Capítulo 2.

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Azalea se quedó de piedra, y es que en su mente no le entraba la noticia que acababa de recibir, el miedo comenzó a crecer en su interior mientras que sentía como sus pulmones quemaban, inconscientemente había dejado de respirar, tomo una gran bocanada de aire al momento en que reacciono y entendió lo que su padre le había dicho, iba a salir por primera vez del castillo.

- No! – fue lo primero que pudo pronunciar la princesa mientras analizaba la situación y buscaba las palabras correctas que no ofendieran a su padre-, no estoy lista para salir del castillo padre, es muy peligroso, yo podría

- La decisión ya esta tomada Azalea, y créeme que no me agrada esta situación, pero los demás reinos exigen conocer y que asistas a la escuela, piénsalo, podríamos caer en guerra si no aceptaba, tienes 17 años, ya casi cumples la mayoría de edad y todavía no estas comprometida, ni si quiera tienes pretendientes! – El rey respiro hondo para calmarse mientras que la reina retomaba la conversación.

- Cariño, entiendo tu temor, yo también lo siento, pero tienes que ir sin discutir, sé que vas a estar bien – Su madre era tan cariñosa y tan buena con ella, pero aun así Azalea sentía que ellos no comprendían la situación.

- Madre ¿no lo entiendes? Me van a descubrir, y me ejecutarán – Pronunció con voz temblorosa, Azalea comenzó a respirar con pequeñas pausas, ya que si seguía alterándose iba a terminar perdiendo el control y eso es lo menos necesitaba.

- ¡¿Y qué crees que va a pasar si te quedas aquí?! – Su madre le gritó, era la primera vez que le alzaba la voz de esa manera, entonces Azalea entendió que la situación era grave. Azalea se quedo en silencio mientras miraba como a su progenitora le comenzaban a brillar los ojos por la acumulación de las lágrimas, entonces con voz quebradiza le dijo – si no vas ellos vendrán aquí, y comenzarán a investigar, te someterán a una prueba que es mucho más fuerte a la que debes presentar al entrar a esa escuela, y si ellos hacen eso, van a descubrir lo que con tanto esfuerzo hemos ocultado.

- Tienes una semana para recoger todo lo necesario, ahora puedes volver a tu habitación – dijo el rey con voz fría, y con eso, sin decir nada más, Azalea se retiro rumbo a su habitación.

Al entrar a su alcoba la princesa sintió que todas sus fuerzas se iban y termino recostándose en su puerta y deslizándose hasta quedar sentada en el frío suelo, sintió grandes deseos de llorar, pero prefirió tragarse las lagrimas a causar algún inconveniente, comenzó a recorrer su habitación con la mirada hasta posarse en el libro de historia el cuál o había terminado de leer, ya terminaría de leerlo en su nueva escuela. Se imaginó como sería todo al llegar ahí, como serían sus compañeros, ¿Cuántos amigos haría?, pero se sintió más miserable al darse cuenta de que seguro iba a estar sola, como toda su vida, había sido condenada a estar sola desde que era una bebé, ni si quiera tenían sirvientes en el castillo, a duras penas había una cocinera, y esta solo se limitaba a realizar la comida a la hora exacta y luego se marchaba, y Azalea tenía prohibido aparecer por la cocina a esas horas. Su único contacto era con su madre, su padre y su abuelo, y a este último solo lo veía unas 3 o 4 veces al año ya que desde que había dejado el cargo de rey no hacía más que viajar por el mundo. ¿Cómo se supone que se adaptaría a su nueva vida?.

El tema de la magia no era un problema, ella controlaba muy bien el elemento de su región, la tierra era considerado un elemento de paz y armonía, ella amaba usarlo, a pesar de estar encerrada en esas cuatro paredes había aprendido todo lo necesario de su elemento, claro que había cosas que no conocía, ya que sus padres no la dejaban ni asomarse al jardín, pero tenia plantas en su habitación las cuáles ella misma había cultivado. En cambio, su otro elemento era un desastre, o por lo menos ella lo había considerado así, nunca había tenido la oportunidad de usarlo a libertad, ya que desde que era una niña su padre había puesto un hechizo en el castillo para detectar cuando este elemento se activaba, esto con el fin de evitar que ella lo manejara ya que decía que si lo llegaba a dominar podría descuidarse y usarlo contra alguien más sin ella quererlo por su puesto.

La razón por la que lo ocultaban era porque hoy en día que alguien pudiera manejar dos elementos a la vez se consideraba sumamente peligroso por una maldición que fue impuesta en las tierras hace mil años, por ende, si los demás reinos se enteraban de que ella había nacido con esa habilidad la ejecutarían a ella por estar maldita y arrastraría a sus padres al mismo destino por ocultarlo. Sin contar que considerarían a sus padres como poseedores de magia negra, ya que a los dos ser de la región del elemento tierra, no tendrían razón para que su hija hubiera nacido con el don del fuego y de la tierra. Y no, la opción de que hubiera sido infidelidad tampoco era considerada ya que la misma maldición que fue impuesta hace años hizo que solo personas con el mismo elemento pudieran procrear, lo que significaba que una mujer de aire no podría quedar embarazada nunca de un hombre de agua, para explicarlo sin tanto enredo, simplemente no eran compatibles.

Azalea pasó tanto tiempo metida en sus pensamientos que cuando reaccionó ya era de noche, así que lentamente se puso de pie y se alistó para dormir, ni bien habían pasado 5 minutos y se dirigió al mundo de los sueños.

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Holaa!!

¿Qué tal les esta pareciendo la historia?

Quería pedirles de por favor que si ven algún error me lo hagan saber en algún comentario, de forma amable por su puesto, estaría muy agradecida.

Y también agradecería que dejen su voto, eso no cuesta nada, y ver los votos me anima a seguir escribiendo.

Besos ***

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@Marpi_23

Sangre PuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora