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El tiempo había pasado, la relación era fluida para estos dos, era una dinámica curiosa a vista de todos, el castaño se encargaba de hablar y contarle de todo un poco al de ojos celestes mientras que el mencionado solo escuchaba y de vez en cuando comentaba algo. Gaming había accedido a mostrarle el lugar a Fréminet, ambos (Gaming) hablaban de la maravillosidad de vivir donde el lo hacía, algo en lo que Fréminet estuvo de acuerdo ya que era un lugar tranquilo. No fué hasta que se cruzó con un preocupado Lyney que salió de su burbuja.
-"¡Hermano! ¿¡Dónde estabas!? No nos avisaste sobre irte y Lynette se alteró mucho, apenas me dí cuenta que no estabas salí corriendo a buscarte."
El mago se acercó a su hermano y lo abrazo, notando por fin la presencia que les acompañaba en silencio. Se separó de su hermano y miro al de ojos avellanas, analizandolo; dejando así a un Gaming nervioso ante la fija mirada. Fréminet al notar esto decidió presentarlos.
-"Gaming, el es mi hermano Lyney. Lyney, el es Gaming, y..perdón por desaparecer, quería despejarme un poco y caminar, al verte a ti y Lynette ocupados no los quise molestar así que me fuí a dar una vuelta pero me perdí y es ahí donde nos conocimos, estábamos hablando y de paso me estaba enseñando los alrededores de la aldea."
-"Está bien, pero por favor Frem no vuelvas a hacer eso, me asustaste."
Pasaron un par de horas y Féminet tuvo que despedirse de Gaming ya que continuaría su viaje a Liyue. Sin embargo, el de ojos avellanas estaba intranquilo, apenas conocía a un amigo y ya debía despedirse, eso no le gustaba pero no podía hacer nada. Con la pequeña ilusión de encontrarlo algún otro día, regreso a sus quehaceres habituales; no contaba con que tan solo unos días después discutiría con su padre.
El trayecto de los jóvenes fué a pie, según Lyney así podían conocer más de Liyue, de vez en cuando se detenían a descansar, comer, a preguntar por algunas cosas, etc; el tiempo pasaba rápido y la noche se asomaba, los 3 hermanos estaban ansiosos pues no habían pensado en dormir fuera y la preocupación solo se fue hasta que llegaron a la posada Wangshu, el viajero les indicó que podrían estar ahí hasta la mañana siguiente y seguirían su camino, tras esto les dió un poco de moras para que ellos cuidarán a Paimon mientras él buscaba a un amigo.
