- ...¡Ah!- Jadeo cuando su pene fue tomado por la fría boca del pelinegro. Sus manos apretaron las sábanas, sus ojos se pusieron llorosos por el placer al sentir como unas uñas se enteraban en sus caderas, tirandolas hacia abajo.
Roier no pudo evitar lloriquear de lo bien que se sentía.
Su hombría fue liberada, no sin antes obtener un suave beso en el grande. Quackity fue dejando más besos por el contorno de su pene, mientras que con sus manos jugaba con los testículos. El pelicafe, con los labios apretados, evito soltar un pequeño grito al sentir como su cadera era mordida de una forma cruda, sin duda salió sangre de la sona, pero eso no podía importarle, no cuando su amante apretaba con su rodilla su trasero.
- ¡Alexis!- Grito el nombre de este, sonando desesperado por más. Escucho una risita y rápidamente se tenso al sentir como la boca del mayor empezaba a succionar uno de sus pezones, mientras que una de sus manos estaba en el pezon contrario y la otra agarrando su cuello. Roier no pudo evitar poner los ojos en blanco y sentir sus mejillas quemar, al escuchar los quejidos que salían de su propia boca.
- ¿Qué pasa humano?- Ronroneo, soltando su mano de uno de los pezones del de ojos avellanas y llevándola a la olvidada hombría para empezar a estimular esta. Quackity se subió más encima del cuerpo del menor, haciendo que su propio trasero quedara encima del pene que estaba bombeando y su cola se enrollara en el muslo de este.
Roier nuevamente lloriqueo cuando la uñas afiladas del incubo jugaban con su grande, haciendo que finas lágrimas bajaran de sus ojos por el intenso placer que estaba sintiendo en ese momento.
- Déjame, déjame venirme, por favor.- Gimió, poniendo sus manos en las caderas del pelinegro, pero rápidamente fueron retiradas cuando sintió que se quemaban.- ... ¿Qué?
- Sin tocar.- Agarró con fuerza la mandíbula del otro.- No creo que quieras desobedecer la única regla cuando quieres venirte, ¿verdad?- Roier rápidamente nego.- Bien, legua afuera.
Haciendo caso, Jadeo cuando la lengua del contrario se adentro en su boca, empezando a jugar con la suya, empezando un juego rudo y caliente. Al separarse se puso rígido cuando noto que Alexis abría sus piernas, dejando ver como su pequeña hombría saltaba por la exitación.
El incubo acerco su rostro a la oreja del contrario, jadeando por lo bajo mientras alineaba el pene de Roier en su trasero.
- ¡Mhg!- Gruñó cuando lo metió de un golpe, sintiendo como las paredes del ser lo apretaban tan exquisitamente.- ... Dios.
Su pelo fue tomado al igual que su boca, sin tener tiempo de procesar bien el sentimiento.
Quackity empezó a dar salto tras salto encima de él, haciendo que pudiera llegar más profundo en ese esbelto y cálido cuerpo. Los gemidos y los choque de pieles resonaban por la pieza sin pudor alguno y el característico olor a sexo los ahogaba de una forma increíble.
Roier sintió las mordidas dejadas en su cuello, claviculas y hombros, una mano jugando con uno de sus pezones y la otra se metía en su boca, jugando con su lengua.
- Me vowmhg ah- Pronunció apenas, sintiendo como se corría en el interior del incubo, el cual cayó encima suyo y se vino, manchando sus estómagos.- ... Eso, ah.
- Y vomito encima mio.- Su novio se quejaba con asco.- Me habría gustado que fueras anoche con nosotros. Te extrañe.
Roier rio con cariño y beso la mejilla de su pareja.
- Tal vez otro día vaya con ustedes amor.- Agarró sus manos, viendo por el rabillo del ojo como cierto azabache con una mascarilla lo saludaba en una esquina.- ... Aunque no prometo nada.
Cellbit suspiro frustrado.