"𝐸𝑠𝑡𝑎́𝑠 𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑒́𝑙..."

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Otra noche, otra aburrida fiesta goetia organizada por la princesa Stella. Vassago era uno de los invitados, quien ciertamente no se la estaba pasando bien.

No era tan escandalosa como otros días y ciertamente los aviares y seres poderosos que se encontraban allí solo hablaban acerca de negocios y temas parecidos, algo que no era del interés del loro rojizo.

Varios se acercaron a saludarlo, otros lo miraban con arrogancia y los demás simplemente lo ignoraron, concentrándose en ellos mismos.

Nada era interesante en aquel salón, Vassago veía con pena a los pobres y pequeños diablillos que se paseaban por toda la habitación sirviendo bebidas y bocadillos, quienes no recibían ni un solo gracias a cambio.

El loro consideró marcharse de allí, pero según lady Stella, su presencia era importante (a pesar de no estar haciendo absolutamente nada). Suspiró en silencio y comenzó a observar sus alrededores, dándose cuenta rápidamente que no se encontraba el Príncipe Stolas ni el marqués Andrealphus, cosa verdaderamente extraña ya que nunca, y cuando digo nunca es literalmente jamás se pierden una fiesta organizada por Stella.

Curioso que no estén ninguno de los dos en el salón, más si consideramos el hecho de que los dos son importantes en la vida de Stella, siendo Andrealphus su hermano mayor y Stolas su ex esposo y padre de su hija adolescente, Octavia.

Con razón la fiesta se sentía aburrida, no se encontraba el marqués quien era el alma de la fiesta ni el príncipe que aunque no era tan relevante entre la multitud, Vassago adoraba hablar y pasar el rato con él.

ー¡Vassago!ー Uno de los goetias que tenía al frente le gritó, sacándolo de su trance.

ー¿Eh?ー

ーSanto lucifer, ¡¿me estás escuchando?!ー

ーYo eh... ¿s-si?ー

ー¡Ugh!ー El goetia se marchó, ofendido tras la ignorancia hacia su persona.

Vassago no entendía que sucedía, ni siquiera se percató cuando dicho goetia se acercó para hablarle. Decidido a tomar un respiro de la aburrida reunión, salió rumbo al baño, explicándole esto a los demás que se habían parado a preguntarle.

Suspiró de alivio tras salir del salón, caminando el largo pasillo hasta el final donde se encontraba el gran baño. El loro caminó tranquilo hasta que un sonido peculiar lo desconcertó, reconociendo rápidamente la voz.

Dicho sonido provenía de una de las habitaciones, para ser más específicos de una de las tantas oficinas en aquella mansión. Se acercó con cuidado a ella, tratando de no hacer ruido. Pegó su oído a la puerta y se pudo escuchar otro sonido, ¿esos eran gemidos?

Abrió la puerta con cuidado, sobresaltandose tras la imagen que observó; Stolas tumbado en el escritorio, desnudo y acorralado por Andrealphus, quien parecía estar penetrandolo bruscamente. El príncipe gemía fuertemente con un sonrojo notable desde larga distancia, mientras que el marqués plantaba besos posesivos por todo su pecho y cuello.

No fue hasta unos segundos después que el príncipe se dio cuenta de la presencia del loro, sorprendiendolo y sacándolo de sí.

ー¡¿V-Vassago?!ー

Andrealphus también escuchó esto, concentrando su mirada en la puerta donde se encontraba el goetia mencionado.

ーY-yo... Eh, si, mejor me voy, sigan en lo que estaban y-...ー

ーÚneteー

Aquella petición desconcertó aún más a Vassago, dudando de que si había escuchado bien o no.

𝘾𝙖𝙚 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙩𝙚𝙣𝙩𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora