Volver a verte

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7:00am

La chica se removió en su cama frotando sus ojos tratando de disipar el sueño de su cuerpo, parpadeo aun ligeramente adormilada unos segundos para después disponerse a disfrutar el día más esperado por niños, adolescentes y adultos.

Sábado

No era alguien de muchos amigos, con suerte tenia uno o dos, pero no los necesitaba de cualquier manera.

En lugar de salir a fiestas y emborracharse como la mayoría de adolescentes de 16 años, no le gustaban ese tipo de cosas, prefería pasar el rato con su perrito, Max, fue un regalo de 15 años maravilloso, siempre quiso tener una mascota, desde en primer comento ese pequeño perrito color chocolate se convirtió en su mejor amigo.

Acaricio la cabeza del animal para después ir por un poco de ropa para no salir a la calle en pijama. No se había dado cuenta de que se quedo mirando un punto fijo de su pared hasta que Max hizo que saliera de su trance, el animal rasco su pierna mientras movía su colita de un lado a otro, probablemente pidiendo salir a dar un paseo

Peinaba su cabello rubio frente al espejo mientras sostenía una galleta en su boca que Max amenazaba arrebatarle.

Musito un Max, quieto mientras agarraba todo su pelo haciéndose una coleta alta, una vez termino, tomo la correa del animal colocándosela en el collar avisándole a su madre que saldría un momento.

Camino alegremente junto al canino por unas cuadras sintiendo el aire frio chocar con su cara, agradecía haber llevado una sudadera ese día.

Paro un momento su caminata al divisar una tienda cruzando la calle, no le vendría mal algo que comer, pues solo había desayunado una galleta y un vaso de jugo de naranja.

Miro a ambos lados antes de cruzar, al no ver ningún peligro cruzo sin más.

Al hacerlo un escalofrió recorrió su espalda, fue en ese momento en el que volteo hacia su izquierda topándose con un conductor visiblemente borracho, pues el automóvil iba descomunalmente rápido.

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Sus piernas se movieron lo suficientemente rápido hacia el otro lado salvándose por poco, aunque su perro no corrió con la misma suerte.

Fue algo de lo que se dio cuenta cuando escucho un corto aullido de dolor de parte de Max, quien yacía en la carretera con carmesí rodeándolo.

Su pecho dolió.

Sus ojos se humedecieron.

Sus manos de helaron.

Soltó la correa.

Su perro murió.

No pudo hacer mas que quedarse quieta en medio de la carretera, observando la horrible escena de su mascota fallecida en frente suyo.

Las lágrimas salían como cascadas de sus ojos, la verdad no se había dado cuenta desde cuándo.

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Y allí se encontraba, vestida de negro, un color que nunca usaba, frente a la tumba de su mascota.

Sabía que pasaría un algún momento, la muerte de su mascota era inevitable, pero nunca creo que llegaría así, ni que llegaría tan temprano.

Aborrecía a aquel hombre ebrio que le arrebato a su preciada mascota.

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