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-Papá. -dijo Ryan sonriéndole.
-Papá. -repitió ella inclinándose hacia adelante.
-Papá. -repitió él.
-Papá. -dijo ella y quiso bajar del sillón pero él no se lo permitió. -Jame.
Ryan rió y la soltó muy a su pesar mientras la beba se tomaba de los muebles para avanzar lentamente por la casa.
-No.-dijo él cuando ella quiso salir del living.
-Ti.
-No.-repitió él.
Ella tropezó con el escalón y cayó al piso. Su padre la tomó en brazos mientras ella lloraba y volvió al sillón.
-Te dije que no.-replicó él.
-Papá. -dijo ella entre lágrimas mientras se refregaba los ojos.
-No, señorita. -dijo él.- No vas a comprarme con un "papá".
-Mamá. -dijo ella.
Ryan enmudeció y no fue capaz de mirarla en ese preciso instante.
-Papá. -dijo ella otra vez.-Jame.
Él estaba inmerso en sus pensamientos mientras ella recorría la casa tomada de los muebles.

-¿Qué le vas a decir cuando pregunte por su madre?
-La verdad. Que estas muerta.

Tendría que haber pensado mas en ella en ese momento. Le había sacado a su madre y, por mas que lo haya hecho por su bien, no podía ignorar ese echo.
Cuando el teléfono comenzó a sonar salió de sus pensamientos y atendió mientras la buscaba.
-Te quiero mañana en la reunión. -dijo uno de sus socios.
-Te dije que si. No me fastidies mas.
Cortó la llamada y fue a buscarla. Lea dormía en el suelo de la cocina con una cuchara en sus manos.
-Reinita. -dijo tomándola en brazos.- Perdoname, mi amor. Voy a ser tu mamá y tu papá todas las veces que sea necesario. Voy a mimarte y a cuidarte. Voy a ser aquel en quien puedas confiar. Voy a ser siempre tu papá. No voy a dejarte sola. Nunca voy a dejarte sola.
La dejó en su cuna, durmiendo tranquila y se dedicó a preparar la cena. De todas formas, no podía evitar pensar que ella merecía ser feliz y no sufrir las carencias de una familia desarmada. Pero no sabía cómo hacerlo. No podía estar con alguien por dos motivos,  el primero era que no se sentía capaz de amar a alguien porque no quería hacerlo. No quería amar a nadie mas que Lea. Y el segundo motivo es no confiaba en que nadie la cuidara, mimara y amara del modo en que él lo hacía.
No. Buscar a alguien no era una opción.  Él mismo se encargaría de llenar esa familia de amor y volverla única y especial para ella.

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