𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄 | Amanda Evermore vive en el distrito uno, criada desde pequeña para ser una guerrera y así, cuando tuviese la mayoría de edad y estuviera totalmente lista, se uniría a los juegos del hambre como voluntaria para dar orgullo a su dis...
Al inicio me quedo plasmada sobre mi lugar, comienzo a creer que no soy yo si no la chica de su distrito. De verdad, comienzo a creerlo pero incluso ha dicho el distrito y la cámara me enfoca.
Noto aquello de inmediato, así como Kenna, así como Sage, así como los demás profesionales y así como yo.
—¿Qué?— artículo primero, tragando en seco con mi rostro totalmente sonrojado.
Como si Sage se hubiera teletransportado o algo así, corre hasta mi, como si tratara de explicarme algo que no tiene caso ya que es muy evidente que habla de mi y ni siquiera le fue necesario decir mi nombre.
Estoy casi segura de que mi cara está saliendo en todas las pantallas principales junto a la de Peeta. Pero no me puedo mover, ni respirar, ni hablar.
—Vaya, eso sí que es mala suerte— dice Caesar, luego de una pausa.
Peeta le sigue la corriente —No es bueno, no.
—En fin, nadie puede culparse por ello, es difícil no enamorarse de la princesa del distrito uno, ¿Ella no lo sabía?
—Hasta ahora, no.
—¿No les gustaría sacarla de nuevo al escenario para obtener respuesta?— se pregunta Caesar al publico.
Oh, no, por favor no.
—Por desgracia...— añade antes de que pueda irme a esconder —Las reglas son reglas, y el tiempo de Amanda Evermore ha terminado. Bueno, te deseo la mejor de la suerte, Peeta Mellark, y creo que hablo por todo Panem cuando digo que te llevamos en el corazón.
Peeta asiente y todo queda demasiado claro. Recibo múltiples burlas de los demás profesionales, risas, lo cual hace mi sangre hervir al verme débil con el rostro sonrojado y sudando por todos lados.
La vergüenza que siento ahora mismo no se compara con nada, trago en seco cuando su entrevista termina y la cámara frente a mi desaparece. Entonces me doy el permiso de sacar esa ira al perseguir al chico por todo el pasillo hacia el elevador, algo lejos de las demás miradas.
—¿Cuál es tu problema?— atacó primero, sosteniendo mi vestido.
Ni siquiera pensé en golpearlo pero Sage ya me había tomado de los hombros para alejarme, mientras tanto un hombre junto a ellos se coloco por enfrente en caso de cualquier ataque.
Suficiente tuvieron con Cato queriendo atacar a ese chico en el entrenamiento por simplemente robarle su cuchillo.
—¿Qué quieres decir?— se pregunta, aunque sé que finge demencia.
—¡No tenías derecho a decir eso sobre mí!— le grité —¡Hablamos una vez! ¡Una!
—¿Qué esta pasando?— inquirió una mujer de altos tacones, la cual se unio a la escena con los demás estilistas.
