UN CABALLERO ENTRE ESPIRITUS

777 23 60
                                    


En un mundo muy parecido al nuestro, en una de las tantas tierras del Multiverso nos situaremos es las desventuras de cierto mortal... un hombre más del montón, pero con la peculiaridad de que este era considerado una amenaza; y que por azares de la existencia misma (y más por capricho de los Dioses) termino en lo que la mayoría de nosotros consideraríamos... "Un Salto de fe" ¿no lo entienden? Bueno... el tampoco.

Cayendo a una gran velocidad dentro de un gran e infinito vacío oscuro, se encontraba un tipo totalmente fuera de combate y sin la más mínima fuerza como para reaccionar a su situación ¿Por qué? Su propio cuerpo nos daba las respuestas, aun llevando esa extraña armadura dorada puesta encima se veía con claridad que tanto su cuerpo como aquella protección que le recubría la piel estaban completamente dañados, casi... como si hubiese salido de algún enfrentamiento a muerte dejándolo más muerto que vivo.

¿Pero que podríamos decir de nuestro joven con la peor suerte del mundo? Nada en especial, técnicamente se encontraba destrozado y apenas si empezaba a recobrar la conciencia siendo sus parpados los que poco a poco se habrían solo para rebelarle que se encontraba en plena caída libre, aunque lo más notorio no fue eso... sino lo que veía frente a sus ojos.

Una inmensa oscuridad con pequeños hilares parecidos a las de una telaraña, conectadas entre sí, una más brillante que la otra pero con la magia de que estas no parecían tener un fin, al menos no uno que aquel hombre llegase a ver, era sumamente fantástico y a la vez aterrador como aquel negro y tétrico lugar era adornado por un sinfín de estrellas parecido a cristales que, si se concentraba lo suficiente le brindaban la imagen y sucesos de diferentes acontecimientos que iban desde Enormes Dragones peleando, elfas de todas las razas y tamaños, hechiceros, vampiros, guerreros, ninjas, reyes, magos... Dioses, titanes... y hasta la más simple de las historias desamor.

Si estuviese en sus 5 sentidos, aquel extraño juraría estar viendo diferentes realidades y mundos interconectados entre si casi... como si se tratase de alguna especie de Macroverso. No lo tenía claro, pero su situación tampoco le dio tiempo de razonar sus ideas cuando por necesidad, dirigió su mirada a la luz al final del túnel; con lo sucedido hasta ahora ya todo le daba igual y la idea más cercana que cruzo la mente de nuestro desdichado protagonista fue... el final de su camino.

Lo aceptaba satisfecho y por instinto mismo cerro los ojos con tranquilidad, no lo sabía ni le importaba pero ya estaba ahí y por alguna razón, muy dentro de su ser, aquel castaño sentía una extraña tranquilidad donde ya estando en ese punto de su vida, no había vuelta atrás... tan solo... avanzar. Resultaba gracioso incluso para él, paso de estar sintiendo un dolor insoportable por todo el cuerpo... a conocer una paz que jamás experimento... quizás... ya era hora de descansar.

¡No! ¿cómo podría? no con todo ese viento que golpeaba su rostro; en un acto de reflejo aquel castaño abrió de poco a poco sus parpados siendo la deslumbrante luz del gran astro en el cielo lo primero que golpeo sus retinas ¿el infierno contaba con un sol? Por supuesto que no, en su lucha contra Hades y su travesía por el Inframundo jamás vio una pisca de vida y mucho menos que su cielo fuese tan normal como el del mundo de los vivos.

¿Entonces porque? Porque se hallaba cayendo en pleno cielo a una velocidad que prometía romperle los pocos huesos intactos que tenía si no se detenía pronto; mirando con detenimiento, es que podía ver el gran panorama de donde se encontraba siendo aquella gran ciudad bajo él lo primero de lo que se percató.

Inútil... cualquier intento que hizo para disminuir su caída resulto en vano y más aún por aquella distorsión del espacio a su alrededor que iba creciendo cada vez más y más hasta formarse en una gran cúpula oscura que lo había envuelto por completo. Lo que siguió a continuación lo podríamos describir como una completa destrucción puesto que aquel cumulo de energía negativa que lo devoro había dejado hecho añicos el lugar entero donde este se suponía debía caer.

SAINT A LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora