Epílogo

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—¡Espera, mira esto! —Tomo la mano de Hyunjin, haciendo que se detenga en seco en la acera de nuevo. Pero no puedo evitarlo. Casi todas las tiendas de esta calle tienen la ropa infantil más linda que he visto y Wonpil estaría adorable con el atuendo que se muestra en la ventana.

Hyunjin intenta seguir adelante, pero tiro de su mano hasta que cede y me sigue hasta la tienda.

—Estábamos casi en el coche —dice—. Tan cerca.

Empujo las bolsas de ropa para niños que ya había comprado en las manos de Hyunjin y luego encuentro el estante de tallas para niños pequeños.

—¿Debería comprar los pantalones verdes o los amarillos? 

Los sostengo frente a Hyunjin y él dice:

—Definitivamente amarillo.

Los pantalones verdes son más lindos, pero escojo la opción de Hyunjin simplemente porque me ha ofrecido una respuesta. Odia comprar ropa, y esta es la novena tienda en la que lo he obligado a seguirme.

—Juro que este es el último. Después podemos irnos a casa. —Le doy a Hyunjin un rápido beso en los labios antes de caminar hacia la caja registradora.

Hyunjin me sigue y saca la billetera de su bolsillo.

—Sabes que no me importa, Lix. Compra todo el día si quieres, solo se cumple dos años una vez.

Le entrego la ropa a la cajera. Con un marcado acento aussie, dice:

—Este atuendo es mi favorito absoluto. —Nos mira y dice—: ¿Qué edad tiene su hijo?

—Es nuestro sobrino. Mañana es su segundo cumpleaños.

—Ah, perfecto —dice—. ¿Te gustaría ponerlo en una caja de regalo?

—No, una bolsa está bien.

Le da la cuenta a Hyunjin del total, y mientras paga, la cajera me mira otra vez.

—¿Qué hay de ustedes dos? ¿Alguno hijo propio?

Le sonrío y abro la boca, pero Hyunjin me gana de mano.

—Tenemos seis hijos —miente—. Pero todos han crecido ahora y están fuera de casa.

Trato de no reír, pero una vez que decidimos empezar a mentirle a desconocidos sobre nuestra infertilidad, se ha convertido en una competencia de quién puede ser más ridículo.

Hyunjin generalmente gana. La semana pasada le dijo a una señora que teníamos cuatrillizos. Ahora está tratando de convencer a alguien de que una pareja de nuestra edad podría tener seis hijos ya crecidos y fuera de casa.

—Todas niñas —agrego—. Seguimos buscando un niño, pero simplemente no estaba en las cartas.

La boca de la cajera se abre.

—¿Tienen seis hijas?

Hyunjin toma la bolsa y el recibo de ella.

—Sí. Y dos nietas.

Siempre lo lleva demasiado lejos.

Agarro la mano de Hyunjin y le doy las gracias a la cajera, tirando de él afuera tan rápido como lo empujé adentro. Cuando estamos en la acera otra vez, le doy una palmada en el brazo.

—Eres tan ridículo —digo, riéndome.

Él entrelaza nuestros dedos mientras comenzamos a caminar.

—Deberíamos inventar nombres para nuestras hijas imaginarias —dice—. En caso de que alguien pida detalles.

Pasamos frente a una tienda de cocina cuando lo dice, y mis ojos automáticamente caen sobre un estante de especias en la ventana.

Just one reason | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora