán.
-Benvenuti nella mia piccola casa- (Bienvenidos a mi pequeño hogar) le brindó unas copas llenas de vino. Con cariño los tomó parte besar les las mejillas, Eris sonrió por tal atrevimiento y porque Nevan se sonr9jaba por la incomodidad. -Son extranjeros-
Ambos acompañantes levantaron las cejas al escuchar como hablaba su idioma. Asintieron, el hombre no tan mayor los tomó de los brazos hasta acercarlos a una mesa, sin haber pedido nada les sirvieron platos con delicioso pasta.
-Nos trajiste a Italia- le susurro a Nevan, este saboreaba cada exquisito platillo.
-¡Sorpresa mio angelo!- le levantó la voz en un tono feliz.
En otro lugar ajeno a todo, un muy inquieto Snape trataba de despertar. Comenzo sintiendose bien al revivir recuerdos de su juventud junto a su amada Lily.
Un solo iluminada esos recuerdos con pequeñas nubes que amenazaban con cubrirlo, esa odiosa nube era cierta peliblanca que aún en su mente lo hacía perder la cabeza.
"-¡Lily me duele!- argumento tras sentir aquel líquido limpiar sus heridas, su amiga sonreía por su dramatismo.
-Ya, tranquilo- lo tomó de la mano poniéndolo levemente nervioso. Snape quería decir algo, acercarse y brindarle una muestra genuina de agradecimiento. Dispuesto trato de besar su mejilla, con timidez se acercó.
-¡Ris a que no me alcanzas!-
Para el terror de Snape su oportunidad se había esfumado, Lily se levantó de su lugar favorito para ver a aquel par de niñas jugar sin percatarse de la presencia de ellos observarlo. Con molestia la siguió, la pelirroja sonrió cuando Eris tomaba en su espalda a su Petunia.
-Es increíble verlas Severus- sus ojos verdes nunca se apartaron de tal escena -Al verlas se que algún día muggles y magos podrán convivir juntos-
-No te adelantes Lily- sonó muy seguro de sus palabras -Petunia se alejara cuando sepa que Rellish es una de nosotros-
Si Lily se molestó no lo demostró, sabia que Severus tenía esa peculiar actitud que ella aprendió a tolerar, sin empezar una discusión volvieron a sentarse"
-Rellish- dijo aún dormido, su mano se cerró en un puño. Fue sumergido a un nuevo recuerdo, en este comenzo a soñar, escucho las quejas y gemidos de disgustos de su esposa. Vio el llanto y miedo en su mirada, cada vez que la lastimaba hasta que dejó de respirar.
"Eres iguala tu padre"
Comenzaeon a salir lágrimas que bajaron hasta su cuello.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.