Yo lo sabía, no había otra explicación, no sé porque trataba de hacerme el tonto ignorando a mis propios sentimientos. Desde el primer día que te vi supe que de alguna manera nuestras vidas tendrían un giro inexplicable, pero en ese momento preferí no darle importancia, después de todo...apenas te conocía y no imaginaba que todo esto pasaría. Me atrapaste con tus miradas, me envolviste con tus palabras y tu forma de ser. Me amarraste y nunca soltaste el nudo que me mantenía preso, ni un poquito; pero la verdad es que yo no quería alejarme de ti y eso hacía que yo mismo apretara la soga, para que no te alejes jamás...aunque me lastimara y me hiciera llorar.
En los años de preparatoria e inicios de la universidad, creí que solo debía pegarme a los libros y pasar lo exámenes a como diera lugar, convertirme en un buen estudiante y nada más, ni un cerebrito pero tampoco un tonto sin rumbo. Tener novia no era algo que contemplaba como algo relevante en mi vida, muchas chicas se me han acercado y valientemente me han dicho a los ojos lo que les gusto, que quisieran una oportunidad conmigo, que desde hace tanto me miran con amor y muchas otras cosas más, pero yo no estaba interesado, simplemente no quería ni necesitaba tener a mi lado alguien, a nadie.
Pero de repente apareciste tú.
Un día en el que felizmente disfrutaba de mi desayuno con mis compañeros de clase en la cafetería de la escuela, cuando pensé que el día transcurriría normalmente fue que te vi a lo lejos y con esa sonrisa tuya, deje de inmediato la malteada de leche y plátano que disfrutaba para poner mi atención, absolutamente toda mi atención en ti.
Soy la persona más vil y egoísta por quererte para mí, por desear con todas mis fuerzas, poder acariciar tu piel, por imaginar que tú también me deseas. A veces me sorprendo de mí mismo y de las ideas locas que vienen a mi mente cada vez que te quiero cerca de mío. Una vez hasta pensé en secuestrarte y luego de unos minutos de sumergirme en mis propios pensamientos llegue a la conclusión de que incluso para mí, era una idea descabellada. Loco y desesperado, así me tienes.
Ahora tengo el enorme dilema de decidir entre callarme para siempre o gritarte a la cara cuanto te amo. Las manos me tiemblan solo de pensar en cómo sería esa declaración, tengo miedo de tu reacción pero mayor es mi miedo de arrepentirme por no haber hablado a tiempo. Por eso me encuentro aquí junto a ti, ideando miles de escenas fantasiosas para poder declararme, tratando de poner toda mi atención en la plática tan animada que sostenemos acerca de cómo nuestras vidas están a punto de cambiar, pues pronto terminaremos la universidad, pero los vasos de cerveza que he estado tomando no me dejan pensar en otra cosa que no sea querer probar tus labios humedecidos por la bebida y que inevitablemente tenían un brillo muy bonito.
Hoy después de clases decidimos ir a un bar a tomar unos tragos como normalmente lo hacemos cada viernes por la noche, para dejar la escuela atrás y relajarnos. Para hablar de lo que en la escuela simplemente no podemos o no queremos. Como esos padres controladores que tienes y sus ideas locas de que te cases pronto y formes una familia para darles nietos, muchos nietos. La ira y la rabia que te da que tu padre te haya obligado a estudiar abogacía y no dejarte ir tras lo que siempre quisiste, ser un gran fotógrafo.
-...No sabes...como deseo poder gritarle que me deje en paz de una vez...que se quede con su dinero y me deje sin herencia...
Apenas pudiste pronunciar las palabras pues ya estabas totalmente alcoholizado. Yo sonreí como tonto al verte tratando de sostener tu mirada hacia el vaso de vidrio, analizando el recipiente como si buscaras la respuesta de tus problemas en él. Yo sabía que te dolía la actitud de tu padre pero...no querías decepcionarlo. Querías que estuviera orgulloso de ti, que cuando hablara de su hijo lo haga con una sonrisa en sus labios. Pero las cosas se complicaron cuando se enteró de que tu verdadero amor era la fotografía.
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Un Buen Amor
FanfictionSiempre es difícil decir las palabras correctas, debemos ser cuidadosos con lo decimos, como lo decimos y quien se lo decimos. Chae Bamby, batalla a diario con sus sentimientos, tal vez resulte el típico chico que se enamora de quien no debe, pero...