CAPÍTULO 1

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Un nuevo día amanecía en la casa Featherington, Penélope se encontraba en su sala de visitas, leyendo como siempre sentada frente a la ventana, cuando apareció Varley para anunciar la llegada de una visita.

- Srta. Featherington, ha venido Lady Danbury solicitando hablar con usted.

- Por supuesto, hágala pasar. -dijo Penélope con sorpresa- Y por favor, traigan una bandeja con té y algunas galletas.

Varley asintió y anunció la entrada de Lady Danbury.

- Srta. Featherington, me alegra que haya podido atenderme. - dijo Lady Danbury con una gran sonrisa-

- Lady Danbury, es un placer recibirla, -le sonreía de vuelta- pero dígame ¿de qué le gustaría hablar conmigo?

- He venido porque hace ya unos días que vengo notando su ausencia en el parque -comenzó a hablar con tranquilidad-, me he cruzado en varias ocasiones con su madre y le he preguntado siempre por usted, y por lo visto su ausencia se debe a que usted se ha encontrado mal de salud y me preguntaba si ya se encontraba mejor. - dijo con tono dulce.

- Le agradezco que se haya preocupado por mi salud, - le sonrió- ya me encuentro mucho mejor, simplemente he estado indispuesta.

- Entiendo, - su cara expresaba que sospechaba que no le estaba hablando del todo claro - aunque permítame decirle – comenzó a decir con precaución - que siento que esa indisposición tan repentina se debe a que algo le debió pasar en el baile celebrado por su madre.

- Se equivoca Lady Danbury – se puso nerviosa- simplemente creo que debí ingerir algún alimento que debió sentarme mal. – intentó sonar lo más convincente posible.

- Por favor Srta. Featherington, no me tome por tonta. – dijo ofendida.

- Yo no - Lady Danbury la cortó para continuar hablando.

- Creo que, en este tiempo que hemos podido compartir durante los bailes de las temporadas pasadas, he podido conocerla un poco más en profundidad. – cambió el tono de su voz – Penélope, si me permites tutearte, - Penélope asintió en forma de aprobación – creo que tengo el placer de poder decir que he podido verte, pero no verte sin más, sino que he podido ver, a través de tus ojos, tu alma blanca y pura - le dijo dulcemente mientras que le tomaba la mano y le daba un pequeño apretón.

Penélope estaba sin habla, no sabía que decirle, no entendía muy bien que le estaba queriendo decir Lady Danbury, y eso la ponía muy nerviosa. Después de varios minutos sin que ninguna de las dos hablara, apareció Varley con la bandeja del té y las galletas, que Penélope había pedido a la llegada de Lady Danbury, las dos se quedaron mirando como esta servía los tés y se retiraba. Entonces Lady Danbury volvió a hablar.

- Penélope querida, solo pretendo decirte que puedes contar conmigo para lo que te haga falta, puedes contarme cualquier cosa que te apetezca, puedes pedirme consejos, puedes desahogarte conmigo si es lo que deseas, ya que siempre estaré aquí para escucharte y ayudarte, en la medida de lo posible. – dijo esto último en tono burlón.

A Penélope se le encogió el corazón al recordar que todo eso lo podía hacer antes con Eloise, ella era su confidente, era la que le apoyaba cuando sentía que su mundo se derrumbaba sobre ella, pero ahora Eloise no estaba, ya no estaría más y recordar este hecho hizo que sus ojos se inundaran de lágrimas nuevamente.

Lady Danbury se tomó la libertad de abrazarla, le dolía verla así ya que se recordaba a sí misma cuando veía a Penélope, y verla así la conmovió, fue entonces que Penélope se permitió llorar entre los brazos de Lady Danbury.

Pasados unos minutos Penélope se fue recomponiendo poco a poco. Lady Danbury le levantó el rostro tomándola desde el mentón y la hizo verle directamente a la cara, entonces Lady Danbury habló.

¿Qué pasaría si...?
 Una historia más sobre Penélope & Colin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora