Roma's pov: Me mire al espejo mientras acomodaba mi camisa, sonreí y suspiré mientras escucha hablar al hombre que es dueño de mi corazón. mire hacia la puerta del baño por el espejo y lo vi salir, ojos color miel adormilados, trigueño y con un buen físico, su cabello estaba empapado
—Buenos días, Dulce roma.—Me dio un beso en la mejilla y me apretó dándome un fuerte abrazo
—Buenos días, amor.—sonreí y me di la vuelta para poder apreciar su hermoso rostro, con mis ágiles dedos dibujé su nariz hasta llegar a sus labios en los cuales dejé un dulce beso
—Te amo.—susurre mientras pegaba su frente con la mía y escucha como repetía que me amaba.
me sentía la mujer más completa y llena en ese instante, en medio de los brazos del hombre que más amo en la tierra, conocer a lucio me saco de un pozo del cual no tenía salida, luego de la crisis de la empresa, la enfermedad de papá todo fue un terrible desastre, un torbellino de emociones que me llevaron a deprimirme tanto y caer en vicios nada sanos... pero llego lucio en una tarde como ese ángel de la guarda que quería cuidarme y darme todo el amor que nunca se me fue dado, siempre me pagaron con infidelidades y desleales. lucio era perfecto, era mi más deseado anhelo y amor, lo amaba y estaba feliz de que alguien como él pudiese estar conmigo y ser completamente feliz, teníamos 4 años de relación y si les soy totalmente sincera... fueron los mejores 4 años de mi vida entera
—¿Ya te vas al bufé, dulce roma?—Pregunto lucio quien se alistaba para ir a trabajar, no respondí ya que sólo asentí con mi cabeza y salí de la habitación acomodándome la falda, baje las escaleras que dirigían hacia la sala principal y allí se encontraban mis padres, tomaban café mientras veían las noticias
—Buongiorno.—dije apenas termine de bajar el último escalón de la escalera gigante de mármol, mi papá volteó su mirada y me sonrió mientras acariciaba la cabeza de mi madre quien apoyó su cuerpo en el de mi papá
—Buenos días hija.—dijeron los dos
—Necesito hablar unas cosas contigo referente a la empresa, cariño.—Hablo mi papá mientras se levantaba del sofá y acomodaba la cortaba de su trabaje, su cabello estaba comenzando a tener canas, sus ojos verdes estaban cansados y se notaban sus ojeras, asentí y él me dio el paso levantando su mano para que nos dirigiéramos a la cocina.
—Te escucho, Padre.—sonrió y se sentó mientras que marie servía el desayuno, agradecimos.
—Hija, cómo sabes la empresa ha ido en su época de oro, tenemos muchos planes y contratos millonarios pero...—Me lleve el bocado y levante una ceja—Estoy agotado y las cosas comienzan a borrarse de mi memoria.—sonreí
—Papá pero si querías que yo cuidase de ti, me lo podías decir sin problemas.—El rio
—Quiero que te encargues tú de la empresa ahora.—Tomo de su jugo y me miro
—Yo lo po- ¿¡Que!? papá yo no puedo cargar con algo tan importante, !yo no soy buena!—lleve una mano a mi cabeza y resople
—Cariño, si te doy el puesto es porque sé que eres capaz, no pienso discutir esto que te plantee ya que es mi voz y voto, eres la nueva dueña de la empresa, ya arme la junta de presentación para que sepan quien está al mano de todo y cambie mi testamento. comunícate con richard al salir del bufete.—lo mire directamente a los ojos—karla te darla todo lo que tienes que hacer esta semana y los contratos con los arquitectos de Alemania.
asentí y me resigne a que debía llevar las riendas de una empresa tan grande como lo es "Caruso coporlations" éramos los número uno en ventas de inmuebles y automóviles de lujo, aparte de tener nuestra propia marca de coches valorada de 100 millones de dólares, esto esto era un gran peso pero al menos tengo la fe de dar la talla, termine mi desayuno y me dirigí al bufete donde tenía que resolver unas cosas pendientes con unas propiedades, la jornada fue larga pero siempre como al final de todo lo que me sucede, fue un éxito, paré en un café pequeño que siempre me resultó agradable, el señor louis me atendió gustoso como siempre poniéndome el café que más que gustaba junto con un pastel de chocolate buenísimo que era de su autoría.
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𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚 𝐝𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚
Teen FictionJamás creí que mi vida podía ir mejor de lo que ya estaba, tenía un compromiso con un hombre bondadoso y amoroso... la perfección pura. Lucio, el dueño de mis suspiros y mi corazón, ese era el nombre del amor de mi vida o eso creía hasta que comenc...