Capítulo #35 Axel no tiene huevos

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Una foto de Aist* or Weeis 😍

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Brayan..

La limosina de Carlos me deja frente a una florería. Quise venir personalmente a comprarle el ramo para su boda. Rosas rojas, su color favorito. Me detengo frente a la pequeña tienda de flores mirando la variedades de colores y tamaños atraves del cristal. Con una sonrisa, entré haciendo que la pequeña campanita encima de la puerta sonara.

Una mujer y un chico sumamente guapo estaban de recepción. Supongo que ellos son los encargados del lugar.

— Buen día.— quito mis gafas de sol con una sonrisa. Últimamente me estoy metiendo en el papel de actor de Hollywood.

—Buen día.— respondió la señora, muy amable por cierto.— ¿En que te podemos ayudar?.

Miré al chico de reojo. Ni siquiera notaba mi presencia. Miraba a un punto fijo sin pronunciar ni una sola palabra. Volví la atención a la señora.

— Quiero un ramo de flores.

—¿Ramo de que tipo?.

—Para bodas.—respondí mirando las flores. Pero el goloso rabillo de mi ojo tuvo que desviarse a otra cosa. (El chico).

—¿Hoo se va a casar?.— ella me sonríe buscando el papel blanco para envolver las flores.— Muchas felicidades.

El chico nos mira. Pero vuelve a apartar la visita para seguir siendo indiferente.

— No señora.— reír.— No me voy a casar.— volvió a mírame y yo lo miré a él.— La boda es de una amiga.

—¡Ho!.—la voz de la mujer me hizo apartar la mirada del chino.—¿De qué color o tipo quieres las flores?.

Me encogí de hombros.

—Bueno, mientras tanto Kevin te podría ayudar en éso.— se acomodó el delantal con un logo de flores. Seguramente él chico también tenga uno.— Traeré café para todos.— se perdió por la puerta trasera y algo me dijo que era mi oportunidad.

Al fin solos. Buajaja. Hora de conocerte pequeño potro.

—¿Qué me recomiendas?.— coloqué mis manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón.

Él giró la cabeza bruscamente hacia mí. Lo ví apretar la mandíbula.

¿Qué es lo que tiene éste chico?. ¿Qué es lo que te molesta tanto?.

—Rosas..—respondió apartando la mirada. Una sonrisa se formó en mis labios. Ésa voz... JODER. Me imagino ésa voz en mi oído por las noches mientras me susurra a lo perverso.

Una corriente extraña recorrió toda mi espalda dorsal hasta perderse a lo bajo. Observé mi pantalón negro. Abrí los ojos al ver lo duro que estaba.

¡¿Pero que mierda?!.

Observé al chico, lo ví sonreír de lado mientras se perdía entre las flores buscando no sé que. Frunsí el seño por su comportamiento. Estiré mi camisa con una mano tratando de ocultar aquella erección.

—¿De qué color quieres las rosas?.— Kevin, al parecer. Preguntó de nuevo con ésa voz semi ronca. Apreté los puños a mis lados.

—Rojas. Bien rojas..— me le quedé mirando fijamente. El me repasó de pies a cabeza con ésos ojos negros. Apartó la mirada buscando las flores.

—¡Cafecito!.—la señora regresó con una bandeja y tres tasas de café.—¿No estás apurado cierto?.— me preguntó extendiendo la bandeja hacia mí.

Luces Cámara Y ACCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora