El cielo estaba lleno de una inmensidad de estrellas brillantes, tanto que parecía el mar bajo ellas. Allí mismo se encontraban dos muchachos tomando un refresco bajo la luz de la luna.
Shoto: T/n, porque querías que vinieramos aquí? - preguntaba el mitad y mitad tomando su jugo de fresa.
T/n: A-ah...- nerviosa la peliroja miraba el cielo- La verdad... Ni yo se... - decía con una voz calmada mirando la luna.
Shoto: Uh? - miraba extrañado a la chica, pues ella no solía ser así, si no más alocada y divertida, era raro verla apagada - T/n te pasa algo?
T/n: Nada... Es solo que... - decía suspirando ocultando la oscuridad del lugar las lágrimas que brotaban por sus delicadas mejillas.
Shoto:Qué te ocurre? Acaso vas mal en la U.A? - preguntaba el chico sin entender que le había sucedido a aquella chica que solía robar sus reacciones cada vez que sonreía, pero que ahora mismo ya no hacía.
T/n: Crees que sirvo de algo...? - se le escapa a la chica entre lágrimas volteando a ver a Shoto.
El tiempo parecía que se detenía para Todoroki, ver cómo el viento movía el pelo de T/n y como sus lágrimas cristalinas caían por sus mejillas, mientras brillaban con la luz de la luna. Era raro que sintiera emociones fuertes o que incluso fuera sociable, solía costarle entender a las personas. No sabía que hacer, pero verla así, le partía el corazón. Antes de darse cuenta ya estaba acurrucando a la chica en su pecho.
T/n: A-ah...? - llorando aquella chica no podía creer que estuviera abrazándola, en un momento trato de evitarlo, y decir que estaba bien, pero el no la soltaba.
Shoto: Tranquila... Llora lo que haga falta... No me iré... - decía con voz calmada y sincera en un susurro mientras la abrazaba.
Aquellas palabras harían que la chica no pudiera más y estallará en llanto, desahogando todo lo que había estado sintiendo estos meses. Entre toda la presión, los problemas en la escuela, la perdida de su mejor amiga, había estado sufriendo demasiado en silencio. No podía con más cosas, necesitaba con locura que alguien la consolará y la apoyará.
Sin darse cuenta ninguno de ellos, se quedaron así por un buen rato, hasta que el sonido de las olas chocando contra las rocas los despertaría de ese trance.
Shoto: No me las tienes que dar, estaré para ti siempre que lo necesites - decía el chico acariciando la mejilla de la chica con delicadeza, ni el mismo sabía que hacía, sólo reaccionaba por impulso.
T/n: Todoroki... - aquella chica tenía el corazón latiendo fuertemente, mientras un sonrojo se extendia por sus blancas mejillas.
Shoto: Si...? - no podía apartar la mirada de los ojos de T/n, esos ojos azules, lo tenian atrapado, siempre conseguían atraparlo.
La luna brillaba con más intensidad encima de ambos jóvenes, cada que se acercaban más, parecía que la luna brillaba con más intensidad.
Shoto: Para que lo sepas... - decía mientras inconscientemente se acercaba más y más a la chica - Para mí... Sirves más que el mundo entero... Eres lo más importante para mí...
T/n: E-enserio...? - sonrojada T/n no podía creer lo que escuchaba de aquel chico que siempre le había gustado.
Shoto: Te lo demostraré... - aquellas palabras susurradas con calided fueron selladas cuando los labios de ambos se juntaron en un lento y torpe primer beso.
Al principio T/n estaba en shock y no correspondía el beso, pero lentamente lo correspondería, estando así por un rato ambos besándose lentamente bajo las estrellas.
T/n: A-a-ah... P-p-p-porque t-tu.. - trataba de hablar la peliroja muy sonrojada y tartamudeando.
Shoto: Porque me gustas T/n ... - decía con brillo en los ojos mientras las olas chocaban lentamente contra las rocas cayendo gotas de agua encima de ellos.
T/n: Todoroki... - muy sonrojada comenzaría a llorar sonriendo - Tu también me gustas...
Ambos jóvenes se abrazarían bajo aquellas estrellas, aquellas mismas que habían presenciado como sellaban el principio de su amor.
• VARIOS MESES DESPUÉS •
T/n y Todoroki llevaban ya 6 meses siendo pareja, ambos habían conseguido graduarse como héroes, y juntos vivían en una casa al lado del mar. Pasaban sus días trabajando como héroes y los fines de semana se quedaban en casa juntos, jugando o cocinando. La vida por fin los había conseguido juntar, después de todo lo que ambos habían sufrido en sus vidas, aquel amor inquebrantable había conseguido su fruto, y juntos habían dado a luz a un hermoso hijo.
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