Capítulo 1.

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Un año, tres meses y quince días en este lugar. Un año, tres meses y quince días.

El tiempo aquí  pasa lento y agonizante.

Sigo comiendo de mi comida mientras sigo reflexionando. Las personas aquí no te tratan con amabilidad y eso lo aprendí a las malas. Cada paliza de cada uno me lo demostró. Pero también están las personas como yo que están aquí porque estuvieron en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Cuanto desearía que todo esto fuese diferente.

Kira, una chica de aquí no para de quejarse sobre como llegó hasta aquí. Siempre me cuenta la misma jodida historia.

Sin aguantar más mis pensamientos y su voz quejumbrosa tomo mi bandeja y la dejo en la barra. Bastante tengo con estar pasando un día como hoy aquí. La hora del almuerzo siempre se me hace eterna.

Hoy me toca limpiar el comedor junto a Kira y otras cinco chicas más. Así que prefiero quedarme hablando con Larry, el cocinero el cual no está en la cocina, sino en una mesa viendo a todos.

A medida de que me acerco a su mesa veo como todos los guardias vigilan cada una de las mesas con el seño fruncido, esperando cualquier cosa.

-Hola Larry- el susodicho levanta su mirada y al verme esboza una sonrisa burlona.

-Niñata, hola a ti también.- sigue cada paso que doy hasta que estoy sentada frente a él.

Larry lleva unos cuantos años en este lugar y desde hace mucho se encarga de la cocina. Su especialidad el puré de patatas con un poco de salsa de tomate.

Mañana terminaba con su condena y seria libre al fin.

-Mañana es tu gran día grandote- le sonrío emocionada.

-Lo se niñata- toma de su baso con agua con naturalidad.

Larry esta aquí debido a que mató al novio de su hija por haberla golpeado. Antes de esto Larry era un gran empresario que solo conserva la fortuna de sus frutos. Su hija, una gran chica e hija viene a visitarlo todas las semanas y le trae crucigramas y sopa de palabras, muchos de estos los tengo yo.

El silencio que hay entre nosotros no me agrada así que decido romperlo.

-¿Qué pretendes hacer después de salir de aquí?- una pregunta que todos nos hacemos aquí dentro.

Muchos responderían que le darían un abrazo a sus familiares, otros dirían que saldrían a cumplir sus sueños. Pero todos tememos lo que nos espera fuera, miradas juzgadoras, familias que te pueden llegar a dar la espalda por el simple hecho de que los decepcionaste o no esperaban lo que supuestamente hiciste, otros temen porque una vez sales de aquí tu reputación se mancha de por vida.

-¿Que harías tu Delyth?- su pregunta me toma por sorpresa.

-Me gustaría hacer muchas cosas Larry, unas con mas ansias que  otras.

-Quizás.

Larry sabe mi historia y sabe que la venganza la he pensado en demasiadas ocasiones, pero es imposible desde este maldito lugar.

Mi silencio le da la respuesta que deseaba.

-Se que algún día lograrás hacer justicia.

Algún día.

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Hoy era el día de las visitas y mi madre todavía no había venido a verme. Supongo que el trabajo la tenia ocupada, o quizás se le había 'pasado'. Pero lo dudo, ella jamás olvidaría visitarme y menos en esta fecha.

Estoy recostada en mi cama realizando uno de los tantos crucigramas que me ha dado Larry cuando una de las guardias me avisa que tengo visitas.

Bien, al fin. Es obvio que es mi madre, es la única persona que me visita.

Tomo una respiración y voy junto a la guardia, la cual me pone las esposas. Protocolo.

Una vez llegamos a la sala de visitas me quita las esposas, con la diferencia de que está prácticamente vacia. Cuando entro solo encuentro una sola persona sentada en una de las tantas mesas que suelen haber en este lugar. Y esa persona no es mi madre.

-Buenas tardes señorita Delyth- es un hombre de complexión delgada, vestido con un traje que se nota a leguas que es a medida. Al mirar hacia atrás noto que ningún guardia se encuentra para custodiar la visita, es extraño ya que siempre se encargan de estar recordando la hora constantemente.

No respondo al saludo ya que sigo preguntándome quien es el y que hace aquí.

-Me llamo Colton Foster y vengo aquí a hacerle una increíble propuesta de parte de mi jefe.

Su jefe.

-Tenemos conocimiento de su desastrosa situación y los factores que ocasionaron a que usted se encuentre aquí. En resumen, lo sabemos todo de usted.

No abro la boca en ningún momento y mi silencio lo incentiva a continuar.

-Por favor siéntese y así hablamos con mas calma-señala la silla que se encuentra justo frente a mi.

Con desconfianza me acerco a la silla y tomo asiento. No debo confiar en este tipo.

-Mi jefe, desea ayudarla, primeramente a salir de aquí que eso será lo mas sencillo, luego la ayudará y le implementara todas las posibilidades para que cobre lo que le deben.

Todo lo que dice me toma por sorpresa y no se como reaccionar, así que lo mejor que hago es quedarme callada y tratar de procesar la información.

-Espere un momento... ¿Qué?- es lo único que se me ocurre decir.

Todo lo que ha dicho no tiene sentido. ¿Alguien quiere ayudarme? ¿Por qué?

-¿Por qué tu jefe me querría ayudar? ¿Y si me ayudara que obtendría el a cambio?

-Respondiendo a tu primera pregunta, lamentablemente esa no la puedo responder, y a la segunda le diría que el mismo, le explicará todo con detalle.

Prácticamente este hombre no me ha dicho nada, solo hace que aumenten mis dudas. El ya esta asumiendo de que voy a aceptar lo que sea que me digan solo porque pretenden sacarme de aquí.

-Lo siento pero no.

Dispuesta a no seguir aquí me levanto de la silla y avanzo a la puerta, estoy a punto de llamar a la guardia para que me lleven cuando el señor Foster vuelve a hablar:

-No es por hacerla sentir mal pero, usted esta condenada a pasar unos cuantos años aquí, también sabemos que ansia vengarse y no sabe ni cómo hacerlo. Veamos, usted ahora mismo tiene dos opciones, está la opción de cumplir su condena hasta el día de su liberación a menos que, claro la dejen salir antes por buena conducta lo cual veo difícil teniendo en cuenta el sin número de veces que ha terminado en una pelea que sabemos que no han sido causadas por usted, pero igual la siguen viendo como un peligro. Y está nuestra propuesta, la que la hará salir de aquí rápidamente y cobrar su venganza.

-Suena demasiado fácil, señor Foster, y estoy más que segura que ahí no queda todo.

¿Por qué los guardias no acaban de venir a sacarme de esta situación? Se supone que el tiempo de visitas debe haber acabado hace rato.

-Claro que no es tan fácil señorita, pero para saber qué más hay tras esto debe aceptar nuestra propuesta, debe arriesgarse sabiendo que va a lograr muchas cosas; acepte señorita.

Sigo procesando todo hasta que veo que acomoda su traje.

-Como tiene dudas y no se encuentra preparada para responder, vendré la próxima semana y espero que tenga la respuesta que tanto deseamos escuchar.

Sigo en silencio y cuando veo que no tiene nada mas que decir agarro el pomo de la puerta, pero sus palabras me hacen detenerme por un instante

-Mi jefe le manda un feliz vigésimo tercer cumpleaños señorita Delyth.

Dicho esto, me marcho.

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