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Llego a casa más cansado de lo que esperaba. Salir e incluso levantarse le resultaba pesado, muy pesado.

En cuanto abrió la puerta escuchó un maullido y entre sus pies mientras entraba el felino blanco comenzó a seguirlo haciendo que perdiera el equilibrio y casi cayera al suelo.

En cuanto logró estabilizarse entre sus manos lo tomo levantándolo, la parte inferior colgaba y su cola se meneaba mientras volvía a maullar.

—¿Acaso pretendes matarme?.—lo mantuvo ahí y volteó hacia la cortina de la ventana de la sala que se movió con fuerza por el viento que entró al estar está abierta.—Sabes, aunque hace frio como el carajo nunca cae nieve.

El gato se removió asi que lo bajo y lo vio perderse por el lugar. Se quitó la chaqueta y se sentó en el comedor después de servirse un vaso de agua para tomar su medicamento y fue ahí que casi pierde el alma. Dio un brinco en su lugar y si no fuera por que ya se había pasado las pastillas juraba que se hubiera ahogado con ellas.

Se levantó tosiendo, haciendo que la silla chillara sobre el suelo al arrastrarse estrepitosamente hacia atrás y por impulso se apartó unos cuantos pasos sin perder de vista al felino blanco encima de la mesa mientras en su hocico sostenía un enorme ratón.

No se movió y su cuerpo se llenó de escalofríos que lo hicieron abrazarse a sí mismo.

—No, no, no, ¡llévate eso de aquí!.

¿Que se lo llevará?.

Si supiera que a pesar de que era un buen cazador le costo bastante conseguir uno, y no cualquiera, uno muy enorme.

Lo puso sobre la mesa y eso solo hizo que el aire se llenara de un horrible olor a miedo, así como el humo del carbón en braza. Alzó su mirada olfateando y no pudo evitar fruncirla un poco.

No entendió así que con su pata movió al ratón que parecía estar más estático que muerto sobre la mesa, solo bastaron un par de segundos para que el animal se levantara e intentara huir.

Yoongi por su parte brinco de un lado a otro al verlo bajar de la mesa y correr hacia donde estaba el.

Bien, ¿como era que Jimin había terminado en el baño encerrado?. Lo único que recordó fue ver brincar al humano encima de la mesa junto con el hasta que el ratón desapareció de su vista y en un parpadeo fue metido ahí.

Solo se recostó sobre un pequeño mueble con cosas ahí y se permitió dormitar un rato hasta que la puerta se abrió. Sus orejas se movieron y se reincorporó sentándose ahí en su mismo lugar mientras el humano lo miraba.

—No vuelvas hacer eso.

Fueron sus únicas palabras. La verdad es que lo había echo más por agradecimiento y jamás espero que este fuera rechazado pero bueno puede y un ratón fuera demasiado.

Salió del baño y vio al humano meterse en su cuarto así que también hizo lo mismo antes de que se cerrara la puerta. Subió sobre la cama y se colocó  al lado del cuerpo que ya se encontraba acostado, se hizo bolita y no prestó atención a las protestas que escuchaba ya con sus ojitos cerrados. Yoongi solo miro el techo y se resigno de ahuyentar al felino al verlo un caso perdido.

—Mañana entro de nuevo a trabajar así que estarás aquí solo un rato en lo que vuelvo.

Bueno no es como que le entendiera realmente ¿no?, aún así se sentía a gusto poder hablar y no necesariamente ser obligado a ello.

A jimin no le gustaba, no. Levantó su cabeza observándolo. No era lo mismo saber que él estaba presente ahí aunque no lo viera, que estar completamente solo. Maulló totalmente en desacuerdo pero supo que era en vano. Solo sintió una mano sobre su cabeza acariciandolo en respuesta. Ronroneo a gusto por la sensación hasta que paro Yoongi extrañado por el repentino sonido. Jimin se acercó buscando más del toque hasta que subió lentamente sobre su pecho y de nuevo se recostó quedando cara a cara.

De nuevo lo acaricio y una leve sonrisa apareció en su rostro, la verdad era que no le disgustó, al contrario la suavidad de su pelaje y la calidez lo relajó hasta el punto de quedarse completamente dormido.

En la mañana le había costado poder despertarse pero aún así pudo levantarse y prepararse para salir. Tomó su mochila y después de asegurarse que su mascota tuviera alimento miro por última ves sobre la cama, ahí aún dormía el pequeño felino, inconscientemente volvió a sonreír y se marcho tratando de no hacer ruido.

Era tarde cuando por primera ves desde que regresó al trabajo los problemas volvieron a surgir, acomodo su traje y con ambas manos atrás en un ligero agarre camino haciendo notar su presencia, Lee rápidamente guardo silencio y se hizo a un lado.

—¡Esto es un insulto!, ¿así tratan a sus clientes?. —la mujer golpeó la mesa haciendo que su acompañante se sobresaltara.—¡No pagaré nada!.

Yoongi se mantuvo sereno y con su habitual rostro serio habló.

—Le pido de la manera más cordial abandone el lugar, aquí no se permite este tipo de comportamiento.

La mujer molesta se levantó y con ambas manos sobre su esbelta cadera bufo.

—No puedo creer esta grosería. Tú y tu compañero deberían pagar por ello. ¡Quiero hablar con el gerente!.

Lee iba a disculparse pero Yoongi lo detuvo.

—Lo tiene enfrente, la salida está por ahí,—señaló sorprendiendo a la mujer.— y en cuanto a la cuenta no se preocupe aquí nos encanta ayudar a la beneficencia.

No espero ni siquiera una respuesta así que dio media vuelta y camino ignorando los berrinches de la señora, Lee lo siguió y en cuanto todo estuvo en orden le agradeció.

—No entiendo, todo estaba bien incluso me percaté personalmente de que su platillo estuviera tal cual como lo pidió.

Yoongi solo lo miro y negó.

—No es tu culpa, ya deberías saberlo.

—Enserio gracias, créeme que nos fue muy difícil lidiar con todo esto.

Y después de eso todo transcurrió más tranquilo.

El gato blanco (Yoonmin).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora