El sonido de sus pies colisionando una y otra vez con aquel escenario era lo que mayormente se escuchaba en el lugar. De fondo, en una bocina era reproducida la canción Lovely de Billie Eilish y frente a un montón de asientos vacíos un joven ensayaba por enésima vez la misma coreografía.
Y así era diariamente, prácticas sin descanso que terminaban con sus pies, dolores que a pesar de todo amaba sentir, porque era lo único que le recordaba que estaba vivo. JiMin amaba el baile, lo hacía sentir libre pero a la misma vez lo mantenía preso en su propia realidad ideal.
Suspiró intentando relajarse cuando se tambaleó y cayó al suelo en el paso que debía inclinarse y luego saltar. Allí, estando sentado sobre el escenario observó las medias que cubrían sus pies, completamente seguro de que cuando llegara a casa y las quitara tendría los dedos magullados.
Pero no importaba, así que se levantó del suelo de madera perfectamente pulida e hizo reproducir desde un principio la canción, posicionádose en el centro del escenario y comenzando a bailar el mismo número una y otra vez.
Hoy en la noche tendría una presentación y no podía permitirse fallar, definitivamente no había lugar para algún error.
Seis veces más bailó la coreografía, estando tan acostumbrado a la canción y los movimientos que se le hizo aburrido y monótono.
—JiMin —Aquella voz femenina captó su atención y detuvo sus movimientos, tomándose unos segundos para apagar la música y escucharla —, ya son las seis, deberías ir a tu casa y descansar para que puedas estar aquí sin falta a las nueve y media.
—¿Puedo ensayar un poco más? Solo un poco...
—No, llevas cinco horas bailando sin descanso. No es bueno que te sobreesfuerzes, descansa y no te preocupes —Le dió la espalda al bailarín y a pasos lentos se fue retirando del lugar mientras decía —, yo se que no me vas a decepcionar.
JiMin la observó irse y luego miró sus pies, una gota de sudor resbaló desde su frente hasta terminar sobre el escenario y él suspiró. Las últimas palabras que dijo su profesora antes de irse solo lograron estresarlo más de lo que ya estaba.
Sentía demasiado peso sobre sus hombros, el peso de no fallar, de no decepcionar a los demás y a sí mismo.
Recogió la bocina y la guardó en la mochila que trajo consigo, se colocó sus zapatos y estos le lastimaron los pies, pero ignoró el dolor y bajó los escalones del escenario. Rodeó los asientos para llegar a la puerta y en un suspiro dejó escapar un poco de aire.
Una vez en el pasillo se encontró con varios estudiantes de distintas áreas, unos pertenecientes a la clase de pintura, otros de escultura y algunos de música. Rodó los ojos cuando vió a aquel pelinegro que no dejaba de intentar hablar con él y se apuró a salir.
Pero fue demasiado tarde, el chico pelinegro lo había notado.
—¡JiMin!
Su melodiosa voz llegó a oídos del peli-rosa y en lugar de detenerse apresuró el paso. Necesitaba escapar.
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Waste It On Me || Kookmin
Fiksi PenggemarJiMin se negaba a aceptar el amor en su vida, aseguraba sentirse bien dedicando su existencia al baile y nada más que eso. Pero... ¿Realmente enamorarse era una pérdida de tiempo? -Si piensas que el amor no es más que una perdida de tiempo, entonces...